Por: Tania Arce Saavedra
Fotos: Marco Lara
A punto de colapsar se encuentra el Servicio Médico Legal (SML) de Rancagua. Las razones: falta de personal para realizar las labores propias de ese organismo.
En el mes de marzo, una insólita situación vivieron los padres de una menor que murió a consecuencia del maremoto del 27 de febrero en Pichilemu, luego que el SML enviara los restos a Santiago mediante un servicio de bus cargo. Se trató del caso de Juanita Carey de 3 años, quien junto a su hermano de 1 año, fueron arrastrados por el mar desde una playa cercana a Pichilemu, y cuyo cadáver fue recuperado semanas después de la tragedia.
Por orden del fiscal de Pichilemu, sus restos debían trasladarse a Santiago para un examen de ADN. Sin embargo, y tal como consta en la orden 15683170, la menor fue enviada como un “bulto de carga general”, procedimiento fuera de la legalidad el que además rompió la cadena de frío, elemento necesario para la realización de pruebas forenses.
Este casó causo tal revuelo, que terminó con la salida del entonces director regional del SML Juan Díaz Menares. Tras este caso, se ordenó toda una reestructuración de ese organismo, nombrándose a Santiago Morales a cargo de la investigación del asunto. Actualmente, es precisamente este profesional quien se ha hecho cargo del funcionamiento de este servicio. Morales cuenta que el principal problema del SML de Rancagua, es que “hay una seria falta de recursos humanos”, algo con lo que concuerdan en el Ministerio Público. El director asegura que a veces hay que interrumpir autopsias para que los auxiliares de sala cumplan la labor de choferes, y a la vez levantadores de cuerpos.
Relata además que, por ejemplo, el pasado viernes 24 se produjo un deceso en la comuna de Navidad, y que al estar el funcionario de San Fernando imposibilitado de acudir al lugar, debió hacerlo uno de Rancagua. “Regresó a las diez de la noche para poder cenar con su familia” aseveró Morales. Contó además que muchas veces él como director debe salir a los procedimientos para así dar rapidez a estos. “¿Usted podría creer que muchas veces anda el director levantando cadáveres? Acá tenemos grandes carencias—señaló— Imagínese que muchas veces nuestros auxiliares de sala están haciendo una autopsia, o más de una, y esos mismo auxiliares deben salir a levantar un cuerpo”, afirma el galeno.
Cuando se acerca una celebración masiva, es cuando más colapsado se ve el SML. “La celeridad con que las personas quieren que se les entreguen los cuerpos es compresible. Sobre todo por el gran dolor que se manifiesta en una circunstancia así”. En este sentido, el director Morales asegura que ha tratado de “humanizar el servicio”. Y dice que lo ha logrado. “Hay personas que vienen desde muy lejos, y hasta les guardamos la ropa mientras hacen los trámites”, señaló.
Con menos de 20 funcionarios en la región, de los cuales tres están con licencia médica, debe acudir a todos los llamados; muchas veces asistir a los juicios orales; atender las pericias que tienen relación con delitos sexuales y además hacer autopsias, tanto de las muertes que involucran causas no claras, como así también muchas veces de fallecidos del Hospital.
Santiago Morales, afirma que esta falta de recursos provoca serios problemas ya hasta se producen malos entendidos. “A eso, debemos sumar que en muchas oportunidades hay problemas incluso con la comunicación a los deudos, porque las personas de las funerarias que se apostan acá afuera, se encargan en algunas oportunidades de enredar las cosas y somos nosotros quienes nos llevamos después los retos e insultos”, dice Morales.
Durante las fiestas y fines de semana largo, la situación se torna mas tensa aún. La ansiedad de las familias por recuperar pronto los cuerpos hace que el sistema muchas veces simplemente colapse. “Ahora durante las celebraciones de fin de año nosotros estamos en alerta máxima. Primero porque todos quieren poder despedir a su familiar y darle sepultura lo más rápido posible. Es comprensible. Y lo segundo, es porque en esas fechas es cuando se produce la mayor cantidad de decesos en circunstancias no claras”. Es por eso que el director del SML dice que sería terrible que algo, como lo de la cárcel de San Miguel, o el accidente de Tur Bus, sucediera acá en la región. “Pero debemos estar preparados” afirma. “Nuestros profesionales están dispuestos para todo evento. Es más, desde acá acudió un equipo completo a trabajar en la identificación de los fallecidos de la cárcel de San Miguel. Este estuvo 26 horas ayudando en forma ininterrumpida” aseguró.
Insistió que en Santiago la realidad de este organismo es muy distinta a las regiones. “Allá se trabaja los 365 días del año; los choferes son choferes y nada más; los levantadores de cuerpo también hacen solo su labor, y los auxiliares de sala jamás van a interrumpir una autopsia para ir a levantar un cuerpo. Acá ni siquiera tenemos psiquiatra, porque desde Santiago nadie va a querer venir a trabajar 22 horas, asistir a los juicios y ganar lo que allá ganan en dos días. El concurso está desierto”, finaliza Santiago Morales.
Está claro que el jefe del SML vino a ordenar una institución que trabaja al límite de los recursos. También está claro que a menos de una hora de la Capital de Chile en términos de medicina legal, hay medio siglo de diferencia.
En el presupuesto 2011 se contempla un gasto de mil millones de pesos para la reposición de este servicio en Rancagua. Este debiera estar ubicado en el sector de calle Río Loco, en la zona sur de la Capital Regional. Esta obra, es una de las promesas para este año que recién acaba de comenzar.