Por: Alejandra Conejera
Fotos: Nico Carrasco
Con la llegada de febrero, las vacaciones no sólo de quienes trabajan, sino que también de los que estudian, comienzan su cuenta regresiva. Aunque se rehúsen a volver a sus labores, las responsabilidades y obligaciones se deben cumplir. Sin embargo, es importante señalar que la participación en el ámbito académico y laboral, permite un espacio de desarrollo personal, social e intelectual, para luego volver a disfrutar de espacios de descanso, y así sucesivamente.
A todos les preocupa el regreso a la rutina, y tal como le sucede a una persona adulta que se estresa ante el retorno a las labores, después de un largo descanso, y sobre todo si es un trabajo nuevo, le ocurre a los niños cuando deben enfrentar el comienzo de un año escolar y especialmente, si se cambian de ciclo (preescolar, básica o media) o establecimiento.
En este aspecto, el psicólogo de la Clínica Integral, Patricio Campos, señala que es transcendental la actitud que tengan los padres. “Si nuestros hijos nos escuchan reclamar porque debemos volver a levantarnos temprano, a salir corriendo en la mañana para llegar a la hora y que hemos gastado mucho dinero en comprar las listas de útiles, materiales y uniforme, es difícil que ellos tengan una actitud positiva frente a la posibilidad que regresar a clases”, dice.
Es importante transmitirles que el retorno a las aulas les permite estar con sus amigos, participando en las actividades que les gusta, aprendiendo cosas interesantes y desarrollando sus habilidades de acuerdo a sus gustos y motivaciones. Esto se puede complementar con su integración a las actividades vinculadas con la vida escolar como por ejemplo, las compras del uniforme, marcar los útiles o forrar los cuadernos.
“Ir con ellos a comprar los útiles y el uniforme, permitiéndoles elegir algunas prendas o productos de su gusto conforme al presupuesto familiar, aprovechando de enseñarles que en la vida frecuentemente hay que optar y por lo tanto, no pueden tener todo lo que quieran. Luego, ellos pueden participar en forrar los cuadernos, o en marcar los útiles, dándoles libertad para hacerlo a su gusto, manteniendo siempre un ánimo de entretención y dándole un carácter más bien lúdico a la actividad en que pueden participar todos los integrantes de la familia”, explica el profesional.
Es esencial ajustar los horarios de sueño una semana antes
En relación al orden de las horas de sueño, el psicólogo Patricio Campos afirma que es un punto bastante complejo, puesto que durante las vacaciones se transforma en costumbre el acostarse y levantarse tarde. “El plazo normal en que las personas se adaptan a los nuevos horarios fluctúa entre 3 y 5 días, siendo recomendable que aproximadamente una semana antes del inicio de las clases, los niños comiencen a ajustarlos en forma progresiva, es decir, de no más de 30 minutos diarios”, señala.
Una buena medida es volver a utilizar el despertador en las mañanas, para que, efectivamente, se acostumbren a despertar más temprano. Por otra parte, indica que algo parecido ocurre con los horarios y hábitos alimenticios, que también se relajan en estas fechas, y que se tiene que ir ordenando, para evitar que los primeros días en clases extrañen las golosinas y las comidas a deshora.
Algo con lo que concuerda la profesora del Colegio Marcela Paz, Carmen Gómez, quien sostiene que “es esencial comenzar a regular el tema de los tiempos de sueño, ya que en verano se relajan, levantándose y acostándose tarde. La idea es comenzar a transformar el hábito que se tomó en las vacaciones paulatinamente y no de un día para otro, porque es más complejo para ellos. Por ejemplo, que dejen de ver televisión hasta altas horas de la noche”.
Por su parte, Mabel Fuentes, docente de una escuela rural en la localidad de Los Aromos de la comuna de Las Cabras, también aconseja a los papás modificar los horarios de sus hijos, ya que “los cambios son más bruscos porque en vez de levantarse a las 12, ahora deben hacerlo a las 6 o 7 de la mañana y eso los estresa. Es importante pensar que se comienza para ellos su jornada de trabajo, porque ser alumno involucra tener horarios y ser puntual”, plantea.
¿Es necesario hacer un repaso antes?
De acuerdo a lo que señala el psicólogo clínico, “en la mayoría de los casos tampoco es recomendable comenzar a exigir que los niños repasen las materias antes del regreso a clases, ya que parte de la planificación de las actividades al inicio del año escolar, consiste en un período de evaluaciones diagnósticas y de repaso de los contenidos de los años anteriores”, expone.
En este caso, “las excepciones corresponden a aquellos alumnos que presentaron serias deficiencias y que difícilmente lograron completar los contenidos mínimos del curso recientemente aprobado, o también aquellos alumnos que presentaron dificultades especificas en el proceso de aprendizaje y que requieren de un apoyo psicopedagógico especial. En estos casos, se recomienda un acercamiento progresivo a las materias, siempre considerando las características de cada niño y por sobre todo, la etapa de desarrollo en que se encuentran”, aclara.
Finalmente, indica que las vacaciones son un periodo que permite un sinfín de posibilidades de desarrollo para los hijos; “nuevas destrezas físicas mediante las actividades al aire libre, habilidades sociales conociendo nuevas personas en los lugares donde pasearon en el verano, ingeniosas y creativas formas de ocupar el tiempo libre, descubrir nuevas realidades a través de la lectura, entre muchas otras actividades que si bien son parte del descanso, repercutirán en una mejor adaptación al sistema escolar, mejorando sus resultados académicos”, comenta.
Consejos que los padres deben tener presentes:
– Dedicar un día a los trámites del colegio, compra de uniformes y materiales será muy importante para comenzar a sentir que la época escolar está llegando poco a poco y no de un día para otro.
– Destacar el aspecto positivo del regreso al colegio como el hecho de estar nuevamente con sus amigos.
– Hacerlos partícipes de las actividades asociadas a la vida escolar como la compra del uniforme y los útiles, permitiéndoles elegir algunos productos.
– Ajustar sus horarios una semana antes del inicio del año escolar, por ejemplo, volviendo a utilizar el despertador.
– No obligarlos a repasar las materias antes del regreso a clases, ya que cuando ingresan se realiza un repaso y prueba de diagnóstico.