Por: Hugo Soto Riquelme
Fotos: Nico Carrasco
Días bastantes soleados ha experimentado en las últimas semanas Rancagua, alcanzando niveles de radiación ultravioleta (UV) altísimos para la ciudadanía. De esta forma, la Dirección Meteorológica de Chile informó que la capital regional alcanzó los 11 puntos en la escala internacional, catalogándola como una zona de alerta extrema.
Bajo este contexto, la docente de la Facultad de Enfermería de la U. Andrés Bello, Macarena González, se refirió a los perjuicios que puede provocar la exposición al sol en momentos en que los niveles de UV llegan a ser peligrosos.
“Cuando la exposición al sol ha sido muy prolongada, se pueden producir quemaduras de segundo grado con compromiso de capas más profundas de la piel y que requieren de tratamiento médico por el riesgo de infección que existe”, precisó González.
La catedrática definió a la quemadura solar como una respuesta a la acción de los rayos UV-B que se traduce como eritema, dolor, vesículas junto a la formación de flictenas (ampollas).
“Cada persona recibe los rayos solares de diferente forma y esto está determinado por el tipo de piel que tengan. De los seis tipos de piel existentes, los primeros cuatro (que van desde la blanca a la morena clara) se queman más fácilmente porque son más sensibles al sol y pueden broncearse o no. Los otros dos tipos son pieles oscuras, más resistentes a los rayos solares, y nunca se queman”, explicó.
Respecto a al nivel de gravedad que puede alcanzar una quemadura, la docente señaló que ésta depende del tiempo e intensidad de la exposición de quienes toman el sol, fundamentalmente en la playa.
Los principales síntomas que proporciona esta lesión son detectados, a través de enrojecimiento, inflamación en la piel, dolor, fiebre, escalofríos, debilidad y piel seca, con picazón y exfoliación al transcurrir algunos días después de provocada la quemadura.
Precauciones para el verano
Según Macarena González, la mejor forma de prevenir una quemadura solar es seguir los pasos (ABC) recomendados por la Academia Estadounidense de Dermatología (American Academy of Dermatology). Entre ellos destacan los siguientes:
– No se exponga al sol al mediodía. A esta hora es cuando los rayos del sol son más dañinos.
– Bloquee los rayos del sol utilizando un protector solar de al menos un factor 15. Aplíquese la loción 30 minutos antes de salir y vuelva a aplicársela a menudo durante el día. Los filtros solares no se deben utilizar en niños menores de seis meses de edad.
– Cúbrase utilizando ropa que lo proteja, como camisas de manga larga y sombrero, cuando esté al sol. Use tejidos ligeros para protegerse de la mejor manera contra la luz del sol. Mantenga a los bebés de menos de seis meses de edad fuera del alcance de los rayos directos del sol todo el tiempo. Los sombreros de ala son aconsejables.