Benson es un pequeño y tranquilo pueblo, cabecera del condado Swift en el estado de Minnesota al norte de los Estados Unidos. Este lugar tiene un poco más de 3 mil habitantes, que en su mayoría se dedican a la agricultura, lo primero que resalta a la vista a su llegada es el intenso verdor que reina.
La gran mayoría de las casas de Benson son de madera y retraen los barrios que muchas veces vemos en las películas estadounidenses. Casas grandes de uno o dos pisos, con un extenso antejardín. Todas con su cochera, estando la gran mayoría rematadas con el típico aro de básquetbol.
Llama especialmente la atención la ausencia prácticamente total de verjas, rejas o límites de cualquier tipo entre las propiedades, como también lo prolijo del corte de los predios y las bicicletas “tiradas” en las entradas de las abiertas puertas de las casas y el enorme compromiso medioambiental que tiene la comunidad, no se ve un papel fuera de lugar en las calles y a la generación de energía verde se suma a una planta de reciclaje y de compost municipales donde toda la basura del condado es tratada. Además en el lugar existe una gran planta de Etanol que produce el biocombustible a partir de la soya.
Con un índice de criminalidad casi 0, Benson es un tranquilo pueblo norteamericano. Pero ¿qué relación tiene este pueblo con Chile y con nuestra región?.
A pocos metros del límite urbano, no más de 100, se levanta Fibrominn, una planta termoeléctrica que produce cerca de 55 megawatts de potencia, lo que le da al pueblo –según señala su alcalde- independencia energética, pero con una particularidad. Es la única planta que en el continente americano utiliza como combustible para la generación de energía Fibromix, mezcla de guano de ave y virutas de madera, una tecnología muy similar a la que Fibroandes pretende utilizar al instalar una central en Pichidegua.
Uno de los temores más grandes que se presentan al hablar de la utilización de guano como combustible es el tema de los olores. En la planta de Minnesota, esta posible complicación no se nota mayormente. Ciertamente que el olor es complicado y fuerte, pero sólo dentro del lugar donde se almacena el combustible. A pocos metros de esta bodega prácticamente no se sentía olor alguno, incluso estando muy cerca de los camiones que transportaban la materia prima. Es más, el “barrio alto” de Benson es el más cercano a la planta, y el club campestre se encuentra prácticamente al frente de la planta. Un sistema de compresores de aire, que hace que siempre la presión atmosférica sea menor al interior, además de la quema de los gases en la caldera hacen este “milagro”.
El guano es ingresado por camiones completamente herméticos a una gran habitación desde donde palas completamente automatizadas extraen el combustible para situarlo en una gran correa transportadora que lo lleva hasta la caldera, donde es quemado a altísimas temperaturas para producir el vapor que moverá las turbinas generadoras de electricidad. Según señalan los técnicos estadounidenses, prácticamente, todo se quema, no emitiendo mayores contaminantes a la atmósfera.
Por otra parte, el vapor generado para mover las turbinas, posteriormente es enfriado y vuelto a utilizar como agua. La pérdida del vital elemento es prácticamente nula en este circuito cerrado, donde el vapor es enfriado a través de elementos químicos, similar a lo que ocurre en un aire acondicionado. Aquí se presenta una diferencia con el proyecto chileno, ya que este plantea la utilización de torres de enfriamiento, las que a la manera de una pileta, mojaran las cañerías con el vapor caliente, forzando su condensación. Alejandro Larenas, gerente de FibroAndes, reconoce que habrá pérdida de agua por evaporación, pero señala que no es agua extra a la que actualmente se utiliza en el sector, ya que esta provendría de derechos de agua existentes que han sido comprados a lugareños.
La opinión de la comunidad de Benson
Según señaló el alcalde de Benson Paul Kittelson, en los 3 años de funcionamiento que lleva Fibrominn no ha llegado hasta su oficina ningún reclamo, es más señala estar agradecido de la presencia de la planta que ha traído empleo (45 trabajos directos y más de 200 indirectos) y gente de todo el mundo a conocer su pueblo para conocer esta tecnología muy escasa en el mundo. Sin contar con los impuestos que la planta ha dejado en la ciudad.
De una opinión similar es Reed Anfinson, director del periódico local “Swift County Monitor-News”, quien además es el actual vicepresidente de la National Newspapaer Association de Estados Unidos (Asociación Nacional de periódicos), quien señala no haber tenido que reportar ninguna historia referente a problemas con la planta, aunque reconoció que hay algunos lectores que hasta el día de hoy se oponen a la planta a través de cartas al director, pero explicó que lo hacen por “razones filosóficas”, no porproblemas presentes en la comunidad.
Por su parte Rick Hoaick, médico residente de Benson, señaló que en el tiempo que ha operado la planta no ha presenciado ningún aumento de las consultas ni de los pobladores o los trabajadores de la planta por ninguna causa que se pueda relacionar con Fibrominn, explicó que la prevalencia de enfermedades entre los trabajadores de la planta es la normal esperada para personas jóvenes.
Pero a la llegada de Fibrominn a Benson no todos los residentes estaban de acuerdo con la instalación del proyecto Chuck Keenix fue uno de los líderes comunitarios que se oponía. Manifestó su incredulidad ante la quema de excrementos, pero señala que tras conocer la primera planta de estas características instalada en Inglaterra pudo ver en terreno que la planta funcionaba bien. Ahora que han pasado los años, dice que ha existido sólo un problema con Fibrominn, el que tuvo relación con la circulación de camiones, el que se solucionó rápidamente con el compromiso de que los vehículos de carga no transitaran por el radio urbano del pueblo; un camino un poco más distante permite que la circulación no entre por el downtown. Es más, agregó Chuck, su negativa opinión inicial se ha transformado en totalmente favorable. Incluso al circular por Benson hay personas que no saben que la planta está funcionando.
El proyecto chileno
La declaración de impacto ambiental, ya ingresado al sistema de evaluación ambiental (la declaración completa en https://www.e-seia.cl/expediente/ficha/fichaPrincipal.php?id_expediente=4852928&idExpediente=4852928&modo=ficha), dice que el Consorcio Energético Nacional S.A., (CEN) contempla la instalación de una Central de Energía Renovable No Convencional en la comuna de Pichidegua, con una capacidad de generación de 35 MW, utilizando Fibromix (mezcla de virutas de madera seca y guano de ave) como combustible principal, y biomasa forestal y/o agrícola como combustible secundario (en proporciones que podrán variar entre un 90 a un 100% de Fibromix y un máximo de un 10% de biomasa forestal y/o agrícola), siendo una clara alternativa a las quemas agrícolas del sector. El proyecto consta de la instalación de una caldera de poder, consistente en una caldera acuotubular, la que producirá 130 ton/h de vapor a 85 bar(a) de presión y 520° C de temperatura, suministrando vapor a una turbina en cantidades suficientes como para producir energía eléctrica con una potencia de hasta 35 MW mediante un generador. “Considerando que, el proyecto contribuye al desarrollo sustentable del país y a la reducción de las emisiones de Gases Efecto Invernadero, y que para su viabilidad requiere de los ingresos provenientes de la comercialización de Certificados de Reducción de Emisiones (CER’s), se solicitará su registro ante la Junta Ejecutiva del Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL).”, dice la declaración. Esto porque al entrar en operación esta planta su operación sería de C02 neutra, es decir no emitiría nuevo c02 a la atmosfera, y a la vez reduciría la huella de carbón al remplazar la generación de plantas de combustible fósil, las que quedarán sólo como respaldo del sistema. También confiesan desde Fibroandes (empresa subsidiaria del CEN que operará la planta) que una exigencia regional fue la incorporación al combustible de desechos agrícolas, para ayudar a reducir las quemas agrícolas de los alrededores del emplazamiento del proyecto.
Otro punto a considerar dentro del proyecto es que como subproducto, las cenizas resultantes de la quema del Fibromix y de los restos agrícolas son consideradas abono orgánico. En Estados Unidos estas cenizas son vendidas por la planta a una empresa ubicada a un costado de las instalaciones, la que comercializa el fertilizante entre los agricultores locales.