Por: M. José Castro Ortiz
La falta de equidad hace que los adultos mayores de ingresos superiores puedan optar a una vida más plena y llena de beneficios, optando a actividades especialmente diseñadas para ellos, llegando a vivir en verdaderos paraísos de la comodidad. Entonces podemos ser testigos de que una vida de trabajo y esfuerzo no garantiza una vejez tranquila, ya que la única garantía de envejecer con dignidad es el poder adquisitivo, el dinero es el que asegura si nuestros últimos días serán un relajo, o una constante preocupación.
Un estudio realizado por el INTA (Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos) reflejó otra impactante consecuencia de la pobreza que viven los adultos mayores, se demostró que de quienes tienen una baja escolaridad, un 40 % manifiestan deterioro cognitivo, mientras que de los adultos mayores con más de 13 años de educación, sólo un 5 % presenta alteraciones mentales.
“Envejecer de buena forma es un trabajo tanto físico como mental, ya que al ejercitar el cuerpo y la mente podemos optar a una mejor forma de envejecer, pero lamentablemente la gente que toda la vida se ha preocupado de subsistir a duras penas, no tiene tiempo ni recursos para cultivar sus conocimientos”, concluye la sicóloga Ximena Opazo, reafirmando la falta de oportunidades que tiene una persona con menos recursos, poder estimular su capacidad cognitiva no es una opción.
En Chile los adultos mayores viven con sus familias, solos, o en algún tipo de hogar para ancianos. En el primer caso, generalmente, son usados como criadores de sus nietos, lo que los hace revivir el rol de padres, “en Chile se integra a los adultos mayores, a nivel social, como un cuidador de sus nietos, no como un participante activo de la sociedad”, declara Jenny Kindermann, terapeuta ocupacional del Instituto Nacional Geriátrico, aunque rescata, que este tipo de participación hace sentir activo al adulto mayor.
Si bien, este rol de cuidadores llena de vida a los adultos mayores, ya que les entrega un nuevo sentido a sus vidas, la sicóloga Ximena Opazo es lapidaria a la hora de analizar este fenómeno, “ese no es un rol que les corresponda a los abuelos, ellos ya criaron a sus hijos cuando les correspondía, su rol con sus nietos se trata de regalonear, hasta de malcriar, pero no es recomendable que adquieran el papel de padres, porque en esta etapa deben enfocarse en sus necesidades, y no en la educación y corrección de un niño”, concluye.
Los adultos mayores que viven solos, por lo general se ven con mucho tiempo libre, por lo que deben reorganizar sus vidas, a modo de no caer en el sedentarismo y en la sensación de ser inútiles. A parte de tener que buscar nuevas opciones para sentirse activos, deben mantenerse solos, hacer tareas que con el tiempo se van volviendo más complicadas, la simple labor de comprar la comida del mes, se puede volver difícil.
Jenny Kindermann, nos cuenta que en España hay servicios completísimos y redes de protección para el adulto mayor, ellos son los más avanzados en lo que son los distintos niveles asistenciales para los adultos mayores, desde aquel adulto mayor que vive solo en su casa, se les da cobertura de alimentación, se les va a dejar alimento, tienen personas que les hacen aseo en sus casas, los transportan, tienen sistemas de telecomunicación y los asesoran constantemente. Tienen una red de apoyo real.
CIFRAS ALARMANTES PARA LA ECONOMÍA
El INE (Instituto Nacional de Estadística) declaró que para el año 2025 el número de menores de 15 años será superado por el número de adultos mayores, esto quiere decir que habrá 103 adultos mayores por cada 100 menores de 15 años. En la actualidad hay 58 personas de la tercera edad por cada 100 menores de 15. Esto nos deja ver que para el futuro la población dependiente (menores de 15 y mayores de 60 años) de nuestro país crecerá alarmantemente, ya que solamente tendremos a 60 de cada 100 personas potencialmente activas.
El aumento de la población mayor de 60 años, no es solamente un fenómeno que se esté viviendo en Chile, ya que todos los países desarrollados y en vías de desarrollo, están pasando por este cambio demográfico. Los avances científicos y tecnológicos han permitido que las personas vivan muchos años más, así como también han entregado métodos anticonceptivos, haciendo que la tasa de natalidad haya disminuido fuertemente. Un estudio de la organización Risolidaria, demostró que en la actualidad las mujeres tienen poco más de dos hijos, siendo que en 1950, tenían cinco niños en promedio, lo que ha hecho que el país envejezca.
Risolidaria elaboró un estudio en que se reveló que Chile gasta, en materia de pensiones, un 4.7% del PIB (Producto Interno Bruto), mientras que en otros países se llega a gastar un 13%. Se podría pensar que si se gasta más en el sistema de pensiones, el problema de la tercera edad estaría resuelto, pero esto está lejos de ser cierto, ya que los países que gastan más porcentaje de su PIB, temen por el futuro escenario económico que enfrentarán.
En Estados Unidos, hace 50 años 16 personas trabajaban por una que estaba siendo pensionada, en pocos años más habrán solamente dos trabajando por la persona dependiente del sistema. Esto nos deja ver que todos los sistemas económicos no serán capaces de realimentarse a sí mismos, porque todos han ido incrementando lo que gastan de su PIB, pero llegará un punto en que la clase trabajadora no podrá sostener a los pensionados.
Mientras en países como Japón, Suecia e Inglaterra, se está implementando el aumento de impuestos a las personas mayores de 40 años, para garantizar un fondo para los pensionados, en Chile la salida para el problema de las pensiones tiene tres opciones: Aumentar la edad de jubilación, bajar las pensiones o promover, vía estímulos, la natalidad. Es que la planificación familiar está pasando la cuenta.
“Se está estudiando implementar un seguro de dependencia o vejez, para tener más fondos para proteger al futuro adulto mayor. De aquí a seis meses esperamos tener más claro este proyecto, que busca solucionar el futuro problema de las pensiones”, relata María Adriana Cruzat. La Asesor Médico no descarta que se alargue la edad de jubilación, o se implemente la jubilación progresiva, pero sí tiene claro que SENAMA busca igualar la edad de jubilación, que sea a los 65 años para hombres y mujeres.
El problema de la tercera edad en Chile es grave y tendrá consecuencias, tanto sociales como económicas. El diseño e implementación de nuevas políticas que brinden mayor apoyo a este grupo etario es urgente, la velocidad a la que crece este segmento de la sociedad es rapidísimo, por lo que el país deberá prepararse para contener las futuras secuelas del cambio demográfico.