Mariely Mardones Arce
“Don Fidel”, como muchos lo llamaban, era una de aquellas personas muy conocidas en la comuna de Pichilemu. Siempre dedicado a su trabajo en el municipio; lugar donde cumplió labores por más de 30 años, y donde sirvió de apoyo a alcaldes, donde estuvo inmerso en las actividades culturales, donde trabajó mucho, y donde con el tiempo se dedicó por entero al departamento de educación; lugar en el que pasó a formar parte administrativa, y donde fue quien estuvo hasta último momento atento a temas de internado, convenios, viajes, entre muchas otras labores. Este 2010, Fidel Herrera tenía una preocupación especial, ya que estaba atento a las celebraciones del Bicentenario, porque él no quería que ésta fuera una fiesta que pasara desapercibida en su añorado Pichilemu.
Pero además de lo excelente trabajador que él era, Fidel Herrera siempre se caracterizó por ser una persona amable, buena, simpática y muy apegado a su hogar. Su mujer y sus hijas siempre fueron lo más importante para él. Por ello, hasta en los últimos momentos fue él quien les entregó fortaleza a todos sus seres queridos.
Es por ello, que no es de extrañar que el día de ayer se rindiera un homenaje en su honor, para que toda la comunidad de Pichilemu le diera un merecido adiós a una persona que tenía cualidades de sobra para ser merecedor de tanto cariño demostrado.