Fernando Ávila Figueroa
Texto y fotos
Se acerca la conmemoración de la festividad religiosa de Santa Rosa de Lima en la localidad de Pelequén y no será una festividad más, ya que como se ha informado el terremoto dejó el templo sin su cúpula de cobre, panorama con el que se encontrarán los miles de fieles que lleguen al santuario. Sin embargo, esto no ha provocado que decaiga el ánimo del Párroco, José Miguel Ortiz, quien desde el mismo 27 de febrero comenzó a trabajar para recibir de la mejor manera a los fieles. Pese a lo devastador del sismo la imagen y la reliquia de Santa Rosa no sufrieron ningún daño, lo que reafirma la fe de los devotos de la santa. El municipio local también ha ayudado en el retiro de escombros. Es así como el alcalde Luis Barra dio a conocer que desde un comienzo colocaron a disposición del Padre ayuda para levantar los escombros. El Santuario de Pelequén existe desde hace más de cien años. Después de la Guerra contra la Confederación Perú- Boliviana un oficial chileno trajo para el servicio doméstico a un «cholito» del Perú. Caminando hacia sus dominios, cerca de Nancagua, quedaron empantanados cerca del caserío llamado Pelequén. En tal situación los auxilió doña María Terán, en cuya vivienda quedó albergado el «cholito», pues sufría de fiebre tifoidea y no estaba en condiciones de seguir viaje. Ante los requerimientos de la dueña de casa, el peruano descubrió el tesoro que guardaba en un arcón de madera: la milagrosa imagen de Santa Rosa de Lima, su coterránea. Ante la imagen sagrada, ambos pidieron por la salud del enfermo, el cual al día siguiente amaneció totalmente recuperado. Esto sucedía en el año 1840. Rápidamente la noticia se supo entre los vecinos, que de inmediato vinieron a conocer la imagen, a quien imploraron diversos favores. Recuperado, el peruano dejó su imagen querida, a la que le hicieron una gruta donde acudieron más personas a pedir favores y a pagar mandas. Las autoridades eclesiásticas decidieron que la imagen fuera trasladada a la Parroquia de Malloa. Sin embargo, según cuenta la tradición, más se demoraban en trasladar la imagen a Malloa, que en aparecer ésta de vuelta, lo que llevó a las autoridades de la época a establecer como lugar de veneración a Santa Rosa en Pelequén. El primer templo fue una capilla de tipo rural, que con el tiempo fue creciendo hasta configurarse en el actual Santuario, construido después del terremoto de Chillán. Contemporáneamente al establecimiento del primer lugar de culto, se descubrió la cantera de piedra rosada típica del lugar. Además se fueron construyendo casas, trazando calles, surgiendo así el nuevo pueblo de Pelequén en torno al Santuario.
Los años han pasado y junto a la veneración de la imagen de la Santa, el comercio se ha transformado en uno de los atractivos que cada año convoca a miles de personas.
Es así como muchas veces el comercio que se tranza en la principal avenida hace perder el verdadero sentido de la fiesta religiosa, lo que hace que cada año el Párroco del templo, Padre José Miguel Ortiz, inste a que los fieles lleguen a Pelequén a visitar y recordar a Santa Rosa de Lima. Este año el comercio comienza el proceso de instalación el día 28 de agosto, pudiendo permanecer en el lugar hasta el día domingo 05 de agosto.