Por: Felipe Alvear Silva
Foto: Marco Lara
La Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones de Rancagua comenzó a operar durante enero de 1997 con solo dos funcionarios. Tras un dificultoso y trágico caso de descuartizamiento, se dieron cuenta que con el número de efectivos que poseían, no podían actuar con la calidad que esta sección policial necesitaba. Seis meses después, llegaron dos detectives más.
El comisario Gilberto Opazo, jefe de la Brigada de Homicidios de Rancagua, llegó dentro de ese segundo grupo de policías que debió trabajar arduamente con sólo cuatro efectivos para sacar adelante una sección; misión que en estos días puede parecer titánica. El nueve de julio del 2007 comenzó la carrera policial en la ciudad de este temucano que venía de Santiago y que hoy vive sus últimos momentos en la región.
Poco a poco la brigada fue adquiriendo más personal para realizar su labor y Opazo recibiendo más consideraciones. El año 2006 se alejó de la BH para pasar a la Brigada de Delitos Económicos BRIDEC, sección en que estuvo hasta el 2007 cuando pasó a la Academia Policial. En diciembre del año 2008 vuelve al cuartel rancagüino, pero esta vez trabajando para la Brigada de Robos BIRO, donde según él, desarrolló el sentido investigativo que ya había conocido en la Sección de Inteligencia en Santiago, antes de llegar a Rancagua. El 2009 volvió a la BH como jefe de sección, situación que vivirá hasta el próximo martes, día en que lo releve el comisario Juan Sánchez Quero.
GRANDES CASOS POLICIALES RESUELTOS
Durante los 12 años en que el comisario Gilberto Opazo ha estado en PDI de Rancagua -10 de ellos en la Brigada de Homicidios-, le ha tocado trabajar en varios de los casos policiales más importantes de la última década. Consultado sobre este tema se acordó inmediatamente del caso Yuraszeck, la joven gótica asesinada en Machalí, el caso de Mauricio Sabat y el homicidio de Alfredo Gutiérrez, pero por sobre todo de la niña descuartizada en Santa Cruz.
“El más relevante de todos los casos que me ha tocado es el de la niña descuartizada en Santa Cruz por un colombiano, ya que a pesar de que lo detuvo Carabineros, el trabajo de sitio-suceso lo hicimos nosotros. Gracias a nuestro trabajo, en primera instancia el actual juez de garantía Mauricio Silva lo condenó a pena de muerte ya que fue una violación y descuartizamiento” señaló el comisario respecto al caso de enero de 1999, cuando un ciudadano extranjero violó y mató a la pequeña Camila López Galdames.
También recuerda el homicidio de Alfredo Gutiérrez Barraza que fue un tipo que apareció muerto en el estero El Manzano, en Zúñiga. “El tipo era de Ovalle y lo mataron en Santiago, su data de muerte fue de 10 días, por lo que estuvo 10 días en el agua”, señala Opazo. Otros grandes casos fueron el de asesinato de Luis Francisco Yuraszeck –que tuvo una cobertura diaria a nivel nacional-, la niña gótica asesinada en Machalí y el de Mauricio Sabat, que apreció muerto en Pichilemu. Todos estos casos tuvieron desenlaces positivos para la PDI, ya que en todos ellos se encontraron a él o los culpables.
LOS CASOS PENDIENTES
Sin lugar a dudas uno de los casos policiales que marcó la agenda policial del año pasado, fue el doble asesinato de los Bosques de San Francisco. Cuando ocurrió el hecho de sangre, el comisario Opazo se encontraba en la BIRO, pero igual se da tiempo para hablar de este caso que aun no se esclarece.
“Cuando llegué a la BH no había orden de trabajo para nosotros ya que la fiscalía estaba trabajando con Carabineros; creo que se cometieron errores pero no por falta de profesionalismo. Hay cosas que se debieron hacer, la fiscalía tuvo una confusión trabajando durante siete meses que se perdieron, ya que el hecho de estar trabajando con dos policías complicaron las cosas. Ahora, una vez que tomamos el caso en mayo, y sobre todo de septiembre que estamos trabajando solos, se han descartando varias líneas investigativas, y creo que el homicidio va a ser aclarado pronto, de aquí a los próximos meses”, señaló Opazo.
Respecto del asesinato del joven en Doñihue, ocurrido durante el mes de abril de este año, el comisario indicó que “cuando uno trabaja en homicidios, la idea es aclarar las muertes. Un homicidio donde nadie vio nada, sin testigos, lo que a mi me parece raro ya que en un pueblo tan chico es difícil que nadie vea nada. La comunidad debe ayudar en estos caso”.
Durante la celebración de Fiestas Patrias, el joven Francisco Piña desapareció misteriosamente en las fondas de El Olivar. Un par de semanas después apareció muerto en el Río Cachapoal. “Habían dos sospechosos, sabíamos que había una pelea, pero durante las investigaciones previas a la formalización, encontramos testigos que hacían dudar de la participación de estas personas, ante esta duda era mejor no formalizar y ampliar las investigaciones. Ese homicidio debería tener novedades prontamente” indicó el actual jefe de la BH.
Otro caso que quedó sin resolver durante su estadía, fue el de un hombre que fue asesinado por dos sujetos en el sector del camino Los Perros, en El Abra durante el año 2001. En aquella ocasión, el chofer de colectivo muerto, viajaba junto a una mujer por el camino antes nombrado, cuando fue abordado por dos sujetos que lo mataron con una escopeta de caza. Jamás se supo del paradero de los asesinos.
LLEGAR A ESTAR ENTRE LAS CUATRO MEJORES BRIGADAS
Respecto de su sucesor, Opazo señaló conocerlo y tener una muy buena opinión de él. “Le va a hacer bien estar acá, ya que será su primera jefatura, Juan Sánchez creo que lo va a hacer bien. El equipo de trabajo sigue bien, él aplicará su forma de trabajo que creo no debiera modificar mucho y creo que la Brigada de Homicidios seguirá trabajando igual de bien; ojala mejor” señaló el comisario.
El comisario Juan Sánchez Quero viene de la Brigada de Homicidios Metropolitana, vendrá a una sección provincial que está muy bien catalogada dentro del país, con un alto porcentaje de crímenes resueltos –cerca del 90 por ciento según el comisario Opazo-, pero también con metas directas. Dentro de los desafíos será resolver algunos casos pendientes, como el de los Bosques de San Francisco, el de Francisco Piña y el del joven de Doñihue. Además, viene con la difícil misión de llegar a estar entre las cuatro mejores brigadas de homicidios del país, meta planteada con anterioridad.
El comisario Gilberto Opazo, hasta ahora el jefe de la Brigada de Homicidios de Rancagua, dejará sus funciones el próximo martes para ser el segundo hombre de la BH Metropolitana, un paso grande en su vida, ya que pasará de tener 25 personas a su cargo a más de 100. Aprovecha la entrevista para agradecer a todos los detectives -de la BH, BRIDEC y BIRO-, fiscales y demás gente con la que trabajó; además de señalar que jamás tuvo un problema con la prensa local. El comisario de homicidios deja una tierra de la cual guarda buenos recuerdos, y a la que algún día quiere volver, a pesar de quedar tan alejada de su natal y querido Temuco.