Tania Arce Saavedra
Fotos: Marco Lara
A diferencia de años anteriores, menor fue el flujo de personas que se acercaron este 1 de noviembre a los cementerios de Rancagua. En un recorrido realizado por distintos camposantos, El Rancagüino pudo verificar que a diferencia de años anteriores, hubo un menor número de personas que visitaron estos recintos.
Al medio día de ayer tanto los vendedores, así como los mismos trabajadores de los cementerios relataban la disminución del público. Ellos lo atribuían a las altas temperaturas registradas durante esa mañana, las que ya habían sido anticipadas por los medios de comunicación. Otra de las causas aducidas por los comerciantes, fue que durante toda la semana se registró una alta concurrencia a los camposantos.
Las secuelas del terremoto tampoco estuvieron ausentes en las razones esgrimidas por los concurrentes. Muchos de ellos argumentaron que esta vez decidieron asistir sin niños y sólo en señal de respeto hacia quienes ya partieron, ya que muchas veces esta visita se convertía en un paseo familiar. “Hay muchas tumbas dañadas, y nichos en condiciones no muy buenas, y por eso hay que evitar riesgos mayores” señalaba una fuente consultada.
Pero a pesar de eso, quienes indiscutidamente sacaron cuentas alegres fueron los floristas, ya que según ellos, “la gente tiene que comprar igualmente flores, más allá de cuantos vengan a visitar las tumbas” dijo una comerciante. Desde mil pesos era posible encontrar un ramo de fragantes flores. “Los claveles se fueron muy temprano, y ahora sólo quedan las favoritas: las siempre vivas, las Ilusiones y las rosas”, aclaró la florista.