Daniella Girardi
Fotos: Marco Lara
El pasado miércoles 30 de junio la gente de Pichilemu fue testigo de un macabro hallazgo. Flotando en la orilla de la playa se encontraban veinte cadáveres de aves, entre ellos pingüinos de Magallanes, de Humboldt, y guanay, los que además presentaban el pecho abierto.
El gobernador de la provincia de Cachapoal, Julio Ibarra, y el director del Servicio Nacional de pesca de la región, Francisco Fernández, calificaron el hecho como posible causa de la pesca incidental. Esta práctica ocurre cuando las aves son capturadas accidentalmente en las redes de pesca y al no poder salir a la superficie, se ahogan.
“Hay un 90 por ciento de probabilidad, debido al patrón de los cadáveres, de que las aves hayan muerto por eso. Los pescadores las encuentran al día siguiente muertas, las sacan y las botan al mar. Algunas veces les abren el pecho para que puedan hundirse rápidamente en el fondo marino”, explica el experto en ecología y biodiversidad de aves marinas de la U. Andrés Bello, Alejandro Simeone.
La idea de los pescadores es evitar que los pájaros muertos lleguen a la playa para no tener problemas con la ley, ya sea Carabineros, la PDI o Sernapesca, ya que muchos de estos ejemplares están protegidos, incluso algunos están en peligro de extinción, tal es el caso del pingüino de Humboldt. Por ejemplo, en 1995 el Ministerio de Economía estableció una veda extractiva por 30 años para reptiles, aves y mamíferos marinos, y su incumplimiento es sancionado por la Ley General de Pesca y Acuicultura.
Otra tesis que se había barajado para explicar la muerte de las aves tenía relación con el uso de su carne para consumo. Sin embargo, Simeone la descartó, pues en Chile no es una práctica común comer esta carne, lo que sí ocurre en otros países como Perú. “Lo que sí se hace, especialmente en el norte de nuestro país, es utilizar a estas aves para cebar trampas de jaiba”, expresó.
Un llamado a la regulación
Frente a esta situación, la Federación de Tripulantes de Chile (Fetrinech) no quiso estar ausente y expresó nuevamente su preocupación por la falta de selectividad de las redes artesanales de enmalle y por la práctica del descarte de aves endémicas como las que aparecieron muertas estos últimos días.
“Llevamos dos años denunciando esta situación y la autoridad competente aún sigue sin tomar cartas en el asunto”, declaró Luis Saavedra, presidente de la Fetrinech, quien además aseguró que lamentablemente es habitual que las aves queden atrapadas en las redes artesanales y sean luego arrojadas al mar por los propios pescadores.
Es más, en marzo de 2009, más de setecientos pingüinos fueron encontrados muertos en la Bahía de Queule, en el límite entre las regiones De Los Ríos y De Los Lagos, y la investigación, junto a las propias declaraciones de los pescadores, demostraron que la causa fue asfixia tras enredarse en estas redes.
Por otra parte, el vicepresidente de la agrupación, Sergio Vera, señaló que si bien estas especies están protegidas por ley, la muerte en redes artesanales de enmalle es un problema que no ha sido abordado como corresponde por las autoridades pesqueras.
“Es necesario comenzar a regular el uso de estas redes, prohibidas en los más importantes países pesqueros, que en Chile han provocado un enorme daño a las especies marinas”, enfatizó. Mientras que Simeone dijo que “sería bueno que se regulara este tema, pero es difícil porque la muerte de las aves es sin intencionalidad, es decir, ellas se enredan en redes colocadas para otros fines”.
Finalmente, tanto Saavedra como Vera, hicieron un llamado a los representantes de ONG’S ambientalistas que apoyan a los pescadores artesanales, para que se pronuncien y manifiesten rápidamente un acto de repudio a este tipo de actividades.