-Samuel Ávalos dejó su trabajo de vendedor ambulante en Rancagua, para ir por un mejor salario al norte del país. Se enroló en la minera San Esteban, a instancias de un cuñado que le entusiasmó hace cinco meses. Hoy, este poblador de la población Vicuña Mackenna y padre de tres hijos, se encuentra entre los 33 mineros atrapados en Copiapó.
Tania Arce Saavedra
Fotos: Marco Lara
Ruth Guzmán vive hace 20 años con Samuel Ávalos. Tiene tres hijos: Jonathan de 18 años, Carolina de 9 y Eduardo, de 2. Ambos llegaron a mediados de los noventa a Rancagua, procedentes de La Calera. Hasta hace cinco meses, Samuel trabajaba de vendedor ambulante, pero debido a la inestabilidad de esa labor, decidió aceptar la oferta de su cuñado, e ir en busca de un mejor pasar, enrolándose como minero en la empresa San Esteban, de la tercera región.
Hoy, Samuel está atrapado con otros 32 trabajadores en el fatídico pique. Su mujer va en camino a su encuentro. “Nadie sabía que había alguien de Rancagua entre los mineros atrapados”, dice Ruth, mientras arregla la ropa de su hijo pequeño para ir a tomar el bus que la llevará a Santiago, y luego empalmar hacia el norte. “Hoy he recibido muchas llamadas. Vino a verme el representante del Intendente, y también el alcalde. Se preocuparon de mis pasajes, y de que allá me esté esperando la Intendenta y la Seremi de salud”. La mujer de 41 años dice tener esperanza, ya que “eso es lo último que se pierde”, afirma. Sin embargo, cuenta que esto se veía venir. “Mi esposo nos contaba lo duro que era trabajar allá. Subían a las 6 de la mañana y bajaban doce horas después. Su colación era un jugo, un paquete de galletas y una bebida. Ganaba 350 mil pesos, y lo único que le daban era un overol, el casco y bototos”, señala la acongojada madre. Cuenta que hace un par de semanas, Samuel le comentó sobre el accidente del trabajador que perdió los dedos, y que posteriormente terminó con la amputación de una pierna. Este hombre trabajaba en la modalidad conocida como 7 x 7 .O sea, trabajaba siete días y descansaba otros siete, en los que debía incluir el viaje desde y hacia Rancagua.
Ruth conoce todos los detalles de lo que pasa a esta hora en Copiapó; dice que su cuñado —el mismo que llevó a su pareja a trabajar al norte— está entre los mineros más experimentados que trabajan en las labores de rescate, y que constantemente la está llamando para darle detalles de lo que allá sucede. “Se podría decir que no hay por donde, porque la roca es muy porosa y con poco se derrumba. Están trabajando con una especie de trompo para evitar atacar la piedra de frente y romperla de inmediato”, asegura con propiedad la esposa del minero.
Esta familia vive en la población Vicuña Mackenna de Rancagua, y por lo mismo ella valora que los dirigentes vecinales de ese lugar se hayan preocupado de su situación.
Para hoy, al mediodía, se espera el arribo de Ruth a Copiapó. Julio Moreira, seremi de gobierno —y quien visitó a la mujer ayer domingo—, señaló a El Rancagüino que está todo coordinado para su arribo junto a sus hijos a la capital de la tercera región. “Será la propia intendenta de Atacama Ximena Matas, quien dará alojamiento a Ruth Guzmán” afirmó Moreira, asegurando que la madre contará con todo el apoyo del gobierno en este difícil momento. El vocero también se refirió a la postura de la mujer ante la tragedia que vive. “Ella tiene esperanza, se nota que es una mujer muy fuerte y creo que esa fe será vital para que todo termine bien”, finalizó el Seremi de gobierno de O´Higgins.