Julio César Moreira, magister en Ciencias Políticas
Los dermatólogos políticos se equivocaron rotundamente.
A Juan Carlos Latorre no le produjo ni el más mínimo prurito el compartir lista con Bárbara Figueroa Sandoval, militante comunista, e hija del ex alcalde de San Fernando, José Figueroa, de la misma colectividad.
“Tenemos un pacto con el Juntos Podemos. El desarrollo de la campaña ha sido un trabajo mutuo y de solidaridad. Ha sido una buena experiencia”, afirma “El Caco”, a quien su partido, la Democracia Cristiana repostula como diputado en el distrito 35.
Sería un desagradecido de la vida y de la Concertación, si opinara distinto.
¿Por qué, se preguntará usted?
Primero porque se trata de una mujer- un caballero debe ser siempre un caballero-; y en segundo término, porque el oficialismo se encargó de facilitarle las cosas al ex presidente nacional del falangismo.
Las malas lenguas dicen que Latorre compite solo, y que el pacto con los comunistas no pasa de ser un saludo a la bandera, en esa zona.
¿Tienen los compañeros de la hoz y el martillo, alguna posibilidad de elegir a uno de los suyos, si el oficialismo le pone a sus mejores hombres?.
La verdad es que muy poca, aducen los que saben de política, y que, a menudo, se los ve deambular por el casco histórico de la ciudad.
Aclarado el tema, no queda sino afirmar, con largueza, que la DC tiene prácticamente asegurada la reelección del camarada Latorre en el distrito 35.
En la Coalición por el Cambio, el escenario no es muy distinto; porque en el horizonte del actual diputado UDI, Ramón Barros, no se avizoran nubes; aunque sí nubecillas, con falda y nombre de mujer.
El 33,93 por ciento, obtenido por el militante UDI en las elecciones de 2.005, son su carta de presentación. En esa oportunidad, su compañero de ruta, el independiente César Molfino, le aportó un no despreciable 6,77 por ciento.
Barros, aficionado a la música ranchera, y mejor intérprete de “La Calandria”, ha tenido un buen desempeño en Cámara Baja, aseguran los habitantes del poniente de la Región de O´Higgins.
LIDIA PIZARRO AL ACECHO
Decíamos que las nubecillas posadas sobre la raleada testa de Ramón Barros, y su compañero de lista, el RN Patricio Alliende, lleva faldas y tiene nombre de mujer.
Ella es la ex alcaldesa de Santa Cruz, Lidia Pizarro, en cuyo currículo político está su pasado cercano a la entonces Alianza por Chile.
Hoy, y por diferencias con la centroderecha, decidió afincarse en los pagos del PRI; colectividad que la postula como diputada por el distrito 35, junto al también PRI, Eduardo Román.
Una tercera mujer aspira, también, a sacarle una tajada a la torta electoral, pero de la Concertación. Se trata de la solitaria militante del Partido Humanista, Ángela Sazo, quien va en la lista del pacto “Nueva Mayoría para Chile”.