Manuel Polgatiz C.
Transcurrida una semana, desde el abrupto fallecimiento del ex líder social, sus más cercanos colaboradores, camaradas y familiares, organizaron una simbólica velatón en el frontis de la que fue su morada. Luis Alejandro Órdenes Soto, permanece en el inconsciente colectivo. No pocos sienten que su presencia sigue viva en el pasaje Lincoyán. Vía de ardiente asfalto, que fue testigo de la más brutal golpiza sufrida por el dirigente. En su memoria y como un gesto de agradecimiento por los servicios prestados a la comunidad, los vecinos encendieron velas la tarde del sábado recién pasado. Niños y adultos, se dieron cita en el sector, donde según sus propios relatos, comenzó la riña que tras doce días de agonía, terminó para siempre con su vida.
Presentes también en la jornada de reflexión, estuvieron los miembros de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos, encabezada por el presidente, Hernán Valdivia. Cabe consignar, que este organismo, ya se encuentra estudiando, la presentación de una futura querella criminal, contra todos los que resulten responsables. “Esta tragedia no puede quedar impune”, dijo Valdivia. Fue la hermana del occiso, Margarita Órdenes, la encargada de agradecer el gesto de los asistentes. “Estoy segura que donde sea que esté, Luis se siente dichoso de ustedes. No descansaremos hasta saber con certeza qué ocurrió con mi hermano”, expresó con la voz entrecortada.