– Esto lo declaró el presbítero que vive en el sector de La Costa del Sol, al asegurar que las balas se escuchan a toda hora del día, dando a conocer que ha acudido a todas las autoridades a su alcance; sin embargo dice que se sienten ‘abandonados’ por las autoridades “Estamos como en tierra de nadie y las autoridades siempre han querido bajarle el perfil a esta situación, yo soy testigo de lo que pasa día a día en el sector, vivo ahí y sé de lo que estoy hablando” subrayó el sacerdote.
Gisella Abarca
Fotos Nico Carrasco
Un nuevo capítulo en esta historia que pareciera ser que jamás acabará, viven nuevamente los vecin
os del sector nororiente de Rancagua. Y es que pareciera ser que la violencia se apodera día a día del lugar, dejando a la deriva a los que allí habitan. Y es que según señala el Padre Luis Escobar, Párroco Santísima Trinidad de Rancagua, en el sector de la Costa del Sol, los balazos ya no sólo se percutan sólo en la noche, sino a cualquier hora del día, lo que mantiene intranquilo a los vecinos del sector, los que tienen que lidiar con esta situación cada jornada.
Así lo denunció el sacerdote: “desde que comenzó todo esto hemos reclamado, denunciado y todo sigue igual y cada vez peor, siento más balazos no solo en la noche, también en el día; y ya no se escuchan balas de un revolver hechizo, sino que estamos hablando de armas de alto poder, no sé si será para marcar territorio, pero la gente está asustada y ya no sabemos qué hacer. Estos días habían balazos afuera de la parroquia, ya no a una o dos cuadras, fuera de la parroquia, y cada vez es más complicado”, sostuvo angustiado el cura.
No es primera vez que el sacerdote que vive hace más de 18 años en el sector denuncia esta situación “Ahora es mucho más complicado que antes, porque antes eran otros los conflictos más bien de violencia corporal, pero hoy día la violencia es más peligrosa. Esto ha sido siempre, y se ha
agudizado más”, subrayó, agregando que se sienten ‘abandonados’ por las autoridades “Estamos como en tierra de nadie y las autoridades siempre han querido bajarle el perfil a esta situación, yo soy testigo de lo que pasa día a día en el sector, vivo ahí y sé de lo que estoy hablando. Le he advertido a todas las autoridades de la ciudad, el intendente, Investigaciones, Carabineros, con fiscales, con distintas autoridades y supuestamente todos están trabajando en algo; pero en lo concreto seguimos viviendo en la misma inseguridad, veo que son palabras al viento y nadie hace absolutamente nada”, apuntó el padre Luis Escobar.
FALTA DE DOTACIÓN POLICIAL
En octubre del 2016, el mismo Ministro del Interior y Seguridad Pública, Mario Fernández junto al General Director de Carabineros, Bruno Villalobos inauguraron la subcomisaría de Diego Portales, una demanda de la comunidad del sector, quienes encabezados por el sacerdote Escobar, demandaban mayor seguridad y resguardo solicitando elevar la tenencia a categoría de subcomisaría.
Actualmente, ésta cuenta con una dotación de 60 efectivos policiales, con 1.100 m² construidos en dos pisos, además de recursos tecnológicos y logísticos, como la instalación de cámaras de seguridad al interior y exterior de las dependencias, habitaciones para el personal, ente otras mejoras, lo que significó una inversión de 948 millones de pesos, recursos aportados por el Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR).
En esta línea, el padre Luis Escobar apuntó “Hay una subcomisaría nueva, pero qué sacamos con tener una excelente infraestructura si no contamos con los suficientes carabineros para actuar. Para un sector que tiene más de cien mil habitantes se necesitan muchos más carabineros, se necesitan más recursos, vehículos y los elementos necesarios para su seguridad y así trabajar por la seguridad de la población. Porque ellos no pueden salir a trabajar y exponer su integridad física si no tienen los elementos necesarios para hacerlo. Ellos hacen lo que pueden”, apuntó el cura.
Agregó que “Un día un auto se nos cruza, me comenzaron a insultar y un joven saca la mano con un revolver, se dieron la vuelta y se fue a la Oscar Bonilla, llamé a Carabineros y quedó en nada. Si estamos a ese nivel de violencia, donde la gente no se oculta, donde los actos de violencia dan lo mismo, quiere decir que la delincuencia se apoderó de la ciudad, no hay lugares seguros en Rancagua.
El sacerdote destacó el trabajo hecho por el municipio de Rancagua en que se ha trabajado en iluminación y áreas verdes, las que han servido como elemento disuasivo, ‘pero eso no es suficiente’ apuntó Escobar “todo se ve más ameno, más agradable, pero eso no quita lo otro, las luces no disuade a los bandidos. La otra vez hablaron de poner cámaras, pero hablaron nomás… y en el sector hay mucho consumo y tráfico de drogas, veo jóvenes muy perdidos que ya no pueden salir del vicio”, finalizó el sacerdote.
“ESPERO QUE TOMEN ESTE TEMA ENSERIO”
Consultado respecto qué espera de las autoridades que asumen el 11 de marzo, el presbítero expuso “Tengo la confianza puesta en ellos y les hago un llamado a que tomen este tema enserio, porque hay que hacer una intervención profunda en el lugar. Se han hecho muchos cambios con el programa Segunda Oportunidad, que debe continuar necesariamente en el sector. El actual gobierno dijo que no habían recursos, pero ojalá este gobierno los genere para mejorar un poco este tema”, apuntó el padre Luis Escobar.