Por: Flor Vásquez
Asegura que a los seis años de edad aprendió a cosechar oro. En esa época vivía en Illapel y acompañaba a su abuelo materno a trabajar en una mina de oro del sector. “No le tenía miedo al cerro y era maravilloso estar en las entrañas de la tierra”, recuerda.
Hoy –a los 66 años- José Parra Alvarez sigue soñando con encontrar una buena veta de oro, no tanto por ambición económica, sino por cumplir el sueño de todo pirquinero.
Sin embargo, por problemas de salud, Parra ha debido dejar la faena directa en la mina, aunque tiene varios proyectos en las propiedades mineras que posee en la zona. Además, desarrolla una intensa actividad gremial, en su calidad de presidente de la Asociación Gremial Minera de la VI Región.
Cuenta que en su juventud, en vez de salir a divertirse los fines de semana, partía a catear los cerros en Alhué. Y asegura que descubrió algunas vetas. “Ahora me quedan cinco propiedades mineras, en Cocalán, Larmahue, San Vicente de Tagua Tagua y Marchigüe. Son propiedades chicas y aún tengo el sueño de conquistar la gran veta”.
Explica que “pirquinero es el hombre que busca vetas ricas en oro”; agregando que “para cosechar oro, antiguamente se usaban trapiches, una rueda que gira y mueve el material; ahí se recupera el oro y después hay que llevarlo a purificar”.
Dice que el trabajo del pequeño minero es duro. “La gente se imagina que el oro está a la vista. Hay que sacar bastante mineral; podríamos decir que una ley buena es de seis gramos, pero son seis gramos en una tonelada”.
Añade que en el Distrito de Chancón los pequeños mineros no cosechan oro, sino que venden el material extraído. “Acá nadie ve el oro físico, porque no contamos con una planta para procesarlo, de manera que se vende el material”.
José Parra ha cosechado oro y conoce de su brillo. Explica que se muele el material, se lava con agua y se le agrega mercurio, ya que este elemento químico atrapa el oro, formando un compuesto o amalgama. “Después, al quemarlo empieza a aparecer el color amarillo de este metal. Y en el laboratorio lo purifican”.
Este antiguo pirquinero señala que se está perdiendo esta cultura de hombres exploradores y soñadores. “Nuestros hijos no siguen en este camino y se va acabando la generación de mineros”.
“ECHE RAICES EN CHANCON”
En el año 1975, José Parra junto a otros cuatro socios comenzaron a desarrollar un proyecto minero en Alhué. “Fracasamos porque en esa época estaba malo el precio del oro. Vendimos la mina y después iniciamos otro proyecto en Cocalán, donde montamos una planta procesadora. Mis socios se retiraron, pero yo me quedé allí, en el cerro Quilicura. Estuve 15 años, los mejores de mi vida. Todavía conservo la mina, se llama Hades y de ella viví esos 15 años”.
Cuenta que encontró una nueva compañera e inició otra etapa de su vida, sin olvidar su vocación de minero. “Me vine a Chancón y acá eché raíces”.
Explica que el distrito de Chancón se explota desde hace muchos años, primero por los indígenas y luego por los conquistadores españoles. “La primera mujer minera en Chile fue Inés de Suárez”.
En Chancón siguió en búsqueda del oro, pero poco tiempo después debió dejar las faenas mineras. Una insuficiencia renal lo obliga a dializarse algunos días de la semana y a moderar la actividad física. Eso no impide que siga ligado a la pequeña minería, ahora en su calidad de presidente de la Asociación Gremial Minera de la VI Región. “Esta organización la fundamos con Floriberto Leiva, que fue su primer presidente. En septiembre próximo esta asociación cumplirá 21 años de existencia; somos miembros de la Sociedad Nacional de Minería, esa gran federación que fue formada por pequeños mineros hace 128 años”.
“Nuestra asociación –añade- tiene 320 socios, entre mineros, dueños de minas y profesionales”.
Asevera que el distrito de Chancón tiene minerales (oro) para 50 años más y lamenta que el sector no se haya desarrollado. “Falta una planta regional de concentración; tenemos que enviar material a La Florida y Cabildo para que lo procesen. En Chancón hay mucho por hacer, falta desarrollar las minas, hacer socavones”.
Parra afirma que también se podría desarrollar proyectos mineros en otros sectores de la región. “Está mineralizada toda la costa; todos los cerros de Chile, de una u otra forma tienen un tipo de mineral. Acá, en nuestra zona, hay un sector muy deprimido que es Pichidegua … y allí existe mineral. Tenemos un proyecto, como Sociedad Legal Minera Fénix S.A., y pretendemos empezar a explotar esa mina para dar trabajo a la gente del sector. Es una mina polimetálica, es decir, tiene oro, cobre y plata”. Tenemos las concesiones mineras.
Puntualiza que en el distrito de Chancón hay aproximadamente 70 puntos que se están explotando. “Le llamamos mina al socavón que se está trabajando, hay varias minas, hablamos de 70 puntos en que se está trabajando”.
Agrega: “Hay mineros chicos que todavía están trabajando con carretilla y otros con maquinaria industrial. Ese es porque les tocó una buena mina; esto depende de cómo es la mina; no existen los grandes mineros, sino que las buenas minas”.
¿Y COMO ESTA LA SEGURIDAD?
– ¿Cómo está el tema de la seguridad en el distrito minero de Chancón?
-Creemos que tenemos una seguridad tan buena como en El Teniente. Nos preocupamos mucho de este tema, de capacitarnos y cumplir con las normas de seguridad. Como gremio trabajamos con la mesa laboral de Salud, con Producción Limpia, con Fonasa, Conama y otros organismos.
– ¿Qué puede contar del pequeño minero?
– Es muy solidario. Como asociación, los mineros acudimos en ayuda de los damnificados por el terremoto de febrero. A las pocas semanas entregamos e instalamos 20 mediaguas en Peralillo y 20 en Chancón. Nuestra organización se preocupa de mejorar la calidad de vida del minero.
– ¿Qué otras características tiene el pequeño minero?
– Es amante de la naturaleza, romántico, esforzado. Además, el minero nuestro tiene que ser mecánico, constructor, arreglar él mismo las máquinas; el minero que está en el cerro sabe hacer todo eso, la necesidad obliga a aprender. También, los mineros somos buenos para tomar mate y para contar historias y más de alguna mentira. Muchas veces el minero tiene que sacrificarse y alejarse de la familia para trabajar; el minero es un hombre que ama la libertad.
Lo malo es que se está perdiendo la tradición minera. Como gremio estamos luchando para que egresen técnicos mineros de algunos liceos.
-¿Siente temor el minero por la posibilidad de sufrir un accidente?
– El cerro siempre avisa. El minero, al salir de la mina en las tardes tiene que ir alumbrando techo y piso, tiene que dejar limpio por donde pasa y al otro día mirar bien; si hay tierra significa que el cerro está llorando, esa tierra que cayó está avisando. El cerro avisa, cruje, le avisa que va a soltarse.
– ¿Ha visitado la mina El Teniente?
– Es una maravilla, una ciudad, tiene el largo de Chile construido en túneles. Claro, ahí estamos hablando de gran minería.
– ¿Cuál es su presentimiento respecto del desenlace del drama de los mineros atrapados en la mina San José?
-Como cristiano nunca hay que perder la esperanza, pero por los días que están pasando la situación se ve muy difícil.