– Según la encuesta del INE, diariamente mueren en nuestro país más de 70 personas a consecuencia de estas patologías.
– La enfermedad de las arterias que irrigan al corazón son las más frecuentes y se pueden prevenir con estilos de vida saludables.
Flor Vásquez
En Chile y en el mundo, las enfermedades cardiovasculares constituyen la primera causa de muerte. Según la última encuesta del INE, en nuestro país mueren diariamente 35 mujeres y 36 hombres por estas patologías. Dentro de éstas, la más frecuente es la enfermedad coronaria, es decir las alteraciones que afectan a las arterias que irrigan y nutren al corazón. Y es precisamente la enfermedad coronaria la principal causa de infarto agudo del corazón, el cual provoca un alto número de muertes o secuelas en las personas afectadas.
Y si bien en las enfermedades cardiovasculares hay un fuerte componente genético, no es menos cierto que también influyen de manera importante los estilos de vida y las patologías asociadas.
La obesidad, el tabaquismo, el sedentarismo, el estrés, el exceso de trabajo y el consumo de alimentos ricos en grasas son factores de riesgo, como también patologías como la diabetes, hipertensión arterial y la dislipidemia (colesterol alto), entre otras.
Por su alta incidencia y porque es posible evitar esos factores de riesgo es que la Sociedad de Cardiología y las autoridades de salud decidieron dedicar el mes de agosto al corazón, con la idea de educar a la población sobre el cuidado de este noble órgano e incentivar un estilo de vida saludable. En ese contexto, en Rancagua y la región se realizarán diversas actividades, entre las que destacan chequeos gratuitos, charlas, cursos y otras acciones.
Alfredo Ramírez Núñez, médico cardiólogo del Hospital Regional, explicó que “la función del corazón es mantener la dinámica de todos los órganos, que le permiten a cada uno recibir la cantidad de sangre que requieren para realizar su función metabólica para mantenerse vivo”.
Agregó que “el corazón funciona como una bomba que le da la fuerza a la sangre para que circule y fluya, pero además produce algunas hormonas que son importantes para regular la eliminación de sal y agua por el riñón”.
Advirtió que la hipertensión arterial es una patología que afecta y daña al corazón y sus arterias. “La hipertensión arterial se está haciendo cada vez más frecuente y precoz; hay personas muy jóvenes e incluso niños que ya están hipertensos. En esta patología las causas son multifactoriales, con un factor genético involucrado, pero también tiene relación con el estilo de vida y las altas ingestas de sodio (sal), que modifican hormonas que son muy trascendentes en la regulación de la contractura de las arterias”.
El médico cardiólogo señaló que la comida chatarra y las conservas tienen un alto componente de sal, por lo cual no es recomendable su consumo. Además, esos productos tienen un alto nivel calórico, que favorecen el sobrepeso y la obesidad, factores de riesgo de la enfermedad coronaria.
Según indicó el doctor Ramírez, no basta una medición para hacer el diagnóstico de hipertensión arterial, sino que se requiere al menos tres registros. “Lo que define la hipertensión arterial es cuando la presión sistólica está por sobre 140 milímetros de mercurio y la diastólica por sobre 90”.
Agregó que la hipertensión arterial implica un desajuste de la dinámica general del cuerpo porque las arterias están contraídas “y se van produciendo cambios inherentes a la alteración del flujo de la dinámica circulatoria. Los primeros órganos que sufren son el riñón, el corazón y el cerebro”.
Dada su alta incidencia, la hipertensión es una de las enfermedades cubiertas por el GES (Plan Auge), de manera que las personas hipertensas tienen acceso a exámenes, tratamiento y controles. “El tratamiento –indicó el médico- es amplio y requiere la participación directa del enfermo, ya que es necesario que éste cambie sus hábitos, por ejemplo, que baje la ingesta de sal y que camine más. También se indica medicamentos”.
ARTERIOESCLEROSIS E INFARTO
El doctor Ramírez señaló que la arterioesclerosis es una enfermedad de la pared de la arteria y que “está presente en prácticamente todos los infartos al corazón. Es el producto de un depósito sistemático de elementos lipídicos acompañados de una reacción inflamatoria de la pared arterial. En Chile es una enfermedad muy frecuente; esta patología tiene un componente genético, pero también está asociada al consumo de alimentos con altos niveles de grasa”.
Este depósito de grasa o colesterol se va endureciendo y forma una placa que se acumula en la pared de las arterias y las van estrechando, lo que dificulta el paso de la sangre y puede causar un infarto.
Explicó que el infarto al miocardio se produce por una trombosis en la arteria coronaria (la que nutre al corazón), la cual se tapa e impide que llegue sangre. Entonces, ese tejido al no recibir sangre se infarta y se muere”.
Advirtió que se ha observado que el esfuerzo físico o ejercicio agotador es un factor desencadenante de un infarto. Por ello, los adultos mayores o personas con algún factor de riesgo deben evitarlo. También ha sido motivo de alarma el número de infartos que se ha registrado en personas sedentarias que se han puesto a jugar fútbol o a hacer un ejercicio exigente, para lo cual su organismo, especialmente su corazón, no está preparado.
Asimismo, personas sometidas a un gran estrés también están expuestas a sufrir un infarto.
El síntoma clásico del infarto es el dolor en la región cardíaca; un dolor asociado a una sensación de opresión, de ahogo y de cansancio súbito. En esa situación, el paciente debe acudir de inmediato a un servicio de urgencia, ya que del tratamiento precoz depende su vida.
El problema es que no todos los infartos tienen esos síntomas, de manera que hay que estar alertas a otros signos, especialmente en los adultos mayores y personas con factores de riesgo. “Hay que enfatizar en los síntomas no clásicos del infarto. Por ejemplo, en una persona que tenga náuseas, vómitos y/o diarreas, eso puede ser la manifestación clínica de un infarto. Por ello, en todo adulto mayor que tiene una alteración gastrointestinal hay que hacer un electrocardiograma para detectar si está cursando un infarto”.
“Incluso –agrega el médico- cuando uno tiene un paciente, respecto del cual no se sabe bien a qué cuadro corresponde la sintomatología, se debe hacer un electrocardiograma. Otro síntoma no clásico es el dolor de espalda, por lo cual también hay que estar atentos a un eventual infarto”.
“Yo he atendido gente que ha consultado por molestias del pecho absolutamente inespecíficas, aparentemente banales; y al cabo de dos días se pudo confirmar que correspondían a enfermedades coronarias”.
Planteó que actualmente existe una tendencia a banalizar la expresión de la medicina y a establecer en términos acotados patrones sintomáticos, “en circunstancias que la medicina en su esencia es lo más heterogénea que hay. Eso significa que se debe considerar a la persona; no hay enfermedades, sino enfermos”.
Subrayó que en la prevención de las enfermedades cardiovasculares es fundamental el estilo saludable de vida, por lo que la promoción empieza de padres a hijos, fomentando la actividad física y los buenos hábitos alimenticios, entre otros aspectos.
“Es importante mantener un peso adecuado, evitar las tentaciones de las comidas para prevenir el sobrepeso. También se debe saber que a medida que se avanza en edad hay que comer menos. La actividad física es también muy importante y no hablo de asistir a gimnasios, sino que de caminar, andar en bicicleta. Creo que las autoridades deberían promover el uso de la bicicleta y que las ciudades contaran con ciclovías”.
Factores de riesgo
Además del componente genético o hereditario, hay factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares, los cuales se pueden evitar.
– Tabaquismo
– Consumo de comida chatarra.
– Hipertensión arterial: las primeras consecuencias de la hipertensión las sufren las arterias, que se endurecen a medida que soportan la presión arterial alta de forma continua, se hacen más gruesas y puede verse dificultado al paso de sangre.
-Colesterol alto. El colesterol, una sustancia grasa (un lípido) transportada en la sangre, se encuentra en todas las células del organismo. El hígado produce todo el colesterol que el organismo necesita para formar las membranas celulares y producir ciertas hormonas. El organismo obtiene colesterol adicional de alimentos de origen animal (carne, huevos y productos lácteos). Cuando la sangre contiene demasiadas lipoproteínas de baja densidad (LDL o «Colesterol malo») éstas comienzan a acumularse sobre las paredes de las arterias formando una placa e iniciando así el proceso de la enfermedad denominada «aterosclerosis».
– Diabetes. Los problemas del corazón son la principal causa de muerte entre diabéticos. Por ello, los diabéticos deben ir al cardiólogo para que evalúe su sistema cardiovascular.
– Obesidad. El sobrepeso puede elevar los niveles de colesterol total, causar hipertensión y aumentar el riesgo de enfermedad arterial coronaria.
Talleres sobre Hipertensión Arterial en el Hospital Clínico FUSAT
En el marco del Programa de Riesgo Cardiovascular del Centro Médico del Hospital Clínico FUSAT, periódicamente se ofrecen talleres gratuitos abiertos a la comunidad.
La actividad, a cargo de un equipo de enfermeras y nutricionista se realizará todos los jueves de agosto en el Auditorio B del Hospital, de 15:30 a 17:00 horas. El temario es el siguiente:
• Generalidades de Hipertensión y aceptación de la enfermedad
• Alimentación
• Complicaciones de la Hipertensión y Autocuidado
Quienes deseen asistir pueden inscribirse a través del formulario de contacto ubicado en la portada de la página web: www.hospitalfusat.cl
Presión arterial
La sangre circula gracias a la acción del corazón que la bombea a través del organismo. Se le llama presión arterial a la presión que la sangre ejerce sobre los vasos sanguíneos, y que alcanza un valor máximo y mínimo en dos momentos:
Presión Sistólica o máxima: cuando el corazón bombea la sangre y alcanza su mayor fuerza.
Presión Diastólica o mínima: cuando el corazón se encuentra en etapa de reposo.
Infarto o ataque cardiaco
El corazón es un órgano del cuerpo que trabaja duramente; se encarga de bombear continuamente la sangre rica en oxígeno y los nutrientes vitales a través de una red arterial a todas las los partes y tejidos del cuerpo. Tiene su propio sistema arterial, conocido como arterias coronarias, las cuales transportan la sangre rica en oxígeno al músculo cardíaco (el miocardio). Si el flujo sanguíneo al miocardio se interrumpe, ocurre una lesión conocida como infarto.
¡Cuidado con el estrés!
El estrés puede afectar negativamente al corazón, ya que aumenta la acción bombeadora y la frecuencia cardiaca y hace que las arterias se contraigan, con el riesgo de obstruir el flujo sanguíneo que va al corazón.
Los efectos emocionales del estrés alteran el ritmo cardiaco y suponen un riesgo de arritmias graves en las personas con alteraciones previas del ritmo cardiaco.
El estrés hace que la sangre se espese, aumentando las probabilidades de que un coágulo sanguíneo obstruya las arterias.
Por otra parte, las situaciones estresantes pueden hacer que las personas que tienen niveles relativamente bajos del neurotransmisor serotonina (y por tanto, un riesgo mayor de depresión o rabia) produzcan más cantidad de ciertas proteínas del sistema inmune (llamadas citoquinas), que en cantidades elevadas causan inflamación y daño celular.
Electrocardiograma
El electrocardiograma (ECG) mide y registra la actividad eléctrica del corazón. Es el primer paso diagnóstico a realizar y ante la sospecha de un infarto, el paciente se monitoriza de forma continua con un ECG. Es útil tanto para determinar la gravedad del problema como para el tratamiento inmediato.
Es un procedimiento sencillo y rápido; se utiliza para medir el ritmo y la regularidad de los latidos, así como el tamaño y posición de las aurículas y ventrículos, cualquier daño al corazón y los efectos que sobre él tienen las drogas.
Arritmia cardíaca
La arritmia es la variación del ritmo regular de los latidos cardíacos; su causa más frecuente es la alteración de las arterias que irrigan el corazón, el mal funcionamiento de las válvulas y la insuficiencia cardíaca. Pero también pueden presentarse sin que exista una anomalía cardíaca, por excesivo consumo de alcohol o cigarrillos, por ejercicio o estrés.
El ritmo normal de latidos cardiacos oscila entre 60 y 90 contracciones por minuto.