Por: Carolina Castillo C.
Fotos: Nico Carrasco.
“Yo aprendí inglés viendo series gringas”, decía una de mis compañeras del colegio. Claro, el interés que tenía Pilar en el idioma la motivó desde pequeña para instruirse. También su enseñanza se la debe mucho a sus padres, ya que ellos sabían inglés y se preocuparon de enseñarle siempre. Así, en el colegio no tuvo problemas, sus calificaciones hasta cuarto medio, siempre ascendieron a la nota siete.
Casos como el de ella existen, pero no es la realidad que se da para todos los alumnos que actualmente están en el colegio, y es que para muchos, la asignatura de inglés, aún es un eterno “pendiente” en las aulas, y muy especialmente en los programas de estudio, que elabora el Ministerio de Educación.
Sebastián Moraga, cursa tercero medio en un liceo de Rancagua y dice que “el inglés que nos enseñan es malo. La profesora nos pasa guías y nada más. Pienso que podrían hacer una mejor preparación porque es importante”, dice. Su compañero, Piero, piensa que “actualmente se exige saber más inglés, en todos los ámbitos. Pienso que el idioma que nos enseñan en el colegio es muy básico. Debería ser mejor”.
La enseñanza del idioma se basa en los textos de estudio, la repetición, la gramática y la oratoria, pero en todo esto hay un componente elemental, que es la motivación y el interés que tienen los alumnos en aprender una lengua extranjera. “Me gusta el inglés, por lo menos yo aprendo harto y presto atención a lo que van enseñando”, dice Ana, quien cursa segundo medio en el Liceo Comercial Diego Portales. Su compañera, Karla Ortiz comenta que “yo creo que igual nos preparan bien, pero no todos vamos aprendiendo igual, eso porque somos muchos y no a todos les gusta. Yo tengo compañeros que no están ni ahí con estudiar inglés”.
Mucho se ha hablado con respecto al inglés. Que es un idioma tan fundamental como el chino mandarín. Que el chileno habla mal, y que no entiende la importancia de saber esta lengua, entre otros. De hecho, según datos de la Fundación País Digital, no más del seis por ciento de la población adulta habla inglés.
Y es que el problema parte en los colegios. De hecho, hace algunos años atrás, el Ministerio de Educación, en conjunto con la Universidad de Cambridge, realizaron una prueba de diagnóstico, la que concluyó que sólo una pequeña fracción de quienes salían de los colegios chilenos tenían más que un dominio básico del inglés.
Pero, ¿por qué tan poca gente habla este idioma? Para los docentes la respuesta está precisamente en el interés. “Yo creo que el inglés es fundamental hoy en día. Los alumnos se deben familiarizar con este lenguaje y considerarlo como una herramienta de trabajo a futuro. Dependiendo de las aspiraciones que tengan los alumnos es el grado de interés que ellos tienen respecto al inglés”, dice Nora Rojas, profesora de estado en inglés.
Su colega, Patricia Maureira, enseña en el Instituto San Fernando, y comenta que “yo trabajo con niños pequeños, y pienso que el inglés debe hacerse entretenido y didáctico para los alumnos, cosa de que vayan entendiendo. La metodología de trabajo depende de los incentivos que los estudiantes reciban”, destaca.
Abriendo puertas
El Gobierno ha implementado, a través de los años, diversos programas que promueven el aprendizaje del idioma, entre ellos destaca el programa Inglés Abre Puertas, que comenzó a implementarse en el año 2004. Este consiste en fomentar el desarrollo profesional para profesores de inglés y difundirlo en colegios rurales. De hecho hace pocos meses llegaron extranjeros a enseñar por un tiempo a liceos municipales de Rancagua.
Otra iniciativa, que comenzó a implementarse durante este año, es la que inició la Fundación País Digital y VTR, en conjunto con el Ministerio de Educación. Ellos desarrollaron el Programa “Chile Habla Inglés”, que es una cruzada que tiene por objetivo convertir a Chile en un país bilingüe.
El programa pretende enseñar de una manera entretenida a los estudiantes. ¿El problema? No es demasiado conocido entre la comunidad escolar, ello pese a que se hicieron importantes campañas de difusión.
En sí, el programa es simple. Contempla la implementación, para todos los niños del país, el primer “juego-curso” de inglés gratuito en la web, el cual se llama Mingoville. Los interesados pueden visitar la página www.chilehablaingles.com
Con respecto a la enseñanza y los diversos programas que se han implementado en el Gobierno, la profesora Nora Rojas comenta que “considero que el Gobierno debiera hacer mayores esfuerzos. Yo trabajo en dos colegios que tienen distintas realidades. Por ejemplo, en los textos que entrega el Gobierno he encontrado errores, no así en los textos importados. También pienso que la cantidad de horas de inglés debieran ser las mismas que se les asignan a lenguaje. Finalmente, con respecto a la página web, considero que es un esfuerzo importante, ello porque los alumnos se interesan en la tecnología. Eso los motiva”, dice la profesora Nora Rojas.
¿Bilingües? Of course!
El que quiere, puede. Es para muchos la premisa a seguir si se quiere aprender un idioma o emprender un desafío importante. Dos estudiantes que hablan bien el idioma cuentan su experiencia.
Renato Gálvez, estudió en el Instituto O’Higgins de Rancagua, y en sus años de estudiante viajó al extranjero. “A mí el colegio me dio las herramientas y la base para desarrollar un buen manejo del idioma tanto a nivel escrito como oral, pero dependió de mí utilizarlas para lograr un nivel que me permitió desenvolverme en Estados Unidos. Sí, pienso que todos los ramos que enseñan en el colegio dependen del interés del alumno y sobre todo con el inglés, que exige una práctica constante y sistemática”, comenta.
Con respecto a la práctica, que se debe ejercer del idioma en el futuro, Renato dice que “el inglés adquiere cada vez más importancia. En la Facultad de Derecho de la UNAB por ejemplo, este año es parte de la malla Inglés I y II, evidenciando que en todo tipo de carreras el idioma es fundamental”.
Por su parte, Francisca Contreras, egresó del Colegio Sagrado Corazón, y actualmente estudia ingeniería civil química en la Universidad Federico Santa María de Valparaíso. Ella destaca que “tuve un profesor que era súper exigente, y a él le debo todo lo que sé en inglés. Aunque también, más que en las clases, yo aprendía más leyendo libros en ingles y traduciendo letras de canciones. El inglés que aparece en los libros es formal. Y como ahora los idiomas están llenos de modismos, no se saca nada. Considero que es importante el interés personal y practicar mucho, porque se va olvidando”, destacó.