Mariely Mardones Arce
Fotos: Luis Fernando González
Un adiós cargado de emociones, recuerdos e importantes momentos compartidos con todo quien se relacionaba el comerciante Titáneo Zúñiga, fue el escenario que se observó ayer, cuando desde las 16:00 horas comenzaron a despedir a un querido esposo, padre, abuelo, amigo, compañero de labores y también jefe, que en las primeras horas del sábado subió a los cielos a acompañar a su nieto Eduardo.
Como un gran amigo lo describieron. Desde Estados Unidos un email, fue comentado por Héctor González, presidente del consejo editorial de diario El Rancagüino, quien además de dar a conocer que sus conversaciones eran tan diversas, que incluso podían ser desde los patios colindantes de sus casas, como cuando tardes en que dialogaban sobre temas más profundos y actuales, dijo que un gran amigo de ellos, Kerry Monterey se comunicó desde el país del norte para contar que por medio de este diario, en su versión electrónica, se enteró de la muerte de su querido amigo; fue entonces cuando mandó especiales saludos a su esposa, Iris Casas-Cordero.
También fue despedido por el presidente del Rotary Club, Rubén Moreira, por haber sido parte importante de la institución. Además, el presidente regional de la cámara de comercio quien además es su sobrino, Rodrigo Zúñiga evidenció en su diálogo la actitud de comerciante de quien luchó durante décadas por la actividad comercial de la Sexta Región.
Arnaldo Figueroa, su amigo, se refirió a todas las virtudes de Titáneo, especificando que él representa lo mejor de la ciudad de Rancagua. Por otra parte, un funcionario que trabajó durante años con él dijo que al laborar con Titáneo pudo aprender que la vida es hermosa y es de trabajo, y que lo más importante que Titáneo le enseñó fue el rigor. De esta forma, quiso representar a todos quienes trabajaron con él, ya que fue un ser leal, y que siempre colaboró incondicionalmente con sus familias.
Desde allende los andes, también quisieron despedir a Titáneo, fue el Rotary Club Mendoza, institución que hizo llegar el más sentido pésame a la familia y en especial a la señora Iris.
Entre tantas otras demostraciones de cariño y recuerdo, una de las nietas del comerciante, se refirió desde las distintas perspectivas y desde cada uno de los roles que tuvo en la vida, a la hermosa persona de su abuelo, a los recuerdos de niñez y a la esforzada vida de trabajo que tuvo quien construyó “un imperio”.
De esta forma, y con mucha emoción se despidió el cuerpo de un hombre de 83 años, quien dedicó muchos años al cuidado de su familia y al trabajo en pos del comercio local.