Tras calificar técnicamente, se abrieron -en dependencias del MOP- las ofertas económicas de dos consorcios en competencia interesados en adjudicarse la concesión de la Ruta 66, más conocida como Camino de la Fruta: Vial Chile, integrado por las empresas Besalco, Icafal y Belfi; y Concesiones Viarias Chile Tres S.A., intergada por la empresa Dragados.
Ambos consorcios participaron en el tramo de subsidios estatal, cuyo tope era de 1 millón de unidades de fomento. Consorcio Vial Chile requirió un subsidio de 688.800 UF y Concesiones Viarias Chile Tres, 715.998,009 UF. Es decir, las ofertas de ambas compañías implican ahorro a las arcas fiscales.
Con una inversión de 360 millones de dólares, el proyecto de concesión consiste en el mejoramiento y conservación de aproximadamente 138 kilómetros de vialidad interurbana, iniciándose en el cruce con la Ruta 5 Sur (sector Pelequén), en la Sexta Región, cruzando parte de la Región Metropolitana y finalizando en el Puerto de San Antonio, en la Región de Valparaíso.
Junto con el mejoramiento y homogenización del perfil de la Ruta 66, el proyecto plantea ampliar a segundas calzadas los primeros 22 Kilómetros, entre Pelequén y Peumo, y una calzada bidireccional para el resto del trazado.
Entre las principales obras que deberá construir el consorcio que se adjudique la concesión se encuentran las variantes Peumo – Las Cabras – El Manzano, con una longitud de 43 kilómetros, la variante Quincanque de 1,4 Km. y la variante San Juan, en una extensión de 13,6 kilómetros.
La concesión, que contempla la conservación y el mantenimiento tanto de las obras nuevas como de las preexistentes, considera 26 kilómetros de doble calzada, 7,4 Km. de terceras pistas, cuatro puentes nuevos y el mejoramiento de cinco preexistentes.
Por otra parte, la vía concesionada contará con 22 atraviesos, un paso superior y dos inferiores, nueve enlaces nuevos y el mejoramiento de dos existentes y más de 30 kilómetros de calles de servicio y ciclovías.
Entre los principales beneficios de la concesión destacan una mayor seguridad a través de la disminución de las áreas de riesgo, intersecciones a nivel, sectores de fuertes pendientes y restricciones de velocidad, por medio de la habilitación de segundas calzadas y variantes que se traducirán en una menor tasa de accidentes y en mayores niveles de seguridad para peatones, ciclistas y automovilistas que circulan habitualmente por esta Ruta.
Con el nuevo Acceso al Puerto de San Antonio por medio de la denominada variante San Juan se evitará la congestión que provoca el tránsito de camiones, por las comunas de Santo Domingo y San Antonio, y en particular el sector Llolleo, generando el consiguiente ahorro en tiempos de viaje y combustible.
La ruta potenciará el desarrollo turístico de las zonas cercanas a la misma, al tener mejor estándar de seguridad y menores tiempos de traslado, promoviendo el desarrollo y competitividad del sector agrofrutícola de la zona, incentivando de esa forma la actividad industrial y comercial entre las Regiones de Valparaíso, Metropolitana y de O´Higgins.