Una semana pletórica de felicidad, alegría vivieron los deportistas de los ocho colegios Maristas con la nueva versión de los Juegos Nacionales.
Un gimnasio lleno dio el marco ideal para la ceremonia final con todo el simbolismo que ello significa.
Fueron cinco días intensos con la lucha incesante en la cancha y en la pista intentando quedarse con el triunfo y así sumar los suficientes para quedarse con la copa de campeón.
La mística vivida durante los días de los juegos quedó claramente reflejada en las palabras del rector del Instituto O’Higgins, hermano Aldo Passalaqua, quien dijo que más que un atraso por falla en el inicio de la ceremonia de cierre de los juegos es el anhelo de que no se fueran y así quedó reflejado en todos los lugares donde se vieron los buzos multicolores de los distintos colegios y al finalizar cada jornada muchos padres y alumnos esperando a sus eventuales integrantes por uno días de cada familia, porque es así, estas olimpiadas tiene ese espíritu que cada familia acoge a un deportista.
En lo deportivo el Instituto Alonso Ercilla, dio la vuelta olímpica como campeón, el Instituto Rafael Aristia, quedó tranquilo con el segundo lugar y el Instituto O’Higgins, tercero quizás con el firme propósito de ser los campeones el próximo año.