La Región de O’Higgins aporta con cerca del 40 por ciento de la producción de miel del país. El dato es no menor, ya que la presencia de esta cantidad de abejas en la región aporta a la polinización de los árboles frutales de esta zona, que como sabemos se sustenta en gran parte a la agricultura. Es por esto que el trabajo de los apicultores es primordial no sólo para la producción de la miel, sino que también para el agro; pero lamentablemente para ellos, la difícil e importante labor que cumplen en la zona ahora se ha visto perjudicada por hecho delictuales.
El vicepresidente de Apisexta, Pedro Cuevas, señaló que durante las últimas tres semanas los productores de miel han sido víctimas de “situaciones incómodas”, debido al robo de cajones con abejas. De acuerdo a lo señalado por el apicultor renguino, 18 de los 140 socios han sido víctimas de la sustracción de grandes cantidades de los recipientes donde guardan las colmenas, lo que afecta notablemente en la producción de miel.
“Son situaciones bastante incómodas para los apicultores y socios de Apisexta, ya que la pérdida de abejas no sólo provoca la merma en la producción de miel, sino que también afecta a la polinización. Además, si te roban la mitad de tu capital, esto afecta al empleo y lamentablemente no hay seguros, pero lo peor, no hay control. Se han robado 48 cajones en una sola noche”, aseguró el vicepresidente de la agrupación que reúne a los productores de la Región de O’Higgins.
“Antes se controlaba a la gente que transportaba cajones pidiendo las guías de despacho, pero ahora no. Los cajones tienen marcas, los afectados realizan las denuncias, pero si no hay control no sacamos nada. Yo he trasladado cajones con abejas a la vista desde San Fernando a Rengo, y no me revisan. Todo esto está afectando a los microempresarios que quedamos endeudados para seguir produciendo”, protestó Pedro Cuevas.
Un difícil mercado
La gran producción de miel que se produce en la Región de O’Higgins está basada principalmente en el trabajo de dos tipos de abejas europeas: la cármica venida desde los países de Europa del este y la lingústica traída desde Italia. Pero durante los últimos años, la temida avispa ha provocado grandes daños en la apicultura, lo que ha obligado a invertir para cuidar a las abejas.
Si bien la producción de miel es muy alta en la región, gran parte de lo extraído en la zona es comprada por empresarios sureños o de otros lados del país, quienes trabajan la materia prima y realizan productos que venden a precios más alto, lo que según Cuevas es un verdadero commodity, mercado de materias primas. Además, la venta a precios bajos del alimento, obtenido de las colmenas, es exportado a Europa donde la tratan y la ofrecen como gourmet a altos precios, cosa que no se realiza en nuestro país y menos en la Región de O’Higgins. “Nuestra miel es especial, es antioxidante, antiséptica, proteínica, terapéutica y por sobre todo relajante; pero lamentablemente sólo vendemos el producto primario”, indicó Cuevas.
Según el apicultor el año no ha sido bueno principalmente por el terremoto del 27 de febrero. “El año ha sido malo, primero se perdieron muchos cajones por el terremoto y los subsidios entregados no han sido los suficientes. Después viene esto, el robo de colmenas lo que produce un mercado negro con los cajones de abejas”, finalizó Pedro Cuevas de Apisexta.