Felipe Alvear Silva
Foto: Marco Lara
Con un 30 por ciento de su cuerpo quemado terminó el recluso identificado como Boris Andrés Donoso Carrasco de 40 años, que durante la tarde del pasado jueves intentó quemarse a lo “bonzo” para llamar la atención de las autoridades de la Cárcel de Rancagua por lo que él denomina una “injusticia”, al no ser reevaluado respecto a su conducta actual.
Según el reo que cumple una condena de 3 años y 10 meses por el delito de infracción a la Ley de Armas y Explosivos y robo de especies —y que cumple condena el 23 de abril del 2012—, tras su llegada al complejo penitenciario comenzó a portarse mal, lo que lo dejó con una muy mala evaluación. Pero con los meses, y ante la imposibilidad de recibir visitas por su conducta, cambió su conducta participando en talleres con el fin de mejorar su evaluación y así poder ver a su familia. De acuerdo a lo informado por el encarcelado, tenía miedo de que su esposa lo abandonara, por lo que comenzó a portarse mejor para poder subir el nivel de evaluación, pero nada de ello llegó.
Agobiado y frustrado por la situación, el hombre que estaba trabajando en el taller de carpintería, tomó una botella de diluyente, se la roció encima y se prendió fuego, que sólo pudo ser apagado por los funcionarios de Gendarmería. Debido a la acción del fuego, el recluso quedó con quemaduras tipo A-AB en su cara, cuello y dorso, comprometiendo sus vías respiratorias.
El director regional de Gendarmería, coronel Luis Camino, reconoció la situación vivida por el reo. “Efectivamente se trata de un interno condenado, que se prendió fuego cerca de las 16:40 horas, situación que fue rápidamente controlada por personal de la penitenciaría. Según lo que me comentó la Jefatura, él estaba erradicado de visitas desde hace tres meses, es decir, no querían ir a verlo”, indicó la máxima autoridad regional de Gendarmería.
De acuerdo a lo informado por el Departamento de Comunicaciones del Hospital Regional de Rancagua, Boris Donoso Carrasco quedó internado en el Servicio de Cirugía de Hombres, donde se mantiene estable, fuera de riesgo vital, con quemaduras en toda la parte superior del cuerpo. Según la información, el recluso está permanentemente vigilado por una pareja de gendarmes.