Por: Hugo Soto – José Pinto
Fotos: José Pinto
Precisamente en la comuna de San Vicente de Tagua-Tagua vive el Carabinero más longevo de Chile, luego de cumplir hace algunos días atrás 100 años de vida. Se trata de Luis Alberto Seguel Arroyo, quien tiene una dilatada trayectoria en la institución de las carabinas cruzadas.
Desde que entró en la década de los 30 logró grandes reconocimientos que llevó a su familia tras su retiro 25 años después de su llegada a la policía uniformada, que hoy dista mucho de lo que era por esos años, debido a la sofisticada preparación existente.
Don Luis nació un día 20 de enero del año 1910 , luego de estudiar cuando tenía 20 años ingresó a lo que tanto le gustaba: Carabineros de Chile. En esos años el curso era bastante rápido y tras estar un año comenzó su carrera en la institución policial.
Su primera destinación fue en el año 1931 a la localidad de Los Ángeles, donde luego alcanzó diferentes reparticiones hasta el 30 de enero de 1955, fecha clave en su vida puesto que deja el uniforme para dedicarse a descansar junto a su esposa y tres hijos.
Seguel confidenció que el único sueño que tenia antes de retirarse, era que uno de sus tres hijos siguiera la carrera policial, pero lamentablemente ninguno pudo acceder a la institución, por lo tanto esperaba que alguno de sus nietos lograra este sueño tan anhelado por él.
Fue así, como una de sus nietas María Seguel Vera postuló a la Escuela de Carabineros y con el paso del tiempo se convirtió en oficial de la policía uniformada. Ahora ella trabaja en la 45° Comisaría de Santiago Centro y forma parte del gran sueño que tuvo su abuelo años atrás.
Por estos días el vetusto policía está en su hogar descansando y sólo como recuerdo de sus días de Carabinero le queda el sable que es el símbolo de los suboficiales. Además, Seguel alcanzó el grado más alto que pudo conseguir como carabinero, que es el de suboficial Mayor.
-¿Qué recuerdos tiene de esos años como suboficial?
-Muy lindos recuerdos tengo de mi vida de Carabinero, claro que en esos años era distinto trabajar en Carabineros, ya que no habían por ejemplo vehículos, habían caballos y muchas veces a los detenidos los llevábamos delante de los caballos amarrados con la trilintroya, elemento que se usaba para amarrarlos de las manos, ahora se llevan en un carro y esposados. Ahora son otros tiempos.
-¿Recuerda algún procedimiento importante en su trayectoria profesional?
-Sí, muchos. Siempre yo salía a solucionar los problemas, ya que mi experiencia calmaba los problemas.
-¿A su esposa la conoció vestido de Carabinero?
-Sí, ella trabajaba en una oficina pública. Un día fui de uniforme y nos enamoramos y nos casamos. Gracias a nuestro amor nació Irma mi hija mayor con quien vivo, luego vino Luis y Carlos. Tengo 6 nietos y 2 bisnietos. Tengo una nieta que lleva en la sangre las carabinas cruzadas, siguió mis pasos, pero ella es oficial. Yo cuando partí era manga lisa nada más y gracias a mi trabajo llegue al grado máximo.
-¿Lo sancionaron en la institución?
-Jamás siempre fui muy disciplinado. Siempre estaba en mi turno y cumplía las órdenes de mis superiores.
-¿Alguna vez la institución lo ha condecorado?
-No, nunca. Ojalá que el Director General sepa que en esta tierra hay un carabinero de tomo y lomo. Pese a que tengo cien años por mis venas, sigue corriendo sangre verde porque yo quiero mucho a mi institución.