– Según declaró el asesino confeso, la víctima le habría realizado sugerencias de índole sexual, por lo que lo golpeó en la cabeza con la herramienta que utilizan los zapateros.
Por: Felipe Alvear Silva
Fotos: Marco Lara
“Se hizo la reconstitución de escena para efectos de ir aclarando y confirmando las versiones del imputado, que son las únicas. Ha sido bastante clara, la persona declaró con los funcionarios policiales, y según la opinión de los oficiales, la declaración es coincidente con lo sucedido en el sitio suceso”, indicó el fiscal Jorge Mena, respecto a la reconstitución de escena del homicidio del ciudadano mapuche Juan Segundo Cayupi Caniumil, de 38 años.
Cerca de las 15 horas de ayer, el fiscal de la causa, más un equipo de la Brigada de Homicidios de la PDI de Rancagua, llegaron hasta la fábrica de silenciadores y taller mecánico Guayaquil, ubicado en el kilómetro 101 de la comuna de Requínoa, con el fin de recrear los momentos en que el imputado Máximo Patricio Ríos Ramírez, de 58 años, golpeó en repetidas ocasiones con una azuela a la víctima, lo que le provocó la muerte.
De acuerdo a lo recogido en el lugar, tanto la víctima como el imputado vivían al interior del taller Guayaquil, de propiedad de Benito Avendaño, lugar que era facilitado por el filántropo mecánico. Según lo informado por el propietario, Juan Cayupi —oriundo de la ciudad de Temuco— trabajaba esporádicamente en labores agrícolas, mientras que Máximo Ríos “el patito” lo hacía arreglando maquinarias relacionadas con el agro. Ambos desfrutaban a menudo de fiestas, emborrachándose, y pasándolo bien, aunque en el último tiempo con actitudes un tanto extrañas, sobre todo por parte de la víctima.
El posible vínculo sexual del homicidio
“El patito” o “maestro patito”, era un personaje muy querido dentro del pueblo de Requínoa. Afable, amistoso y muy alegre, el hombre que sufría problemas con el alcohol —aunque nunca odioso según comentaron los cercanos—, tuvo un comportamiento muy extraño durante los últimos días. Según el propietario del terreno donde vivían los sujetos, “el patito” era una persona muy alegre, pero durante los últimos días estaba apagado, y extrañamente no tomaba.
Por otro lado, Juan Segundo Cayupi Caniumil, había llegado después al lugar donde habitaban. Era un hombre trabajador, aunque bueno para el trago, pero durante el último tiempo había tenido algunas actitudes sospechosas. Según cercanos a los dos implicados en el homicidio, en las últimas “curaderas” del “peñi” había tenido conductas y comentarios homosexuales durante las últimas veladas, cuestiones que fueron objeto de burlas.
“De acuerdo a los antecedentes que se manejan, la víctima se habría encontrado en estado de ebriedad. Según el imputado hubo una manifestación de índole sexual, lo que habría gatillado la agresión; antes habría habido algo parecido, pero no directamente según lo expuesto por el imputado”, indicó el fiscal de la causa del homicidio.
El crimen de la azuela
Eran cerca de las 22 horas del pasado martes. Máximo Patricio Ríos Ramírez se encontraba en su pieza, ubicada en la parte de atrás de la propiedad de Benito Avendaño, cuando llegó la víctima, en aparente estado de ebriedad. Cayupi, que vivía al lado, procedió a golpear escandalosamente la puerta de la mediagua, por lo que “el patito” abrió la puerta.
Una vez en el interior de la pieza, el mapuche le habría realizado insinuaciones al mecánico, lo que habría provocado la ira del imputado. Tras golpearlo en repetidas ocasiones con una azuela en la cabeza, Ríos Ramírez salió de la propiedad y caminó hasta la Subcomisaría de Requínoa, lugar donde confesó que había asesinado a un hombre. Al llegar el personal de Carabineros hasta la pieza, la víctima yacía sin vida, tendida sobre la madera de la pieza.
Durante el control de detención realizado el pasado miércoles en el Tribunal de Garantía de Rengo, el fiscal de la causa pidió ampliar la formalización en dos días, con el fin de realizar la reconstitución de escena y tener más pruebas. Hoy, a las 11 horas en el mismo tribunal, se realizará la nueva audiencia de control de detención que formalizará al asesino confeso de Juan Segundo Cayupi Caniumil.