– La prima de la joven señaló que su madre aún no pierde la esperanza de encontrar a Nicole con vida.
Felipe Alvear Silva
A propósito de la desaparición de Fernanda, la joven de Codegua que fue vista por última vez el pasado 26 de septiembre, se viene a colación una de las historias más tristes de este tipo vividos en los últimos años en la Región de O’Higgins: la desaparición de la entonces menor de edad Nicole González de Quinta de Tilcoco. A 1 mil 540 días de la desaparición de esta estudiante las esperanzas aun no desaparecen, pero sí se debilitan.
Como ha ocurrido en otras ocasiones, El Rancagüino se comunicó con la prima de Nicole, Erika Bustamante para conversar de cómo están viviendo la situación. “No ha pasado nada”, comienza explicando la familiar de la niña oriunda del sector de La Viña -en la comuna de Quinta de Tilcoco- que fue vista por última vez el sábado 23 de julio del año 2011 tras pedir permiso para asistir a una fiesta de la localidad.
“Hace un par de meses hablé con una carabinero de la SIP (Cuarta Comisaría Rengo), que nos han ayudado mucho, y me dijo lo mismo: no ha pasado nada. No hay pistas; Nicole no se ha acercado a ni un registro civil, nada. No nos queda nada más que rezar, porque cuando la gente es humilde todo es más difícil. Sólo hay que esperar que a alguien se le ablande el corazón y nos dé una pista”, indicó Erika que agregó con mucha tristeza que su tía, la madre de Nicole, “no hay día que no se acuerde y llore”.
El dolor que ha debido soportar esta familia ha sido muy grande. Con el paso del tiempo la herida ha ido mejorando, pero no ha sanado. A poco más de cuatro años las esperanzas disminuyen, pero no se han perdido, y eso se refleja en el optimismo de pensar que Nicole aún está con vida. “Si está muerta, ojalá aparezca para que podamos enterrarla y poder ir a verla. Si está viva, que aparezca para que podamos descansar; nosotros pensamos que está viva porque la esperanza es lo último que se pierde”, agregó Erika, que indicó que la familia sospecha que Nicole -que ahora tendría 19 años- podría haber sido secuestrada para trata de blancas, o incluso pudiese haber escapado por estar embarazada.
Cabe recordar que la joven tenía 15 años al momento de su desaparición, es la menor de cinco hermanos y durante su infancia permaneció en un hogar de menores de La Serena, ya que su madre debía sacar adelante al resto de sus hijos. Erika la recuerda como una niña un poco rebelde -seguramente por una infancia difícil-, normal para su edad, quien quería salir a fiestas y juntarse con sus amigos, situación que provocaba algunos roces con sus padres. Pese a ello nunca se escapó sin permiso y siempre avisaba donde estaba o llegaba a la hora que se le señalaba.