Felipe Alvear Silva
Fotos: Marco Lara
Disgusto existe en los vecinos del pasaje Agua de la Vida, en su intersección con el parque de la Villa Coya Pangal, ya que uno de los focos que ilumina la entrada a la plazoleta, se encuentra desde hace aproximadamente un año fuera de servicio, lo que deja en oscuras la calle donde transita la gente que va a comprar al local del sector residencial.
Si bien vecinos aseguran que la villa es tranquila y que se ve poca delincuencia, también hacen sentir su mal estar por la falta de luz que incomoda, sobre todo de noche, al lugar de paso de residentes del lugar.
El negocio de abarrotes y botillería Alkotres, ubicado justo afuera del poste de luz en mal estado, es uno de los principales perjudicados, ya que la falta de iluminación los deja en las penumbras durante la noche. “Desde hace más de un año que no se ve nada afuera y nos tenemos que arreglar sólo con la luz del local”, señaló Bruno González, uno de los dueños del negocio.
Según indica el comerciante, que además tiene su casa al frente del negocio y también queda a oscuras durante la noche, dieron aviso de la situación a funcionarios de la Municipalidad de Rancagua, los que visitaron hace un tiempo el lugar. Tras analizar la situación del alumbrado, recomendaron a los dueños de la botillería que llamaran a otro departamento del municipio. “Llamamos a la municipalidad y vinieron pero no hicieron nada, ahí nos dijeron que llamáramos a otro departamento de la misma municipalidad”, reclama González.
El problema para el negocio es que la gente que vive al interior de la Villa Coya Pangal debe caminar por el parque y llegar al sector de calle Agua de la Vida encontrando un sombrío panorama, producto de la falta de luz. Según el locatario “es peligroso” para los vecinos y clientes transitar en un lugar a oscuras.