Alejandra Conejera
Fotos: Nico Carrasco
Con la llegada del invierno, la utilización de métodos de calefacción se acrecienta considerablemente, generando un mayor riesgo de sufrir algún tipo de quemadura en el caso de los más pequeños. Frente a este panorama y a cifras que señalan que cerca del 90% de este tipo de accidentes se produce en los hogares por la mala manipulación de líquidos calientes o por el contacto con los elementos de calefacción, Coaniquem está especialmente preocupado por prevenir y evitar que este tipo de situaciones sigan aumentando año tras año.
A juicio del cirujano infantil con formación en plástica reconstructiva, Beatriz Quezada, considerando las nuevas circunstancias de vivienda luego del terremoto -donde el hacinamiento es mayor y el frío del invierno- pueden retroceder en 10 o 15 años lo que habían logrado en prevención. “En el fondo, las condiciones del ambiente físico son determinantes en la producción de este tipo de lesiones, ya que el espacio reducido -por las mediaguas o la situación de los allegados- hace que las posibilidades de quemarse sean mucho mayores”, explica.
El aumento de los casos de quemaduras tiene un alza considerable en invierno, sobre todo las que se producen por el agua caliente. En caso particular de Rancagua, se originan mayormente accidentes por el contacto con las estufas o braseros que es más habitual en niños menores de dos años. “Volver al uso de braseros por ejemplo, realmente ha hecho que las personas vuelvan a colocar la tetera sobre éstos y que los niños pasen corriendo y se vuelque el liquido y finalmente, se quemen o, en el peor de los casos, caen sobre las brasas, donde incluso se puede incendiar la ropa”, enfatiza.
Según el cirujano, el mayor porcentaje de casos de quemaduras en la Sexta Región y en otras ciudades del país, se da principalmente en menores de 6 años, debido a que son mas inquietos y que están explorando el mundo y en los que, principalmente, Coaniquem está preocupado por el tema de su rehabilitación posterior.
“En Rancagua, afortunadamente, en los años que llevo trabajando me han tocado pocos casos de quemados graves, los que son derivados a Santiago al Hospital Exequiel González Cortés por normativa del Ministerio, ya que son patologías del Plan AUGE”, relata.
Consejos para prevenir este tipo de accidentes
La profesional de Coaniquem, señala que lo más importante es que elementos como las estufas y los braseros se ubiquen de preferencia en los rincones y ojalá con algún tipo de protección. En el caso de este último, jamás dejarlos encendidos durante la noche y apagarlos con agua fuera del hogar. Con respecto a los líquidos calientes, en general, no se deben dejar ni teteras ni ollas sobre los braseros y a la hora de cocinar, lo recomendable es utilizar los quemadores de atrás y con los mangos de las ollas hacia adentro.
“Otra cosa son los hervidores eléctricos, donde los niños pueden pasar a llevar el cable y se cae el agua caliente como si fuera una catarata sobre el niño, lo que puede generar quemaduras desde zonas muy pequeñas hasta porcentajes muy grandes, por lo tanto, siempre los hervidores deben tener un cordón corto, una tapa dura y desmontable, porque si el niño lo bota cae completo y no queda colgando con el agua hacia abajo”, agrega.
Por otra parte, costumbres tan básicas como tomar el té con los pequeños en los brazos, es una de las prácticas que se deben evitar ni tampoco dejar una gran fracción de los manteles colgando, ya que los niños lo tiran dando vuelta todo lo que está sobre la mesa.
Qué hacer en caso de sufrir una quemadura
– Sacar rápidamente la ropa y echar agua fría, para enfriar la quemadura y así, baje la temperatura y el daño de la piel sea menor, además de envolverlo en un paño limpio y si se hacen ampollas hay que partir inmediatamente al servicio de urgencia.
– Aunque sea una ampolla muy pequeña, no hay que curar nunca una quemadura en casa, ya que se debe hacer de manera especializada con los elementos estériles y con los vendajes que correspondan.
– Siga en forma estricta las indicaciones del médico con el fin de lograr una pronta recuperación y evitar futuras complicaciones.
– No se automedique ni acepte medicamentos de personal no profesional, puesto que cada quemadura es diferente; no siempre el manejo que se le dio a un paciente, será el adecuado en otro.
Cuándo se habla de gravedad
En general, cuando uno habla de pacientes quemados graves el porcentaje se mide en relación a cuánta superficie del cuerpo está quemada, además de relacionarse con la edad que tiene el paciente y la profundidad que tiene la quemadura. Habitualmente se habla de un 20% con quemaduras profundas. En el caso de los niños menores de un año, el 10% va a ser igualmente grave, ya que el niño es muy pequeño y tiene otros problemas asociados a esa edad al igual que las personas mayores de más de 60 años, donde un porcentaje menor también será considerado grave.