Felipe Alvear Silva
Son compañeros, amigos, compadres y están unidos por su pasión por el fútbol. Se conocen hace aproximadamente 20 años cuando Manuel González ingresó a trabajar a El Teniente, donde ya estaba Jaime Castro. Son los dos rescatistas rancagüinos que están trabajando en la Mina San José para lograr rescatar al resto de los mineros que quedan al interior del yacimiento donde estuvieron atrapados por 70 días.
Conversamos con sus esposas, las también amigas Lorena Alcota y Gladys Cáceres –mujeres de Manuel y Jaime respectivamente-, y nos contaron algo de su vida, de una vida que seguramente cambiará ahora que han participado en el rescate de mineros atrapados más importante de la historia de la humanidad: el rescate de los 33.
Eran pasadas las 23 horas del martes 12 de octubre. Millones de personas en todo el mundo estaban pendientes del inicio del rescate de los 33 mineros atrapados. Ya se conocía que había un designado para bajar a las profundidades de la Mina San José: él era el especialista en perforaciones y tronaduras verticales de la Mina El Teniente, el ex jugador de O’Higgins de Rancagua, Manuel González. Casi mil kilómetros al sur, su esposa Lorena y sus hijos Cristián y Carla, presenciaban con nerviosismo la inminente bajada de Manuel. “Antes estábamos tranquilos, pero cuando subió a la cápsula, casi me morí; le habíamos mandado un mensaje un poco antes diciéndole que estábamos orgullosos de él, y nos respondió”, señaló su esposa Lorena. Manuel fue el primer rescatista en llegar al refugio donde estaban los 33 mineros, con él, comenzó el rescate.
Al mismo tiempo, y al lado de la cápsula, su amigo Jaime Castro trabajaba junto al resto del equipo de rescate para que todo saliera bien. En su casa, en Rancagua, su esposa Gladys rezaba junto a sus tres hijos –Antonia, Jaime y Francisco- para que todo saliera bien y tanto su compadre Manuel, como su esposo Jaime, terminaran sin problemas.
A horas que salgan los últimos mineros que estuvieron atrapados durante 70 días al interior del yacimiento ubicado en la Región de Atacama, y ante una cobertura periodística nacional e internacional pocas veces vista, Manuel volverá a la superficie donde se encontrará con Jaime y el resto de sus compañeros de El Teniente y del equipo de rescate; tras esto Manuel podrá decir que fue parte importante de uno de los rescates más emocionantes vistos por la humanidad; y tal como dijo Cristián, el hijo de Manuel:”pasará de ser un padre cariñoso, a un héroe”.