-Tras el pasado terremoto del 27 de febrero pasado, la empresa quiso ir en ayuda de los más necesitados de la Séptima Región, una de las zonas más dañadas por la catástrofe. La misión siempre ha sido la misma: no dejarlos solos.
Ximena Mella Urra
A principios de este mes y por tercera vez Fundición Talleres Ltda., con una representación de sus trabajadores, directorio, gerencia y comité solidario, se hicieron presentes una vez más para apoyar y ayudar al pueblo de Huenchullamí, en la Séptima Región, ubicado entre Constitución e Iloca.
A siete meses del terremoto y tsunami de febrero pasado, la vida y futuro de los habitantes ha cambiado gracias al apoyo constante de esta empresa y sus trabajadores. HUENCHULLAMÍ, en mapudungun significa el río, la comunidad, el hermano que llegó para quedarse para siempre en el corazón de sus habitantes. Los habitantes de Huenchullamí dieron las gracias cuando compartieron un gran almuerzo comunitario. De temprano comenzaron los preparativos y con comida preparada con los productos del lugar. Todos demostraron que las ganas y la alegría palpable se irían transformando en un acto de hermandad.
Los visitados manifestaron su total agradecimiento a Fundición Talleres por llevarles esperanza y alegría a los niños en cada una de sus visitas. “Hoy vuelve de a poco la normalidad, con ello los sueños y fuerza para un futuro mejor”, manifestaron sus vecinos en el lugar. “Gracias por el abrigo a los ancianos, por el techo, por hacernos mantener la fe, por ayudar a pasar un invierno mejor”, concordaron.
Esta vez el gran aporte de la empresa fue el de asumir el costo de arriendo de una retroexcavadora para las excavaciones destinadas a la instalación de los ductos que llevarán el agua potable a este sector. Gracias a este hermoso regalo les ayudará a los habitantes y hogares damnificados contar con agua tras el gran terremoto.
Mirando hacia atrás, recordamos que tras tres semanas de ocurrido el terremoto del 27 de febrero pasado y la empresa y sus trabajadores acudieron en ayuda inmediata de esta pequeña localidad alejada en la Séptima Región en lo que se llamó la primera Minga Solidaria.
En esa primera visita se estableció un compromiso de volver y no dejar solos a estos pobladores. Es por ello que el pasado 29 de mayo, representantes de los trabajadores iniciaron el segundo viaje de ayuda solidaria hacia la costa del Maule, con el fin de entregar alegría, materiales de construcción y de abrigo con frazadas para enfrentar el invierno.
Esta gran ayuda que ya se ha materializado en tres visitas a la fecha, es posible gracias a los trabajadores, sus familias, empresas colaboradoras, sindicato y el respaldo de la empresa a través de la Gerencia. La localidad fue conocida a través de Marcelo Vidal, destacado concertista y amigo de la empresa.