Felipe Alvear Silva
Foto: J.P.
El miércoles 2 de junio del 2009, cerca de las 16 horas, Cristián Paredes Núñez de 33 años, manejaba en estado de ebriedad su camioneta por la Ruta 5 Sur con destino su domicilio en Curicó. A la altura del kilómetro 123, frente a la localidad de Miravalles en la comuna de Malloa, perdió el control del vehículo y arrolló a dos mujeres que se encontraban paradas en la berma. Producto del golpe, Laura Catalina Parada Valenzuela de 23 años y su tía Hermosilla Rosa Parada Romero de 53 años, murieron en el lugar.
Cristián Paredes Núñez, el empresario curicano que ya tenía antecedentes por manejo en estado de ebriedad, arrojó 2,11 grados alcohólicos en el examen de rigor tras atropellar y matar a las mujeres. Producto del fatal accidente, el hombre quedó detenido en la 1ª Comisaría de Pichilemu y después en prisión preventiva. Pero a pesar de la indignación de los familiares que concurrieron a la audiencia, el 17 de agosto se le decretó una pena de tres años y un día, con el beneficio de la libertad vigilada con la prohibición de por vida para manejar.
Pero todo cambió durante la jornada de ayer. Gracias a la apelación que realizó la familia de las víctimas durante el mes de noviembre, el Tribunal de Garantía resolvió ayer, en virtud al artículo 358 del Código Procesal Penal, la inmediata aprehensión de Cristián Paredes Núñez para cumplir una condena efectiva privativa de libertad, por lo que se ordenó a Carabineros y a la Policía de Investigaciones de Curicó, la detención del condenado.