Manuel Polgatiz C.
Fotos: Marco Lara S.
Los aromas son inconfundibles. Es medio día en la capital de O’Higgins y la temperatura comienza a hacer mella entre los habitantes. En pleno centro de Rancagua, el máximo caporal de los “Huachacas”, Díoscoro Rojas, en conjunto con el municipio local, han organizado la fiesta criolla más grande de Chile. La ceremonia de lanzamiento, se desarrolló en las dependencias del insigne y tradicional restauran “El Quijote”. Allí, entre tufillos a pipeño, vino con gusto a madera y “terremotos” varios, se dio cita el público asistente.
Parroquianos ávidos por una caña de mosto, que se hacen un tiempo en sus diarias labores, fueron el respetable que observó desde la comodidad de sus sillas, el desarrollo de la cita. Curvilíneas mujeres, forradas en ajustados jeans desgastados y encremados cuerpos, son parte del staff de candidatas para representar lo mejor de la cultura huachaca.
Se alza la voz y surge el edil de Rancagua, Eduardo Soto para dar inicio a la justa. Al mismo tiempo, los propietarios del local y sus funcionarios, reparten a destajo el trago más característico del selecto grupo; el “Terremoto”. A base de pipeño, fernet, helado de piña y agua ardiente, genera estragos entre los contertulios. Más de un compuesto concurrente, comienza a ver borroso y se ríe más de la cuenta.
“Esta cumbre, es motivo de orgullo para todos los ciudadanos. Somos nosotros, quienes tenemos la misión de rescatar lo mejor de las raíces. Por eso, agradecemos la presencia de Díoscoro y su comitiva”, señaló. Los aplausos de los empipados feligreses, surgieron espontáneos. Maduros consumidores, dejaron el alma en la jugosa barra para conseguir una fotografía con las bellas damas.
No faltó el despistado que creyó, se trataba de una broma organizada por el legendario establecimiento. Sin embargo, la figura imponente de Díoscoro Rojas, alejó todo tipo de incertidumbre. Ataviado con lo mejor de su clóset, sacó chaqueta azul a rayas, camisa azulada y extrovertida corbata roja con vivos verdes y amarillos. No olvidó la boina a medio filo y el cigarro empuñado por las toscas manos. “Venimos de Puerto Montt y Concepción. Este año, quisimos darle la oportunidad a las regiones y Rancagua, pues, es una de las zonas, que mejor nos representan. Esta ciudad, es típica huasa, minera por excelencia, por tanto, posee los principios más fundamentales de los huachacas. Queremos reconstruir los sueños republicanos del pasado y lanzarlos al futuro. Los esperamos a todos el 28 de noviembre”, manifestó.
Tras la exposición del líder, todos los participantes del evento, degustaron sabrosos platos, surgidos en las entrañas del pueblo (arrollados y pichangas) y preparados por las manos especializadas de El Quijote.