Durante el mes diciembre se realizó en la bahía de Waimea de la isla de Hawaii, el Quiksilver Memorial de Eddie Aikau. El torneo de surf es equivalente a un mundial de la especialidad y en él participan los mejores del mundo; incluyendo al chileno Ramón Navarro Rojas, de 30 años.
El deportista, nacido en Pichilemu, tuvo una destacada actuación en la cita planetaria al desafiar la “ola infernal” —o “monster drop”—, siendo el único participante en retar a esta ola, que, con sus 10 metros de altura, es considerada la más grande del mundo. En esta prueba obtuvo un puntaje perfecto. Lamentablemente, durante la competencia sufrió una caída que lo retrasó varios lugares en el escalafón, pero que igual lo dejó en un importante quinto lugar.
“Es el campeonato más importante que hay en el mundo, es el de las olas más grandes y es un honor haber participado a este campeonato que es sólo por invitación, donde están los mejores del mundo en olas gigantes. Estar quinto en el mundo, y haber sacado el premio a la ola más grande, fue el mejor logro de mi carrera. Fallé sólo en una ola grande, pero son cosas que pasan. Para ser primera vez, es un resultado positivo y ya quedé invitado para el próximo campeonato para estar, ojalá, en el primer lugar”, indicó el surfista pichilemino.
Surfeando desde los 13
Ramón Navarro Rojas es hijo de un pescador artesanal de Pichilemu, por lo que siempre estuvo cerca del mar y de sus olas. Desde pequeño que ha tenido contacto con el agua salada en Punta de Lobos, por ello no fue raro que ya a los 13 años tuviese sus primeros contactos con las tablas.
“Llevo cerca de 18 años acá en Pichilemu. Me inicie en este deporte cuando tenía 13 años. Era como un juego de niños, para entretenernos. Sin embargo, empezó a irme muy bien. Cuando tenía 16 años el tema se torno profesional, claro que como se podía en esos años, sin tener nadie que me apoyara, luego, ya con 20 años, empecé a dedicarme por completo a esto y, gracias a Dios, me ha ido muy bien”, manifestó.
Es considerado el mejor surfista nacional, entrena todos los días desde muy temprano en la mañana en las playas de Punta de Lobos para obtener logros como estos. Ramón, que próximamente será padre, posee además una tienda de Surf llamada Los Morros en la ciudad de Santiago, que lo ayuda en la parte económica.