• En un partido que tuvo expulsiones y buenas tapadas en ambas porterías, O’Higgins de Rancagua se terminó imponiendo por 1-0 a Curicó Unido en La Granja. Los Celestes sufrieron la expulsión de Rivera, pero un acierto de Fuenzalida fue suficiente para desnivelar el partido, mantener la categoría y mantener vivas las ínfimas opciones de play offs.
Alexis Apablaza Campos
Joshua Mattassi
Fotos: PT Comunicaciones
Dicen que lo que empieza mal termina peor. O’Higgins tuvo un pésimo partido ante Curicó, aunque a ratos tuvo la pelota y pudo llegar al gol, la Celeste alternó buenas y malas, siendo éstas últimas las más determinantes. No es que el partido haya sido malo, pero en la sumatoria, la mayoría de los errores fueron autoría de los dirigidos por Gerardo Silva.
Al primer minuto de partido, César Díaz queda mano a mano con Rivera que gana en primera instancia, el rebote le queda nuevamente al goleador curicano, pero éste la manda por encima del arco. Era el aviso de que los locales querían los tres puntos.
Los primeros 15 minutos fueron de total dominio del elenco “tortero”, Rivera fue exigido en al menos 3 opciones claras de gol. Curicó apostó por el juego aéreo de sus atacantes y así hizo mucho daño. A los 10’ Muñoz recibió un centro desde la izquierda y sacó un remate a quemarropa que el portero colombiano de la Celeste taparía.
El colombiano Rivera sería factor clave para O’Higgins durante el primer tiempo. El golero alternó buenas y malas, como cuando, tras un tiro de esquina, manotea al córner un cabezazo al segundo palo evitando la apertura de la cuenta y luego, tras un tiro libre, se equivoca en la salida y deja servido a Alvarado para que convierta, pero el defensor curicano no pudo aprovecharlo.
La primera llegada de O’Higgins apareció recién a los 20 minutos: Jorquera recupera una pelota en la mitad de cancha, pasa a Lorca que no está fino de puntería y remata muy desviado. De aquí en más, el Capo de Provincia empezó a manejar más el balón y a encontrar a los hombres desequilibrantes que le pudieran equilibrar el juego. A los 30’ “Chapa” Fuenzalida, en una gran jugada personal, estrella su remate en el poste al intentar coronar su carrera con un globito.
El partido parecía estar en equilibrio, si los primeros minutos habían sido de total dominio curicano, llegando al final del segundo tiempo la Celeste llegaba y mantenía el balón en territorio rival. Fue hasta la infantil expulsión de Rivera que los rancagüinos parecían haber superado sus peores momentos: Una pelota dividida es acompañada por Felipe Rojas, el portero celeste se arrepiente de salir con el pié y retrocede en busca del área para poder asegurar con las manos, pero el colombiano se confunde y embolsa el balón al menos un metro antes de llegar al área. Pese a la posición del árbitro, y la ayuda del guarda líneas, no hubo dudas para aplicar el reglamento y expulsar a Rivera.
A PURO CORAZÓN
Para O’Higgins esta situación se había dado muchas veces, pero a la inversa. Los “torteros” habían echo todo el desgaste durante el encuentro, apelando a los centros como su mejor arma, pero al final fue O’Higgins que encontró el gol a los 89’: tras el córner el recién ingresado Kevin Hardbottle toma la pelota y llega a línea de fondo para centrar rasante hacia Fuenzalida que remata bajo batiendo a Vásquez. El portero curicano había recibido el asedio rancagüino durante 20 minutos, ayudado por la expulsión de Fuentes, convirtiéndose en la figura del encuentro. Al final los curicanos se quedaron alegando el arbitraje mientras los celestes celebraron una victoria en la que fueron de menos a peor, para terminar mejor.