Voluntarios visitaron la población para alertar a los vecinos y ensayar la mejor manera de reacción que deberán tener en caso de un incendio, el que por las caracteristicas de la villa podría ser de gran magnitud.
María Elisa Henríquez/ Luis Fernando González
Fotos: Marco Lara
Son parte de los damnificados del terremoto, viven en mediaguas a la espera de la reconstrucción. Pero no sólo están a la sombra de la fatídica noche del 27 de febrero sino que también mañana se podrían ver envueltos en una catástrofe aún mayor.
Los pobladores de la Aldea San Antonio viven en mediaguas de material ligero que además – para evitar filtraciones de lluvia- están envueltas en plástico también inflamable. Además utilizan braseros para calentarse e incluso velas para iluminarse por lo que un incendio es una realidad probable el que por las características de la villa anteriormente descritas podría rápidamente convertirse en un siniestro de proporciones mayores.
Precisamente, con el fin de estar preparados ante una contingencia así, ayer sábado 10 de julio Bomberos de Rancagua realizó en la Aldea San Antonio un simulacro para determinar qué tan preparados están tanto los voluntarios como los pobladores para enfrentar una emergencia de envergadura.
En la simulación participaron la 4ª, 5ª, 6ª, 7ª Compañías, que serían las unidades que primero responderían a una emergencia, más los capitanes y oficiales de otras tres compañías de Rancagua. En total 87 voluntarios se dedicaron a revisar los grifos, el material ligero de las construcciones y las vías de acceso por donde poder hacer ingreso en caso de alguna emergencia en la aldea.
Así los voluntarios determinaron por ejemplo, en caso de un llamado de alarma despachar de inmediato cuatro carros de agua en vez de los 2 que generalmente se envían a cualquier emergencia común, señaló el comandante del Cuerpo de Bomberos de Rancagua Carlos Miguel Droguett. Los “caballeros del Fuego” también revisaron la realidad de alimentación de agua ya que al interior de la villa San Antonio aún no hay grifos, aunque se está en proceso de instalar uno. A un par de cuadras de la población existen dos grifos en la Villa Girasoles, pero pertenecen a la misma red de agua por lo que en la práctica es uno solo el utilizable. Otra fuente posible de agua es el canal que corre a un costado del Estadio Marista a unos 300 metros al oriente de la villa. También, confidenció el comandante, esperan tener las coordinaciones necesarias con el municipio local a fin de que ante una emergencia los camiones aljibes municipales sean despachados a la villa para surtir del vital elemento a los voluntarios. Medio en broma, medio en serio Droguet además dijo que si “alguien quisiese donar un camión aljibe a los bomberos sería de mucha utilidad”.
Ayer se instalaron las unidades de agua en convoy para probar en terreno las distancias a las que se puede enviar agua con una presión conveniente para atacar un siniestro así como también la ubicaciones que tomarían los carros.
También los bomberos realizaron capacitaciones a los vecinos de cómo enfrentar y mejor aún como prevenir el fuego, en la ocasión el comandante también aprovechó para advertir a los vecinos que hay que estar preparados para cualquier emergencia y siempre tener en cuenta el número de bomberos 132 para alertar a los voluntarios de cualquier tipo de problema que pudiera surgir. La idea es que de ocurrir una emergencia en esta villa no haya que lamentar mayores daños por falta de planificación o falta de recursos. “Se tirara toda la carne a la parrilla, mejor que sobren recursos (humanos y técnicos) a que falten”, confidenció Droguet.