Desde hace 15 años, los vecinos de Villa Girasoles al nororiente de Rancagua, han tenido problemas con la recolección de aguas lluvias. En el centro de la población existe una plaza que fue construida con la finalidad de drenar el agua que venía de otros sectores de la capital regional. Sin embargo, “la velocidad de drenaje de esas aguas era demasiado lenta, por lo tanto se quedaban acumuladas por mucho tiempo. Eso provocaba la descomposición de las aguas y el malestar de los vecinos por los olores”, cuenta Carlos Medina, Director de Gestión Ambiental de la Municipalidad de Rancagua. Para solucionar el problema, el ingeniero Sergio Alcayaga buscó una vía innovadora: “Se van a instalar unos neumáticos, luego una capa de goma, y después va una capa de geotextil, que es lo más importante, porque permite la filtración de agua. Es como una especie de algodón”, explica Benjamín Badilla, Técnico en Construcción encargado del proyecto.
Pero esta alternativa no tiene felices a todos los habitantes del sector. Jorge Orellana, Secretario de la Junta de Vecinos de la Villa, está preocupado por la contaminación que la presencia de dichos neumáticos puede significar para los alrededores, y solicitó a la autoridad sanitaria realizar un sumario al respecto. “Primero, porque el municipio no tiene presentado proyectos, o un proyecto en el departamento de acción sanitaria. En segundo lugar, aquí se habían acopiado neumáticos provenientes de áreas industriales mineras, que así a simple vista, estaban contaminados”, dice Orellana.
Servicio de Salud paralizó las faenas hasta que se aclarara ese asunto. Situación que, está ya prácticamente aclarada. “Nosotros para mejorar el andar del proyecto decidimos en común acuerdo con el servicio de salud y retiramos todos los neumáticos por mayor tranquilidad de los vecinos”, manifiesta Carlos Medina.
Inquietud por la medida
Pero no todos los pobladores rechazan la solución municipal. El presidente de la Junta de Vecinos, Saúl Aqueveque, asegura que “acá todos los vecinos han participado en mesas de trabajo, y se ha acordado que se podía empezar a trabajar. Además Sanidad no he dicho que los neumáticos estén contaminados, y si no les creemos a ellos, a quién le vamos a creer.”
Aún así, un grupo de personas, comandadas por Orellana, se quejan de que los trabajos en la zona carecen de estudios de impacto ambiental, y que la salubridad del proyecto no está clara. A esto, Carlos Medina responde que “la ley no exige un estudio de impacto ambiental. Para este tipo de obras de drenaje, no es necesario. Porque no se está interviniendo nada más que lo que ya estaba intervenido. Entonces, si hubiese sido necesaria una declaración de impacto ambiental o un estudio, nosotros como municipalidad no te quepa duda que lo hubiésemos realizado.”
Pero para quienes comparten la visión de Jorge Orellana, la solución debe ser mucho más radical: tapar definitivamente la plaza, convertirla en una zona de recreación y no permitir que se siga utilizando como zona de drenaje.
El Director de Gestión Ambiental del municipio, asegura que esta idea es producto de una confusión: “urbanísticamente está construido así el colector de aguas lluvias de todo ese sector. El urbanizador proyectó la conducción de las aguas por esta vía. La solución de drenaje es la plaza. Esa solución está de mucho antes que se construyeran las poblaciones allá. Pero eso no significa que esas poblaciones no evacuen ahí. El agua de ellos es la que baja por gravedad hacia los otros canales. No es el agua de Villa Girasoles la que cae ahí. Es la de la Nelson Pereira, y de otras poblaciones.”
Ninguna de las respuestas o explicaciones entregadas hasta ahora por la Municipalidad han dejado conformes a Orellana y quienes se unen a su causa. “Aquí no se puede hacer un sistema que es un experimento. Por eso, pido que saquen todos los neumáticos”, exige molesto Don Jorge.
Carlos Medina reconoce que se trata de una idea innovadora, y que por esa misma razón es entendible que al comienzo genere rechazo. El panorama visual que presenta la plaza hoy no parece el más esperanzador. El grupo de neumáticos que comienza a rellenar el terreno genera un aspecto algo desordenado. La Municipalidad dice estar conciente de esa situación, y señala que para poder criticar el proyecto, éste debe verse finalizado, y sólo en ese momento se comprenderá la finalidad que tiene todo el trabajo que se ha realizado previamente. “Todo lo que está ahora con los neumáticos va a ir con césped, y va a poder utilizarse para recreación. Yo pienso que acá hay mala información, o información tergiversada de parte de alguien. Pero nosotros lo que estamos haciendo en este lugar es un mejoramiento de lo que hay”, explica Benjamín Badilla.
“Los vecinos tienen que estar tranquilos, saber que lo que se está colocando ahí no es contaminante y no es peligroso. Lo que se está haciendo es tratar de encontrar una solución a un problema que han tenido durante muchos años,” declara Medina.
Según los encargados del trabajo en la plaza, se espera que todo quede finalizado el 20 de febrero, si todo sigue su curso normal y no hay nuevos reclamos por parte de los vecinos disconformes con las medidas.