Gisella Abarca
El miércoles de la semana pasada, en Asamblea Plenaria, la Conferencia Episcopal de Chile a dio a conocer la carta que envió el Papa Francisco a los obispos chilenos, luego de que recibiera el informe elaborado por el Arzobispo de Malta, monseñor Charles Scicluna, en su paso por Chile para indagar en las acusaciones contra el obispo de Osorno, Juan Barros.
En la misiva, el Pontífice admite haber cometido errores en el marco del Prelado sureño, acusado de encubrir abusos sexuales del ex párroco de El Bosque, Fernando Karadima. “Reconozco y así quiero que lo transmitan fielmente, que he incurrido en graves equivocaciones de valoración y percepción de la situación, especialmente por falta de información veraz y equilibrada”, dice la carta firmada por Francisco.
Además, el Pontífice en su escrito pide perdón “a todos aquellos a los que ofendí y espero poder hacerlo también personalmente, en las próximas semanas, en las reuniones que tendré con representantes de las personas entrevistadas”.
Por este motivo, y así lo informa el escrito, todos los obispos chilenos fueron convocados a Roma para establecer un diálogo en torno a las conclusiones elaboradas por Scicluna y Jordi Bertomeu, quien asumió al cargo de la investigación tras un problema de salud del Arzobispo de Malta.
Cabe destacar que hace dos semanas, el Pontífice romano recibió los últimos documentos que componen el informe elaborado por los enviados papales a Chile, que tienen un total de más de 2.300 folios, tras 64 entrevistas.
En los testimonios que fueron recogidos en las actas, “se habla en modo descarnado, sin aditivos ni edulcorantes de muchas vidas crucificadas y les confieso que ello me causa dolor y vergüenza”, sostiene la misiva. Por lo mismo el Papa Francisco solicitó la colaboración de la Conferencia Episcopal para elaborar medidas de corto, medio y largo plazo para “reparar el escándalo y restablecer la justicia”. A la cita en Roma, en el mes de mayo, viajarían los 32 miembros que se encontraban presentes en la asamblea plenaria de Punta de Tralca.
“HAGO MIO SU SUFRIMIENTO”
“Me sumo al sentimiento de dolor y vergüenza expresado por el Santo Padre en esta carta; y expreso mi total apoyo a las víctimas de los abusos, hago mío su sufrimiento y sus deseos de reparación”, con estas palabras es que el Obispo de Rancagua, Monseñor Alejandro Goic señaló a la comunidad diocesana su sentir por el calvario que han tenido que vivir las víctimas de abuso sexual.
Y es que como presidente del Comité de Protección de la Infancia de la Conferencia Episcopal, ha visto el dolor de cada uno de los afectados y pide elevar plegarias por los menores de edad a los que se les robó la inocencia “Acogeré el llamado que nos ha hecho el Santo Padre”, dando a conocer que acudirá a Roma junto a los otros obispos para participar del “momento fraternal, sin prejuicios ni ideas preconcebidas, con el solo objetivo de hacer resplandecer la verdad en nuestras vidas”.
En este tema, Monseñor solicitó a sus fieles su consejo y, por sobre todo, su oración; como la pide el Papa al señalar ‘Sería oportuno poner a la Iglesia de Chile en estado de oración’. Goic finaliza diciendo “Tengo confianza que en oración se puede renovar la esperanza tan necesaria para la Iglesia Chilena”, remata.
CASO MARISTAS
El pasado lunes 16, en Santiago, el Comité de Protección para la Infancia de la Conferencia Episcopal, liderada por monseñor Alejandro Goic, recibió a los denunciantes y víctimas de abusos miembros de la Congregación de los Hermanos Maristas.
En el encuentro, que se extendió por más de dos horas con las víctimas de los Hermanos Maristas, los integrantes del Comité de Protección para la Infancia de la Conferencia Episcopal, escucharon atentamente sus testimonios y “hemos compartido el dolor que ellos tienen y lo que han vivido”, sostuvo el Obispo de Rancagua, monseñor Alejandro Goic.
El prelado agregó “Nuestra misión es seguir trabajando para que estos temas de los abusos puedan acabarse en nuestra Iglesia” señaló.