Tania Arce Saavedra
Fotos: Marco Lara
Hace poco más de dos años que “San Nicolás Wines” compró el campo de 75 hectáreas que rodea la rivera del Río Claro en la comuna de Rengo. Antonio Pontí socio de esta empresa vitivinícola cuenta a El Rancagüino que éstas fueron adquiridas con el fin de plantar viñedos y que la inversión además de ser un aporte al desarrollo regional, generará empleos y además significará la instalación de un nuevo pulmón verde en el sector.
Pero, al poco andar, los Pontí Ferrer se han encontrado con un desagradable panorama, ya que desde hace algún tiempo han tenido que luchar contra la instalación de lo que califican un “vertedero clandestino” en la rivera sur del afluente. Denuncia que el municipio de Rengo deposita escombros en el lugar y que ante cualquier reclamo de la empresa alude la ley que obliga a los dueños de terrenos colindantes con riberas, a permitir el acceso a ellas. “Acá vienen camiones municipales, inicialmente a botar escombros, pero si uno camina por el sector, te vas a encontrar con todo tipo de basura, desde pañales desechables, hasta desechos químicos de las empresas” señala el empresario.
Según el Código Civil, tanto las playas como las riberas de ríos y lagos son bienes nacionales de uso público o bienes públicos. Esto implica que el dominio y su uso pertenecen a todos los habitantes de la nación. Por lo tanto, no existen playas ni riberas privadas en ninguna región de nuestro país.
Es justamente este recurso —según Pontí—el que usa el municipio renguino para acceder libremente al predio de San Nicolás Wines. Es por eso que la empresa ha agotado todos los recursos ante este organismo para tratar de evitar que el lugar siga convertido en el “basural clandestino que es hoy”.
“Nosotros instalamos unos portones de acceso al lugar. Para esto solicitamos la autorización al Concejo Municipal, dejando claro que los areneros—por ejemplo— no tendrían ninguna dificultad para ingresar a realizar sus movimientos de tierra. Pero el municipio desconoció esta autorización y nos están pidiendo sacar estos portones, dejando abierta la entrada al sector y dando pie para que ingrese todo el que cree que esto es un basural” advierte Pontí.
“Lo que nosotros deseamos es poder controlar a quienes acceden a descargar, ya que al no poder hacerlo dejan todo lo que no es precisamente escombro. Queremos evitar la contaminación, ha habido camiones que han llegado con vidrios, con todo tipo de contaminantes, desechos de pesticidas e insecticidas, con basura domiciliara incluso. Eso es impresentable” dice el ejecutivo.
Señala que hace un tiempo propuso a la Municipalidad de Rengo realizar una forestación de la ribera, para crear un pulmón verde y a la vez hacerlo atractivo para los habitantes y la comunidad en general. Sin embargo acusa cero interés de ésta para concretar el proyecto. “Creo que es impresionante ver cómo las autoridades se ciegan ante esta realidad. Estamos frente a un acto de contaminación irresponsable en tiempos en que todo apunta a fomentar políticas medioambientales que vayan a crear conciencia en este sentido” agrega el empresario. Antonio Pontí adelantó a este medio que no descarta llegar hasta las últimas consecuencias frente a este conflicto y que por ahora se han limitado a buscar una solución por la vía del diálogo con las autoridades locales, las que según él no han tenido la debida acogida”.
Frente a este conflicto desde el municipio hacen sus descargos y es Mariano Fuenzalida, jefe de obras de esta entidad, quien reconoció a El Rancagüino que se está en presencia de un tema grave de contaminación ambiental, y que son los organismos competentes los que deben tomar cartas en el asunto. En cuanto al reclamo de la empresa vitivinícola responsable de la denuncia, Fuenzalida es claro al indicar que ellos difieren en su percepción de lo que dicen las escrituras y títulos de dominio que actualmente existen en el Conservador de Bienes Raíces. “Acá hay un camino que bordea la ribera y que está inscrito por vialidad desde que se construyeron las defensas fluviales”. Según el jefe de obras hay planos que respaldan esta versión, agregando que el municipio tiene claro que este es un problema no menor, y que se está abordando a nivel de Concejo Municipal. “Nosotros hemos estado sacando basura permanentemente y al menos los camiones municipales nuestros vacían más de 14 mil toneladas de desechos en el vertedero La Yesca” asegura el funcionario. Mariano Fuenzalida advierte que el problema con la viña se suscita porque “ellos—la viña— pretendían colocar los portones en medio del camino por el que transitan tanto areneros, como otros vehículos, y eso desconoce el acceso legal antes mencionado. Nuestra intención es solucionar este problema de la mejor forma, y con todas las partes involucradas. Pero la empresa sólo se ha limitado a amenazarnos con recursos judiciales, y para eso tenemos nuestro abogado” manifestó Fuenzalida insistiendo en que “hay conciencia de la situación, por lo que esto amerita un plan de descontaminación general, en el que deben participar todos los organismos pertinentes” aclaró, reafirmando en que “son el Ministerio de Salud y CONAMA los organismos responsables de velar porque se fiscalice y sancione a quienes depositan basura en el lugar”.
A propósito de lo anterior El Rancagüino se contactó con las autoridades sanitarias y desde la Seremi de Salud respondieron que no se ha recibido ninguna denuncia oficial de parte del municipio de Rengo, pero que una vez sea verificado el problema la autoridad se referirá a la situación.
En tanto la directora de CONAMA, Marlene Sepúlveda, aseguró también desconocer la situación, lo que dista bastante de lo señalado por el municipio renguino.
Finalmente tras la denuncia realizada por Antonio Pontí, más allá de los problemas de límites y dominio legales que puedan existir, queda claro que sí existe un vertedero en la ribera sur del Río Claro a la altura de Rengo, y que por el bien de la comunidad es necesario buscar una solución a la brevedad ante este problema de contaminación ambiental.