– El lugar, ubicado en la villa Los Alpes, alberga en una antigua fábrica a más de doscientos condenados que cumplen reclusión nocturna.
– Los vecinos reclaman que no se les preguntó. También que el primer día de funcionamiento del centro ya provocó serios trastornos en el sector.
Tania Arce Saavedra
Fotos: Nico carrasco
Indignados se encuentran los vecinos de población Los Alpes. Esto por la instalación de un recinto penitenciario en calle Viena número 342 de ese sector de Rancagua. El lugar donde antiguamente funcionaba una fábrica fue arrendado por Gendarmería, para ser destinado al funcionamiento de un centro de reclusión nocturna. Esto con el objetivo de que alrededor de doscientos condenados de baja peligrosidad cumplan con las penas impuestas por la justicia. Dicho recinto comenzó a funcionar como tal el pasado lunes 12, provocando serios trastornos en la vida cotidiana de los habitantes del sector.
Lucía Cabezas vive hace 45 años en el lugar y actualmente es la presidenta de la junta de vecinos. Muy molesta relató a El Rancagüino cómo se gestó la instalación de este recinto en Los Alpes. “A nosotros nos invitaron a una reunión en la que nos informaron que iban a instalar este centro por un mes aproximadamente, en ningún caso nos consultaron si estábamos de acuerdo, solo se limitaron a avisarnos. No habíamos más de seis, en circunstancias que acá somos más de cuatrocientas familias y esto debíamos llevarlo a plenario” señaló la dirigenta.
Hoy todos están muy preocupados por la situación ya que el debut de este centro no fue el mejor. “Anoche fue caótico —dijo Lucía Cabezas— en primer lugar llegaron más de ochenta autos, se estacionaron en nuestros jardines, no les importó obstruir la salida de nuestros vehículos, no les importó subirse a nuestros jardines, no les importó nada. Luego el desorden que tenían acá era descomunal y si a eso agregamos que en la mañana, cuando se retiraron comenzaron a gritar y hacer escándalo, amenazándonos de que apedrearían nuestras casas y destruirían nuestros jardines, no vemos donde está la baja peligrosidad”.
Los vecinos están indignados y anticiparon que no permitirán que este centro siga funcionando ni un mes ni un día. Así lo afirmó a El Rancagüino Rosa Parra quien vive en el sector hace 26 años. “Es una inseguridad tremenda para nosotros, vamos a tener que acostumbrarnos a vivir encerrados en nuestra propia casa y eso es injusto” dijo esta vecina.
El hijo de Jocelyn Ortiz tiene dos años y medio y sufre de asma, por lo que cada vez que está con problemas debe salir de emergencia al hospital para suministrarle oxígeno. “Si anoche hubiese estado con problemas mi hijito, no habría podido salir, ya que los autos de estas personas estaban obstruyendo la salida. Acá viven muchos adultos mayores y si se necesita asistir a uno de ellos no sería posible”. Pero el problema de los vehículos no es el único, ya que Héctor asegura haber visto a los usuarios de esta “cárcel” consumiendo alcohol en un local cercano, esto antes de ingresar a cumplir con la reclusión nocturna. Este vecino prefirió guardar su identidad, ya que teme represalias, pues a su juicio acá no solo hay condenados de baja peligrosidad, también tenemos delincuentes que se relacionan con otros de mayor riesgo” dijo el afectado. “Que pasaría si llegamos a tener personas consumiendo drogas frente a nuestras casas” agregó.
El concejal Juan Godoy supervisó personalmente el recinto durante la noche del lunes, descubriendo una dura realidad: “Este lugar no solo reviste un peligro para los vecinos del sector, ya que pude ver el interior y tenemos una condición de inseguridad muy grande, además de serios problemas de acceso. Si llegase a ocurrir un incendio o un temblor de magnitud, tendríamos muchas muertes que lamentar porque la inseguridad acá es tremenda” señaló el edil.
El conflicto fue llevado este martes al Concejo Municipal al que asistieron los afectados y se escuchó a las distintas partes involucradas.
En primer lugar fue el turno de Yaquelin Maldonado, directora regional de Gendarmería, quien explicó que esta es una situación forzada, ya que el tradicional recinto que albergaba a estos usuarios del sistema penitenciario, resultó seriamente dañado tras el terremoto de febrero. “Nosotros pensábamos inicialmente que esta situación se prolongaría por mas de cinco meses, sin embargo creemos que solo será por dos meses, pues ya nos aprobaron los fondos para la reparación del local de Lastarria con O´Carrol—señaló— Creemos que es muy lamentable esta situación, pero debo asegurar que estas personas no revisten ningún peligro para la población, estamos hablando de condenados de baja peligrosidad que en su mayoría cumplen estas condenas en forma voluntaria” aseguró.
Jaime Oda, asesor jurídico de Gendarmería fue mas allá, señalando a los concejales que esta decisión no se consultó con las autoridades y se tomó en forma arbitraria, porque pensaron que no era necesario crear un conflicto donde no lo había. “Acá no se trata de una construcción nueva y mucho menos permanente. Se trató de buscar una solución para un problema que teníamos y sobre todo porque hay que cumplir a los tribunales de justicia”. El abogado se refiere justamente al dictamen de la Corte Suprema, que dice relación a la obligatoriedad de los condenados de cumplir con las penas impuestas por los tribunales. “Nosotros creemos que estas personas no revisten peligro para la población, además se trata de una medida provisoria” finalizó el asesor jurídico.
Los vecinos también tuvieron espacio ante los concejales y reiteraron lo señalado anteriormente a El Rancagüino: “No vamos a permitir que este lugar funcione ni un mes ni una semana, no es justo para nosotros” reiteró Rosa Parra a nombre de los afectados.
El panorama es complejo ya que el concejo en pleno coincidió que una vez más se vulneran los derechos de las personas. Los ediles concuerdan en que esta fue una medida arbitraria y que se pasa a llevar tanto a la comunidad como al municipio, por lo que acordaron— a propuesta del alcalde Eduardo Soto —reunirse con el presidente de la Corte de Apelaciones de Rancagua. Por lo pronto los vecinos de Los Alpes deberán resignarse a tener una cárcel, en su barrio, que mas allá de la baja peligrosidad que revisten sus usuarios no deja de ser un recinto penitenciario ubicado en un sector residencial.