Flor Vásquez
Fotos: Marco Lara y archivo.
Antonio (45) dice que nunca tuvo problemas a la piel; incluso en la adolescencia no supo de espinillas ni granitos. Hace cinco años, coincidiendo con un periodo de intenso trabajo, su cara se puso roja y se llenó de feos granos. “Lo peor es que la gente pensó que era porque estaba tomando mucho. Consulté un dermatólogo y me dijo que tenía rosácea. Jamás había escuchado de esa enfermedad. ¿Es infecciosa; tiene curación?, le pregunté. Me dio antibióticos, me prohibió el consumo de ají y otros aliños; también me indicó el uso de una crema hidratante y me aconsejó que intentara no estresarme”.
Agrega: “Sufro con esta enfermedad. En el invierno me hace mal estar cerca de una estufa; en el verano tengo que esconderme del sol. Cada cierto tiempo tengo “brotes” y me siento mal por el aspecto que tiene mi cara”.
Patricia (40) señala que “a los 15 años empecé a tener problemas de aparición de espinillas que se infectaban. Consulté varios médicos y me dieron tratamiento para el acné”. Sin embargo, pasó la adolescencia y el problema persistía. “Seguí consultando médicos y cuando tenía 32 años, ahí me diagnosticaron rosácea. Actualmente tengo la enfermedad bien controlada, para lo cual uso un fotoprotector especial en forma diaria durante todo el año; también uso lentes de sol y evito exponerme al sol porque he comprobado que me hace mal”.
Estos son los testimonios de dos personas que tienen rosácea, una enfermedad inflamatoria crónica de la piel, que afecta en mayor porcentaje a las personas de tez clara y que habitualmente aparece después de los 30 años.
Richard Jerez Espinoza, dermatólogo de Modelaser, indicó que no se sabe cuál es la causa de la rosácea; agregando que en esta época aumentan las consultas por dicha enfermedad, ya que el sol y las temperaturas más altas provocan una vasodilatación y mayor enrojecimiento de la piel. Es decir, en quienes tienen rosácea, la exposición a los rayos solares puede exacerbar esta enfermedad que afecta a entre el 2 y el 5 por ciento de la población.
El médico agregó que hay subtipos de rosácea y casos leves, moderados y severos. Un subtipo corresponde a la que se presenta como un enrojecimiento de la piel, ruborización o “flushing” (ponerse rojo); otro a la que se denomina rosácea eritematotelangectasica, en que hay un color rojo permanente en la piel y aparecen varias venitas. Un tercer subtipo es la “papulopustular”, en que aparecen pápulas y pústulas. Un caso más severo es la rosácea fimatosa, que es aquella en que se produce un crecimiento con deformación de la piel de la nariz, que es consecuencia de la dilatación permanente de los vasos sanguíneos (al llegar más sangre a los tejidos, éstos comienzan a crecer). También existe la rosácea glandular y la ocular.
Por el color rojo y las lesiones que produce en la piel, esta enfermedad afecta la autoestima y más de alguien piensa, equivocadamente, que la persona tiene la cara roja porque toma mucho trago.
“Esta es una enfermedad controlable -señala el doctor Jerez- pero es crónica e implica cuidados de por vida”.
EVITAR CONSUMO DE ALCOHOL
– ¿En qué consiste el tratamiento?
– Lo más importante es la educación. Al paciente se le explica que ésta es una enfermedad crónica y que deberá seguir una serie de medidas generales. Ningún tratamiento es efectivo si el paciente no cumple esas medidas generales: duchas cortas, de tres minutos, con agua tibia; la idea es que no se exponga mucho al agua. No consumir café ni té cargado; preferir el café descafeinado y no tomarlo caliente. Evitar el consumo de alcohol: da lo mismo tomarse un vasito o la botella entera, si tiene rosácea se va a poner rojo. Una vez que se logra tener controlada la rosácea, puede tomar un trago sabiendo que al día siguiente va a estar un poco más rojo y que podría tener una crisis, un brote de rosácea.
– ¿Cumplen los hombres la indicación de no consumir alcohol?
– La gran mayoría de los pacientes que consultan son mujeres; los hambres que vienen es porque el tema les complica y se portan bastante bien, siguen las indicaciones, incluso mejor que las mujeres.
– ¿Qué alimentos deben evitar?
– El ají, los aliños, el chocolate y los alimentos ricos en grasa (por ejemplo, papa fritas) porque favorecen la aparición de brotes. También se restringe el consumo de mostaza, mayonesa, mantequilla. Además, los pacientes deben evitar el calor provocado por las estufas, los ambientes cerrados, el sol, el estrés.
– ¿Qué medicamentos se indican?
– Cremas, en base a metronidazol, con el fin de ejercer un efecto antiinflamatorio en la piel. Además, es importante el uso de protectores solares o bloqueadores; tienen que usarlo todo el año y uno que sea adecuado para su tipo de piel. De igual modo, los pacientes deben evitar exponerse al sol. También se recomienda que usen una loción de limpieza, como Neolucid, que además es humectante. En algunos casos más severos, se puede usar antibióticos orales o retinoides orales.
– ¿Existe algún tratamiento cosmético?
-Sí; pasado el tratamiento médico viene el tratamiento cosmético. Con lo primero lo más que puede lograr es que el paciente tenga la cara lisa, con un rojo más tenue, pero siempre se le van a notar las venitas. Esas venitas, la única forma de reducirlas es con electrocoagulación. El tratamiento dependerá del tipo de rosácea y de la severidad del cuadro, pero lo importante es que el paciente entienda que deberá cumplir las medidas generales y que de eso dependerá el éxito en el control de esta enfermedad.
Factores gatillantes
Antes iniciar un tratamiento es necesario identificar los factores que provocan los signos y síntomas de la rosácea y que son específicos para cada paciente:
calor o frío
viento
bebidas calientes
ejercicio
alimentos picantes
alcohol
emociones
productos tópicos que irritan la piel o perjudican la función de barrera
flushing menopáusico
medicamentos que provocan flushing
¿Qué es la psoriasis?
El dermatólogo Richard Jerez explicó que la Psoriasis es una enfermedad inflamatoria, crónica, no contagiosa, que se presenta en forma de placas rojas, cubiertas por escamas blancas, secas, que se localizan en codos, rodillas, tronco y cuero cabelludo. Puede comprometer también las palmas, plantas y uñas.
Agregó que aún no están claras sus causas, pero se sabe que es una enfermedad de carácter inmunológico y que existe una predisposición hereditaria. Hay ciertos factores ambientales que pueden desencadenar la enfermedad o agravar el cuadro. “Dentro de estos factores podemos mencionar el estrés, el alcohol, enfermedades infecciosas como la faringoamigdalitis, uso de algunos medicamentos (litio, propanolol, antimaláricos) y el uso de corticoides”.
El tratamiento contempla uso de corticoides en crema y la fototerapia. Si lo anterior no da resultado se indica algunos medicamentos, como retinoides orales. Y un cuarto eslabón es el uso de agentes biológicos.