RECORDANDO Por… Héctor González V.
Uno de los hechos más significativos de la Historia de Chile, fue la abdicación del Mando del Director Supremo, General don Bernardo O’Higgins, ocurrida en un día como hoy, el 28 de Enero de 1823.
Escenario de este dramático acontecimiento fue la Sala del Consulado, en Santiago, repleta con los personajes más distinguidos del país y una Junta Popular formada por los señores Agustín Eyzaguirre, José Miguel Infante y Fernando Errázuriz, ante quienes depositó las insignias del Mando Supremo.
Luego agregó emocionantes palabras:
“¡Ahora soy un simple ciudadano… Ahora podéis hablar sin inconvenientes… ¡que se presenten los acusadores… ¡Tomad de mí las venganzas que queráis. No opondré resistencia! ¡Aquí está mi pecho!”…
Enseguida abrió violentamente su guerrera, lo que hizo que saltaran sus botones, dejando el pecho descubierto.
La respuesta fue un grito unánime y repetido de los asistentes… “¡Viva O’Higgins!”… Nada tenemos contra el General!”.
Don Bernardo precedió enseguida a firmar el Acta de Dimisión, exclamando:
“Mi presencia ha dejado de ser necesaria aquí”… y abandonó la sala seguido por docenas de personas que continuaban vitoreándolo a los gritos de “! Viva O’Higgins ¡”.
Días después se trasladó a Valparaíso donde, a bordo de una nave inglesa, partía al exilio en el Perú. Nunca más pudo regresar a su Patria Chilena.