Felipe Alvear Silva
Foto: Nico Carrasco
Vienen de otros lados del país y sólo un grupo reducido lo hace desde Rancagua; trabajan en la mañana o en la tarde-noche, que son las horas donde hay más tráfico de gente en las calles del centro de las ciudades; pueden llegar a ganar cerca de 200 mil pesos en una sola jornada, aunque deben repartirla entre más de 10 personas; y por sobre todo, nunca pierden. Es el tradicional juego de destreza y engaño “pepito paga doble”, truco originario de Colombia en que los estafadores buscan engañar a la gente haciéndole creer que están apostando, todo con el fin de robarle el dinero.
Con el fin de evitar estos engaños y controlar los delitos que se asocian a esta práctica ilegal, la Primera Comisaría de Rancagua y la Cámara de Comercio se encuentran realizando una campaña con el fin de evitar que la gente realice apuestas con estos estafadores, que como ellos mismos dicen, jamás pierden.
De acuerdo al Subcomisario de Servicios de la Primera Comisaría, capitán Patricio Tirado, la aglomeración de estas bandas estafadoras en el centro de las ciudades, provocan otro tipo de delitos, ya que al centrarse la atención en las apuestas, hay otras personas —no siempre de la misma banda— que aprovechan la ocasión. Además, según el capitán Tirado, cada vez que la gente apuesta en estos juegos, pierde, pero desgraciadamente no realiza las demandas, por lo que Carabineros detiene a los estafadores, pero por falta de denuncias, no pueden ser formalizados.
“Jamás ganan”
Conversamos con un “palo blanco” del “pepito paga doble”, para saber cómo operan. Este hombre que viene del norte —que no quiso dar su nombre por seguridad—, dice que le gusta venir a Rancagua porque les va bien, y en este tiempo Arica está malo.
Según comentó a El Rancagüino, el “pepito paga doble” se juega utilizando las habilidades de las manos, ya que hay que ser muy rápido con las fichas. De acuerdo a su relato, la gracia del asunto es engañar a la gente. Lo primero es mostrar las tres piezas —una de ellas marcada—, y comenzarlas a mover siempre sobre un elemento que no permita el rebote. Pero en un momento, mientras las cambian de posición en el suelo, en una mano toma una pieza sobre otra que tenía en la misma mano, y lanzan la que está arriba, lo que confunde al apostador que termina por equivocarse y elegir la fecha equivocada. “Jamás ganan”, dice el hombre.
La banda se compone generalmente de 12 personas, un “tallador” —que es el que mueve las fichas—, los “palo blanco” que alienta a la gente a jugar, apostando ellos primero, y por último los “loros”, que son los encargados de avisar en caso de ver la presencia policial.