O’Higgins volvió a entrenar ayer tras el descanso post victoria en el sur. Los dirigidos por Milito están en perfectas condiciones en la semana previa al partido contra Everton salvo Pablo Calandria, que sigue bajo tratamiento médico.
Fue la primera práctica de la semana. Caras alegres se vieron ayer en el Monasterio Celeste tras volver a los entrenamientos luego de la victoria inicial en el Campeonato Nacional 2018 frente a la Universidad de Concepción en el sur.
Bien temprano, el plantel encabezado por Gabriel Milito inició el trabajo en cancha, físico principalmente, con el fin de volver a la actividad tras el descanso post triunfo.
Junto con ello, y respecto a la semana pasada, hubo un elemento que ya no está. El delantero Richard Barroilhet fue enviado a préstamo finalmente a Magallanes. El chileno-francés, con el arribo de Nicolás Mazzola y la predilección que tiene el DT con Pablo Calandria y David Salazar, se quedó sin espacio en el primer equipo. De esta manera, emigró a la Academia, en la B, para sumar minutos, al igual como lo hizo en el segundo semestre de 2017 en Barnechea.
Además, en la práctica, también quedó de manifiesto que se está haciendo un gran trabajo médico para poder recuperar a Calandria.
El referente del cuadro rancagüino, que sufre fascitis plantar con ruptura de fascia, está siendo tratado por los facultativos, en un tratamiento que implica infiltración bajo ecografía con plasma rico en plaquetas, más crioterapia y analgésicos.
Su caso, implica que recién podría estar apto para jugar en la cuarta fecha del certamen. En tanto, el resto del plantel se encuentra en perfectas condiciones para comenzar a planificar lo que será el estreno del equipo en casa, fijado para el próximo lunes a las 20.00 horas en el estadio El Teniente.