– Era predecible: si el equipo no ganaba, todos se iban encima contra técnico y dirigencia, terminó siendo así en un partido que se les vio nerviosísimos por la presión de su hinchada. ¿Lo peor? Que frente a Audax Italiano hay tres bajas confirmadas: Albert Acevedo, Gonzalo Ludueña y Marco Villaseca.
Alexis Apablaza Campos
Fotos: Héctor Vargas
La condena de O’Higgins parecía clarísima en la previa: sólo un triunfo podía salvarlo de ella, mientras que un nuevo traspié podía definitivamente mandarlo al infierno con todo el Estadio El Teniente como verdugo. Ya pasó hace un año con Jorge Sampaoli, y de acuerdo al ambiente previo, no podía sorprender que ocurriera lo mismo la noche del viernes con la escuadra de Roberto Hernández.
La imagen que quedó en Concepción de un equipo nervioso y presionado no cambiaría demasiado en El Teniente. Los jugadores acusaron al final del partido que los insultos venían desde el momento en que comenzaron el trabajo precompetitivo: es decir que la situación estaba mal antes del inicio de esta historia.
Que O’Higgins salió a buscar el triunfo desde el inicio es algo que a nadie le queda duda, en lo que puede variar el análisis es en el cómo lo hizo. Al frente tenía a un Cobresal dirigido por Luis Musrri, un técnico que como tal sólo ha sacado sonrisas de Rancagua porque pareciera que su estilo pragmático siempre le da buenos dividendos en El Teniente, si no pregúntenselo a Jorge Sampaoli y todos los dolores de cabeza que le dio cuando el ex capitán azul dirigía a Palestino.
Con ello el libreto de los primeros minutos consistía en que el Capo de Provincia saldría a buscar, con poca claridad eso sí, y Cobresal a esperar la generación de espacios o bien a disparos mediante pelota parada.
La primera ocasión clara del partido llegó a los 15’, la que se generó gracias a un tiro libre de Mauricio Aros que da en el poste, rebota en la espalda de Luis Rogel y termina en el lanzamiento de esquina.
Mientras el cuadro de El Salvador no tenía las opciones, una llegada cambia todo. Enrique Osses ve una falta en el área celeste y decreta penal a favor de Cobresal. Federico Elduayén no duda en reclamar aduciendo que la jugada fue fuera de la línea, algo que el juez ratifica al consultarle a Marcelo Barraza, el asistente que corre por esa banda.
Lo que pasa con el lanzamiento es intrascendente, pero sin duda que marcó un precedente para el trámite del partido. Cobresal entendió que podía hacer daño ante un cuadro nervioso y que ante el leve estímulo podía caer en el juego brusco producto de la ansiedad. Así a los 34’ una falta pasados los tres cuartos de cancha celestes, permiten que José Galvan ejecute un tiro libre, éste la levanta al área y encuentra totalmente libre a Jean Paul Pineda que de cabeza bate a Elduayén en la entrada del área chica.
¿Derrota merecida? Con Musrri en el banco no se puede hablar de aquello, puesto que su libreto siempre ha consistido en esperar que el espacio aparezca y hacer daño. La historia, en el primer tiempo, sólo un atisbo de cambiar a los 41’, cuando Samuel Teuber encara por su derecha y antes de llegar a la línea de fondo decide darle al arco, el balón sorprende a Rogel e incluso éste cruzó más de la mitad del arco sin ingresar totalmente hasta que el portero se quedó con el balón.
PERDIÓ LA BRÚJULA
Las expectativas para el complemento estaban en el banco, se esperaba que los ingresos de Gonzalo Ludueña y Roberto Gamarra le dieran otro tinte al equipo. El trasandino partió en cancha con el inicio del segundo tiempo e ilusionó a los cuatro minutos tras conectar un tiro libre que pasó cerca del palo, pero nada más; en tanto que el guaraní entró minutos después y nuevamente se le vio desenchufado de sus compañeros.
A los 65’ Álvaro Pintos se ve libre, por lo que al levantar la cabeza y notar los metros de adelanto de Elduayén, optó por levantarle la pelota, obligando al “Vikingo” a quedarse con la bola en segunda instancia. En el intertanto los gritos exigiendo la salida de Roberto Hernández y la petición a los jugadores de “ir para adelante” se hacían más latentes.
Así llegó el minuto 72, momento de la mejor jugada del partido de los celestes por su asociación colectiva. Samuel Teuber agarra el balón en la entrada del área e intenta darle, pero la defensa despeja; el balón lo toma Aros por derecha buscando el centro, pero nuevamente la última línea lo impide; quien insiste es Ludueña quien sí logra que el balón llegue a la zona de peligro de los rivales, Rogel puñetea y es Yerson Opazo quien de la entrada del área le da de lleno pasando el balón bastante cerca de la portería.
Fue el momento para los aplausos. Independiente de que no fue gol, la jugada plasmó el deseo del hincha: fútbol ofensivo, asociado y colectivo. El problema fue que la tregua entre los más de 2 mil espectadores y el equipo duró bastante poco, sólo bastaron los groseros errores de Ludueña y Marco Villaseca para que O’Higgins terminara con nueve hombres.
El pitazo final significó el inicio de otro partido, en él la cabeza de Hernández era apetecida, y si bien el técnico no dio muestras de ceder ante el agobio de la gente local, sí tendrá dolores de cabeza bastante más intentos que los habituales en este momento. Es que ante Audax Italiando la próxima jornada en La Florida no podrá contar ni con los expulsados Ludueña y Villaseca, junto con Albert Acevedo, suspendido por acumulación de amarrillas.
Un negro fin para un equipo que hace rato perdió la brújula y que definitivamente no sabe cómo encontrarla. Lo peor es tener la sensación de que los hinchas a favor son un problema mayor que el rival que está en cancha. En la medida que no se mejore eso, el futuro de auspicioso pareciera tener poco y nada.
Todos contra Michael Kanaan
Terminado el partido, la lógica apuntaba que los problemas se darían en el sector de camarines con los hinchas pidiendo en las afueras la salida del técnico haciendo famoso el “apretón”, durante las declaraciones del técnico en la sala de conferencias. Lo que concretamente ocurrió fue que en el sector de platea, los hinchas apostados tanto en marquesina como en bancas descargaron toda su furia contra Michael Kanaan, gerente general de la institución.
Mostrándole su carnet de socios e insultándolo le criticaban el hasta cuándo van a seguir jugando con las ilusiones del hincha, mientras se llenaban los bolsillos de dinero. Esta situación obligó a que el gerente fuera custodiado por la fuerza policial y sólo pudo ser sacado de su ubicación pasada casi media hora después de terminado el partido.
“Veía a un grupo de hinchas que me manifestaba su rabia con la mala actuación del equipo. Decirles que sufrimos tanto como ellos, es cierto que el que está parado en el tablón lo vive de distinta manera que nosotros, pero obviamente es una decepción tremenda cuando el equipo no juega bien con la diferencia de que nosotros debemos sacar adelante el proyecto. El criticar y pensar que se vayan todos para la casa no es la solución. No tengo ninguna duda que la gente que vino al estadio ama el club, esperamos que ese amor esperamos que nos sirva para sacar todos adelante la institución”, explicó.
Samuel Teuber y la semana negra del plantel:
Sin duda que la semana fue compleja para O’Higgins no sólo por el actual momento y por lo que ya en la previa se sabía que iba a ser complejo el partido ante Cobresal. El problema fueron una serie de fallecimientos que afectaron al plantel, esto comenzó con la madre de Gonzalo Ludueña que tuvo que ser operada de urgencia, situación que obligó al jugador a viajar de emergencia a Argentina el domingo pasado.
Luego con el correr de los días se sucedieron los fallecimientos de las abuelas de Juan Luis González, Leonardo Saavedra, Juan Pablo Carrasco y del utilero Andrés Rojas. Ello sumado a la muerte de la esposa de Raúl Venegas, uno de los funcionarios más antiguos de la institución.
Esto obviamente conllevó al respectivo homenaje al principio del partido y a que el equipo saliera con la jineta negra en sus brazos. “Es triste y molesto porque vivimos una semana muy dura en lo particular, muchas muertes en el equipo. No es justificación, pero cuesta salir de una semana así”, analizó Samuel Teuber comparando la situación con lo ocurrido en la cancha.
“El Canguro” además se refirió a cómo se siente el equipo, considerando los insultos que salían desde las gradas. “De los cinco minutos que nos están puteando, entonces eso te genera desconfianza y se siente eso”, explicó.
Roberto Hernández:: “No se puede manejar lo que pasa afuera”
“Es muy intranquilizante jugar en un ambiente así. En general es complejo hacer algo cuando se hace muy complejo, entiendo la situación del equipo porque los he visto con las ganas de que se han dispuesto para revertir su momento y la realidad es que en un clima de esta naturaleza en que están jugando en su casa y tienen a todo el mundo en contra es muy duro.
Aquí hay una explicación que está en lo externo, en el ambiente del estadio, en lo que pasa alrededor. Los que importan en esta situación son los jugadores, los que en un clima así les cuesta mucho concitar su juego y realizar lo que ellos quieren, se van intranquilizando. La verdad es que los primeros minutos intentaron y después de estar jugando notoriamente mejor que Cobresal nos hacen un gol de una jugada que no debía complicarnos, algo que es producto de las mismas cosas: la intranquilidad que se empieza a generar.
Desde ahí para adelante nos costó mucho más, crear juego, incluso hilvanar una jugada clara. Reitero que en esta condición lo que más siento es el estado de los jugadores, los estoy viendo en el camarín de que no pueden realizar lo que quieren hacer. Los siento en la semana, sé que tienen una voluntad tremenda para hacerlo y están en un ambiente que les está costando. Hay que mirar para adelante con tranquilidad y buscar mejorar esa situación, no se puede manejar lo que pasa afuera. No es algo que dependa de uno”.
Eduardo “Lalo” Soto: “Vamos a sacar esto adelante”
“La gente está en una disposición tremendamente negativa. Soy ohigginiano, a mí me gusta O’Higgins, jugué en este club y lo respeto, ojalá que mucha gente pueda respetar a este club también, respetar a los que están corriendo, a los que están ahí e indisponerlos desde el primer minuto lo que no corresponde.
Hay un grupo de hombres importante que vamos a sacar esto adelante porque van a dar la pelea hasta el final, así que se queden tranquilos que vamos a seguir peleando. Todavía no jugábamos y ya nos estaban dando, pero está bien, cada uno hace lo que quiere. Soy ohigginano, lo vuelvo a decir, tengo afecto por la gente de acá y no voy a cambiar mi discurso. Ellos son los que tienen que replantearse y darse cuenta de que este grupo de jugadores va a entregar todo.
Lo dije a principio de año, estamos para dar la lucha y seguimos convencidos en hacerlo. Lo importante no es como uno empieza, sino como termina y esperamos hacerlo de buena forma”.