El joven brigadier de la Primera Compañía de Bomberos de Pichilemu falleció el día lunes al ser atropellado mientras se dirigía a su cuartel. En compañía de sus cercanos, bomberos y la comunidad pichilemina, fue despedido con honores en una ceremonia que involucró a toda la ciudad.
Eileen San Martín
Fotos: Marco Lara
Este martes se realizaron los funerales del brigadier de bomberos, José Coloma Tobar, el joven de 17 años fallecido tras ser atropellado camino al cuartel de la Primera Compañía de Bomberos en la comuna de Pichilemu, al recibir una llamada de emergencia por un amago de incendio en la Costanera. Amante de las bicicletas, participó en varias competiciones de ciclismo. Su familia y amigos destacaron a través de sus cuentas de Facebook, el gran entusiasmo que caracterizaba a José siempre que realizaba lo que más le apasionaba.
El cadete se dirigía en bicicleta cuando en la intersección de las calles Manuel Bulnes y Ramón Freire, fue arrollado por un vehículo particular. Producto de la gravedad de las lesiones, el joven fue llevado en la madrugada al Hospital Regional de Rancagua, escoltado por los carros de bomberos de la compañía a la cual pertenecía. A las 7:00 de la mañana, fue enviado de regreso al hospital local de Pichilemu, ya que a pesar de los esfuerzos del centro asistencial por estabilizarlo, José no mejoraba, presentando muerte cerebral.
Ya de regreso en Pichilemu, el cuerpo del brigadier de la Primera Compañía de Bomberos no resistió a los daños ocasionados por el accidente, falleciendo a las 11:15 horas. Con una comunidad pichilemina devastada, José Coloma Tobar dejó esta tierra para comenzar su nuevo camino hacia el cuartel eterno.
El cuerpo del cadete, quien estaba a semanas de cumplir la mayoría de edad, exactamente el 19 de febrero, y por ende, podía pasar a convertirse en voluntario de bomberos, fue velado en su querida y prestigiada Compañía de Bomberos de Pichilemu, acompañado por delegaciones de varios Cuerpos de Bomberos de nuestra región. Un emotivo momento se vivió cuando al salir por última vez de su cuartel, las sirenas anunciaron la partida de José, el brigadier que destacó por su perseverancia y que jamás se rindió en cumplir sus metas.
Rodeado de una caravana de carros bomba y aproximadamente 400 bomberos caminando junto al féretro, cruzaron por la calle Aníbal Pinto, calle central de Pichilemu, en dirección al Templo Mormón ubicado en Federico Errázuriz para realizar el velatorio junto a su familia y más cercanos, pasadas las 19:00 horas.
La ceremonia tuvo una duración de más de una hora, en la cual recordaron y honraron al valiente pichilemino, dispuesto a arriesgar su vida por una pasión que amaba y le llenaba el corazón de alegría.
Al finalizar el responso, trasladaron el ataúd por avenida Errázuriz, cerca de la costanera, para luego tomar la calle Ortuzar en camino al Cementerio Parroquial de Pichilemu, pasadas las 21:00 horas. En compañía de bomberos, ciclistas y la multitud en general, todos querían ser parte de la despedida de José Coloma. Algunos salían de los locales comerciales o sus casas, para aplaudir al muchacho que perdió la vida junto a sus dos grandes pasiones.
La comunidad pichilemina se encuentra dolida luego del fatídico accidente que cobró la vida de esta persona que tenía una larga vida por delante, llena de sueños, metas y objetivos que cumplir. Sin duda alguna, José Coloma Tobar seguirá montando su bicicleta en el cielo, al mismo tiempo que acompaña y resguarda la seguridad de sus seres queridos y del cuartel de bomberos que lo vio crecer. Descansa en paz, valiente bombero.