Por: Flor Vásquez
Intensos, de mucho trabajo, han sido los primeros meses del doctor Claudio Caro Theyer en su cargo de director del Servicio de Salud O’Higgins. Pero él no se queja y, por el contrario, está entusiasmado y, más que eso, decidido, a mejorar la calidad de la atención que reciben los pacientes.
Para lograr ese gran objetivo, sabe que debe involucrar a cada uno de los funcionarios de los 15 hospitales que conforman la red asistencial pública de la región y al equipo que lo acompaña en la Dirección del Servicio.
Tras asumir a mediados de julio pasado, una de sus primeras tareas fue conocer la realidad de la salud pública regional en general y de los hospitales en particular. Dice que “aquí nadie era capaz de dar su opinión y tomar una decisión porque existía la idea de que si tomaba una decisión, eventualmente podía no ser respaldado. Eso hacía que las cosas navegaran en aguas tranquilas, pero nunca llegábamos a alta mar, nos quedábamos dando vuelta en la bahía solamente”.
Por ello, ahora está instando a que la gente tome decisiones y asuma responsabilidades.
Asimismo, observó que los médicos de los hospitales de menor complejidad tienen poca capacidad de resolución, muchas veces no se atreven a resolver los casos, por temor a una eventual demanda judicial, y prefieren derivar a los pacientes al Hospital Regional.
Agrega que la presencia del hospital de campaña cubano también les permitió aprender de sus médicos, específicamente sobre el trato acogedor de éstos con los pacientes.
De allí que la gran tarea es lograr cambios en las personas –médicos y funcionarios-, única forma de mejorar la calidad de la atención que tanto piden los pacientes y usuarios del sistema público de salud.
-¿Cómo va la construcción del nuevo Hospital Regional?
– Bastante bien, incluso va un poco adelantada. Este es un proyecto absolutamente inédito para la región, probablemente va a ser la obra de infraestructura hospitalaria más importante de Chile; uno de los hospitales más grandes de Latinoamérica. Es una obra monumental.
– ¿Se normalizó ya la atención en los hospitales, tras el terremoto y los daños en su infraestructura?
-Estamos bastante normalizados, nos quedan muy pocas camas adicionales que habilitar. La verdad es que el sistema de manejo en red permitió soportar la disminución de hasta un 30 por ciento de las camas, pero ahora estamos prácticamente normalizados con las camas y con las prestaciones.
– ¿El Hospital Regional está funcionando a plena capacidad?
– Sí. En los pabellones estamos en cerca de un 98 por ciento de las cirugías y en cantidad de camas el delta que nos queda es bajo.
– ¿Se terminó de realizar las reparaciones de los daños post terremoto en el Hospital Regional?
– Las reparaciones de un hospital nunca se terminan; hay que estar siempre haciendo algunos arreglos.
– ¿Cuánto dinero se ha gastado y quién financió las obras de reparación?
– Inicialmente, la Dirección del Servicio puso el dinero, con recursos propios, pero ahora el Ministerio de Salud va a realizar la transferencia de los fondos que se gastaron. En los trabajos de reparación se gastó la suma de aproximadamente 700 millones de pesos.
– ¿Está funcionando bien el hospital?
– El Hospital Regional de Rancagua es un establecimiento autoadministrado, estamos dándole fuerte soporte en ciertas áreas, pero no estamos encima de cada una de las unidades del hospital. La Dirección de Servicio le está dando soporte en el tema informático, legal, administrativo, con el objetivo de buscar y lograr mejores resultados.
YA ESTA SUPERADA LA EMERGENCIA
– Durante varios meses el Hospital Regional no funcionó a plena capacidad y hubo que postergar algunas prestaciones, ¿cómo están resolviendo el tema de las listas de espera?
– Hoy estamos bastante cerca de lo que corresponde al funcionamiento de un año normal; estamos llegando a estándares adecuados. Estamos mucho más apurados en la reducción de las listas de espera y creo que vamos a tener un buen año con respecto a la resolución de los problemas. Y por lo demás, hay una opinión clara del Presidente (Piñera) y del Ministerio de Salud respecto a resolver esa brecha.
– ¿El hospital de campaña cubano ha sido un buen aporte?
– Sí, un muy buen aporte. Nos resolvió muchas prestaciones, pero además nos permitió dar una mirada un poco distinta: ellos (los médicos cubanos) tienen un trato acogedor hacia los pacientes, quienes muchas veces no sólo necesitan medicamentos, sino que los escuchen y que les den una palabra de ánimo.
– ¿Cree que nuestros médicos aprendieron de los cubanos, en lo que respecta a la importancia de dar un trato acogedor al paciente?
– Yo creo que los médicos, no es que hayan aprendido, sino que han ido rescatando lo que cada uno tiene adentro y, efectivamente, hoy día hemos ido desarmando ciertas líneas de conflicto. Probablemente, de aquí para adelante la gente empezará a notar ciertos cambios en la percepción de la calidad. Esta locomotora que es el hospital se empezó a mover y lo importante es que todos tiremos para el mismo lado. Yo siento que los médicos tienen la potencialidad para hacerlo, pero estamos todavía un poco desalineados, por lo que la Dirección del Servicio debe entregarles las herramientas adecuadas para que puedan hacer lo que tienen que hacer.
– ¿Hasta cuándo estará el hospital cubano en Rancagua?
– Hasta noviembre, eventualmente. Desde el punto de vista del funcionamiento de la red asistencial, ya la emergencia está solucionada.
Es cierto que siempre las necesidades en salud son más de las que uno puede satisfacer, pero no podemos alargar en forma indefinida una situación. Estamos muy agradecidos de los médicos cubanos y ellos están siendo solicitados de otras partes también. La emergencia en la región está subsanada; efectivamente siempre nos van a faltar prestaciones, pero ese es un tema del que me tengo que preocupar yo, de ir logrando mejor calidad y cantidad de prestaciones. Además, tengo que alinear y educar a la población para que definamos qué considera la comunidad que le debe dar el Servicio de Salud y también para que le gente colabore y sepa cuándo y dónde consultar.
– ¿Lo dice por la cantidad de consultas en los servicios de Urgencia, que en muchos casos no corresponden a una situación de emergencia?
– En la atención primaria, en algunas oportunidades la gente va al médico para que le dé una receta para tratar el dolor de cabeza. Hay muchas personas que sin estar enfermas igual consultan con frecuencia y al investigar por qué ocurre esto, uno se encuentra con que van porque no tienen otra cosa que hacer o porque en el consultorio tienen calefacción. Hay que abordar esta situación. En tanto, al Servicio de Urgencia del Hospital Regional todavía siguen llegando personas que consultan por dolor de garganta u otras afecciones que no corresponden a urgencias.
Hay que empezar a educar a las personas y tenemos algunos proyectos que van direccionados a eso; tenemos que ver cómo orientamos la demanda.
– Si bien un porcentaje de consultas no son por situaciones de emergencia, se observa que llegan muchos casos de urgencia y en ocasiones el Servicio resulta insuficiente. ¿Se adoptará alguna medida al respecto?
– El Servicio de Urgencia del Hospital Regional es pequeño. Nosotros estamos haciendo un fuerte posicionamiento der la red, lo que no es fácil, porque se trata de romper una cultura de años. Buscamos que también se hagan cargo de los pacientes los hospitales de menor complejidad. Muchas veces por un tema de calificación, de recursos o simplemente por un tema de demanda contra los médicos, éstos han ido perdiendo un poco la capacidad de hacerse cargo del problema. Y ese es un tema que estamos empecinados en resolver; de hecho ya hay muchas cosas que nosotros asumimos directamente como Dirección, tratamos de respaldar a la gente que toma decisiones. No es posible que nuestros pacientes se agraven o se mueran porque nadie ha sido capaz de tomar una decisión, porque es inherente a muestra práctica tomar decisiones.
En el Hospital Regional de Rancagua tenemos algunas cosas que mejorar y estamos ya alineando los equipos clínicos para que tengamos protocolos claros de atención y de derivación, y usar otros hospitales de la red, eventualmente, para poder atender a los pacientes.
– ¿Usted dice que en algunos hospitales de menor complejidad el médico no se atreve a tomar una decisión o resolver un caso por temor a una demanda judicial y prefiere derivar al paciente al hospital regional?
– Esa es una realidad a nivel nacional. En la Dirección del Servicio estamos reempoderando a los médicos y diciéndoles que vamos a respaldar a la gente que toma decisiones.
¿FALTAN MEDICOS EN EL HOSPITAL DE SANTA CRUZ?
– Santa Cruz cuenta con un nuevo y moderno hospital, pero se dice que faltan médicos, ¿cuál es su visión al respecto?
– Lo primero que tiene que hacer el Hospital de Santa Cruz es definir cuál es la cantidad de prestaciones que va a hacer, para qué tiene capacidad. Alguien puede tener la opinión de que faltan médicos en el hospital, o que es un hospital grande para pocos médicos, o que sobra hospital para la demanda. Efectivamente, tenemos programas enteros que se van de Santa Cruz a San Fernando o Rancagua. Lo que estamos diciendo es que hay unidades que no están asumiendo la población que tienen asignada.
Hoy estamos asegurando las mismas prestaciones que se hacían en el hospital antiguo y potenciando, aumentando las prestaciones en general. Y estamos definiendo, de acuerdo a la realidad local, cuál es la necesidad que hay que satisfacer. Quizás falten equipos, pero tal vez no se requiere que haya equipos todos los días; en ocasiones ha ido un equipo de médicos cubanos a operar al hospital de Santa Cruz; y eso puede resolver la demanda o la brecha que se quiere acortar.
– ¿En este momento sobra hospital en Santa Cruz?
– No es que sobre hospital. Lo que estamos definiendo es cuál es el marco en que vamos a usar ese hospital los próximos 20 años. Efectivamente, en un hospital como ese, que está hecho para trabajar en tres turnos de 8 horas al día, tenemos capacidad para aumentar mucho las prestaciones. De a poco vamos a ir haciendo un levantamiento de demanda. Estamos monitoreando para que esta maravilla de hospital funcione súper bien. Vimos que se requería un nuevo tipo de liderazgo y agradeciendo la labor del anterior director, nombramos al doctor Maldonado como nuevo director subrogante. Ese cargo tiene que entrar a concurso.
– ¿Cómo está funcionando el hospital de Pichilemu?
– El hospital de Pichilemu tiene una urgencia nueva que está funcionando bastante bien; ese establecimiento se tiene que preparar para la temporada de verano.
– ¿Cuenta con pabellones ese hospital o tiene que derivar los casos a Santa Cruz?
– Santa Cruz es el hospital de referencia de ese sector. Por otra parte, estamos reestructurando todo el sistema de gestión de ambulancias, para tener un sistema de emergencia móvil que sea mucho más expedito y que cubra mejor las necesidades de la población.
– ¿Cómo están funcionando los equipos de salud?
– Uno de los grandes errores que hay en las direcciones desde el punto de vista de la administración es que llega un iluminado a plantear sus teorías, pero éstas no consideran la cultura de la zona. Nosotros buscamos potenciar lo que existe e incorporar a todos a este proceso de mejoramiento continuo. Hemos realizado algunos cambios en la Dirección de Salud, hemos refundido algunas unidades, les hemos dado responsabilidades individuales a personas del equipo, de las cuales tienen que hacerse cargo y responder. Aquí, según mi mirada, lo que había es que todas las unidades funcionaban en forma independiente, pero no había gente suficientemente empoderada para tomar decisiones. Si hay un cambio que estoy haciendo es que estoy diciéndole a la gente que debe tener opinión y que de esa opinión tiene que venir una decisión, que yo voy a respaldar; por supuesto que sea una decisión sensata. Aquí nadie era capaz de tener opinión y tomar decisión porque existía la idea de que si tomaba una decisión eventualmente podía no ser respaldado; y eso hacía que las cosas navegaran en aguas relativamente tranquilas, pero nunca llegábamos a alta mar, nos quedábamos dando vuelta en la bahía solamente. Ahora no, la gente tiene que tomar decisiones, porque es parte de su función.
– ¿Cómo percibe que ha sido la reacción de los funcionarios a estos cambios?
– Hoy siento que las personas están más orientadas. Creo que el equipo de trabajo que tenemos acá es extraordinario. No obstante, cada uno estaba haciendo cosas desde el punto de vista individual, con mucha capacidad de respuesta, pero sin pensar en la mirada en conjunto, de todo el resto de los servicios del hospital; sin mirada de red. Mi responsabilidad es ordenar y lograr una buena coordinación, con una mirada integradora.
– ¿El Hospital Regional es el que presenta más problemas, considerando que es el de mayor complejidad?
– Es un hospital grande, complejo y la gran mayoría de las prestaciones son de buena calidad. Uno no puede asegurar resultados en medicina, lo que puede asegurar es el esfuerzo por recuperar la salud de las personas. Y lo que buscamos es dar una atención de calidad a los pacientes.
Además, ya nos estamos preocupando de establecer el plan de traslado al nuevo hospital, que aspiramos a que sea el mejor del país. Tenemos que prepararnos para el desembarco.