Alvaro Rivera E.
Fotos: Marco Lara
El alcalde de Rancagua, Eduardo Soto, sabe que las inundaciones que se producen en Rancagua por las lluvias, son el punto negro de cada invierno en la capital regional. Cabe recordar lo que sufrieron los vecinos de la Villa Nueva Alborada, quienes en las últimas precipitaciones del miércoles por la noche, lamentaron el anegamiento de sus casas.
Soto habló con El Rancagüino al respecto. “En general, obviamente, hemos tenido dificultades. Y, especialmente, por los días de lluvia, donde históricamente la ciudad en la Alameda se nos corta en tres, a propósito de las inundaciones”.
Agregó el edil. “Y esperamos que este sea el último año que tengamos inundaciones en la Alameda, porque ya comenzó el tramo final del colector de agua lluvia, que comenzó los primeros días de marzo. Hay una inversión ahí de 4.600 millones de pesos para el tramo final. Y de acuerdo a la programación de los trabajos, deberá terminar en mayo del próximo año. Por lo tanto, si todo se da en los plazos estipulados —si no hay problemas de ninguna índole— a contar del próximo invierno, ya las inundaciones en la Alameda serán parte de un mal recuerdo”, aseguró.
¿Y los trabajos que se están realizando en la avenida Miguel Ramírez? Todas las mañanas se producen grandes atochamientos vehiculares…
-“Efectivamente. En las avenidas Membrillar y Miguel Ramírez estamos con las molestias que significa poder disminuir las pistas de circulación al 50 por ciento, dado que se está avanzando en el tramo de remodelación. Pero les pedimos —especialmente a los conductores— un poco de paciencia, ya que son las molestias y costos que hay que pagar por el progreso. Pero en poco tiempo más, ya estarán completamente habilitadas ambas pistas. Y lo que nosotros estamos trabajando y apurando los recursos para la etapas siguientes, porque finalmente debe concluir las obras en Membrillar con Freire. Eso sería lo óptimo para nosotros como ciudad”, concluyó el edil.