– Una masiva eucaristía en el Parque O’Higgins marcó el segundo día del Pontífice en Chile donde millares de feligreses de madrugada comenzaron a reunirse en los alrededores del lugar para participar de la misa que celebró Jorge Mario Bergoglio en nuestro país.
Gisella Abarca
Fotos: Luis Fernando González
Enviados especiales
Casi no hubo tiempo para dormir para los más de seis mil fieles que salieron desde nuestra región de hasta el Parque O’Higgins y es que a primeras horas de la madrugada de ayer partieron los 140 buses que salieron de distintos puntos de nuestra zona y que trasladaban a los peregrinos de la Diócesis de Rancagua para asistir a la masiva misa “por la paz y la justicia” que celebró en suelo chileno el Papa Francisco.
El ingreso comenzó a las 2:00 de la madrugada y culminó pasadas las 8:00 horas, por lo que la noche del lunes ya había personas pernoctando en el área buscando tener una mejor posición para ver al representante de la Iglesia Católica.
Según la última cifra entregada por Carabineros, al lugar llegaron más de 400 mil fieles, los que contaron con animadores para mantenerse despiertos y amenizar una espera que para algunos duró más de siete horas.
Así, durante la madrugada de este martes comenzaron a llegar los peregrinos al lugar icónico, ya que Juan Pablo II también realizó una eucaristía marcada por protestas en medio de la dictadura.
Y llegó el momento más esperado por todos los asistentes al lugar, el instante en que se vio aparecer el ex Obispo de Buenos Aires en el Papamóvil, un Jeep modelo Wrangler 2015 que no posee blindaje especial, un auto sin ventanas a los lados, que trasladó al representante del Vaticano hasta el altar mayor donde ofrecería su primera misa masiva.
“ESTÁ MUY MAL NO HACER EL BIEN”
En el momento de la homilía, diversos pasajes de la lectura de Jorge Mario Bergoglio sacaron aplausos entre los miles de fieles presentes. Uno de ellos fue “Las bienaventuranzas no nacen de una actitud pasiva frente a la realidad, ni tampoco pueden nacer de un espectador que se vuelve un triste autor de estadísticas de lo que acontece (…) tampoco de espejismos que nos prometen la felicidad con un clic, en un abrir y cerrar de ojos”.
Más adelante el romano pontífice agregó “¡Cuánto conoce el corazón chileno de reconstrucciones y de volver a empezar, cuánto conocen ustedes de levantarse después de tantos derrumbes!, ¡A ese corazón apela Jesús; para que ese corazón reciba las bienaventuranzas!”. (…) “Las bienaventuranzas no nacen de actitudes criticonas ni de la ‘palabrería barata’ de aquellos que creen saberlo todo pero no se quieren comprometer con nada ni nadie”.
Luego, el Sumo Pontífice añadió “Qué bien nos hace pensar que Jesús desde el Cerro Renca o Puntilla viene a decirnos: bienaventurados. Sí, bienaventurado vos y vos, a cada uno de nosotros. Bienaventurados ustedes que se dejan contagiar por el Espíritu de Dios y luchan y trabajan por ese nuevo día, por ese nuevo Chile, porque de ustedes será el reino de los cielos”, apuntó.
Jorge Mario Bergoglio agregó “No puedo dejar de evocar a ese gran pastor, que tuvo Santiago cuando en un Te Deum decía: ‘Si quieres la paz, trabaja por la justicia, y si alguien nos pregunta: ¿qué es la justicia? o si acaso consiste solamente en no robar, le diremos que existe otra justicia: la que exige que cada hombre sea tratado como hombre”.
Finalizó diciendo “El trabajador de la paz sabe que no alcanza con decir: No le hago mal a nadie ya que como decía san Alberto Hurtado: “Está muy bien no hacer el mal, pero está muy mal no hacer el bien”, concluyó el Romano Pontífice.
Así una vez terminada la misa, los miles de peregrinos de nuestra región debieron emprender un largo viaje a casa, ya que los buses que los trajeron los esperaban en el ex aeropuerto de Cerrillos, completando varios kilómetros que fueron necesarios caminar para poder ver al Papa.