En la última década, las heladas están siendo un fenómeno recurrente, que se dan en forma inesperada y en zonas donde no se producían. Bajo este escenario, los productores deben implementar medidas de adaptación, de especies, variedades y ubicación geográfica, porque estos fenómenos son uno de los problemas de mayor incidencia e impacto económico en la agricultura.
“La ocurrencia de heladas entre fines de agosto y mediados de octubre, son considerados episodios críticos, tanto para las hortalizas como para los frutales. En este período, los tejidos más vulnerables a las bajas temperaturas son los tiernos, mientras que los más delicados son las partes florales, al igual que los frutos en su primera etapa de desarrollo”, así lo explicó Gamalier Lemus, especialista en fruticultura, del Centro Regional de Investigación Agropecuaria, INIA Rayentué.
En lo que respecta a las heladas que desde el jueves están afectando la zona y que se pronostican hasta este sábado 25 de agosto, lo más probable es que la gran mayoría de las especies frutales las toleren sin problemas, pero se debe considerar que el nivel de daño, entre otros factores, estará en función de la intensidad del evento, lo que dependerá de la ubicación geográfica; la vulnerabilidad de la especie o variedad y del estado fenológico en que se encuentre el cultivo, indicó el profesional.
Es importante señalar que las especies frutales más sensibles a las bajas temperaturas, en la región de O’Higgins, son el palto, olivo, limonero, naranjo, mandarino y carozos de floración temprana, entre ellos algunos nectarinos, ciruelos, cerezos y almendros.
“A fines de agosto, como es en este caso, los frutales de hoja caduca en su mayoría se encuentran finalizando el período de receso, no obstante, algunos, en esta fecha ya se encuentran con brotes tiernos y/o floración, siendo estos los más susceptibles al daño por heladas”, así lo señaló el Ingeniero agrónomo, de INIA Rayentué, Patricio Abarca.
“En frutales persistentes, indica el profesional, como por ejemplo el palto, una de las mejores alternativas para disminuir el daño, es el riego sobre el follaje con sistemas de microaspersión, sin embargo, ésta presenta ciertas desventajas, como que en algunos sectores todavía no hay disponibilidad de agua en canales de riego; el alto consumo de agua el gasto energético y finalmente un posible sobre riego en el suelo.
En tanto, para frutales de hoja caduca las opciones más utilizadas son la ventilación aérea y las estufas, pero los inconvenientes de estos últimos resultan ser el ruido y la inversión inicial, para el caso de los ventiladores y, el alto requerimiento de unidades y combustible por hectárea, para el caso de las estufas”.
Daño en Hortalizas
El profesional del INIA, indicó además, que las hortalizas también se ven afectadas por las bajas temperaturas, sin embargo, señaló, los agricultores tienen mayores opciones de evitar los daños, a través de especies tolerantes a las bajas temperaturas, usar cubiertas de plástico, mantas térmicas, entre otros. Además, en el caso de pérdida del cultivo, se podría, dependiendo de la especie, volver a establecer el cultivo incluso hasta principio de octubre, perdiendo sólo la inversión inicial, pero no el año agrícola, como ocurre en la fruticultura.
Cómo mitigar los efectos de las heladas
El Instituto de Investigaciones Agropecuarias INIA, perteneciente al Ministerio de Agricultura, da las siguientes recomendaciones a los agricultores:
• Junto con estar atentos a las alertas meteorológicas, realizar un manejo de la humedad ambiental durante los instantes de temperaturas bajo cero, ya sea, en el suelo por riego o en la vegetación al mojar el follaje por aspersión.
• Hacer un monitoreo diario de las temperaturas mínimas que se registran al atardecer, empleando información de estaciones meteorológicas disponibles, como las estaciones de la red www.agroclima.cl. Agromet.inia.cl.; cuando las temperaturas a la hora de la puesta del sol se aproximan a 1 ó 2 ºC, lo más probable es que el enfriamiento normal que ocurre durante la noche provoque una helada al amanecer.
• El monitoreo diario de este ciclo permite ajustar la metodología en cada caso y tener un sistema de alarma temprana, para saber si conviene activar alguna estrategia de emisión de calor mediante combustión, para movimiento del aire mediante hélices, o bien para poner barreras térmicas tales como el uso del agua, que al mantener mojadas las hojas permite la formación de una capa de hielo que evita que la temperatura baje de 0 ºC al interior de las hojas, en este caso basta la formación de una delgada capa de hielo y no es recomendable la aplicación de grandes volúmenes de agua que pueden causar que se quiebren las ramas cargadas con fruta.
• Las podas tardías retardan la brotación y disminuyen los riesgos de quedar expuestos a heladas. Podar dejando cargadores largos para que el daño de heladas se concentre en las yemas que brotan hacia la punta de las ramas y posibilitar la brotación de yemas principales ubicadas más cerca de la madera antigua.
En el largo y mediano plazo, se recomienda la selección de cultivos con resistencia a las bajas temperaturas, analizar las temperaturas mínimas históricas de la localidad para la selección del cultivo o variedad, ubicar los cultivos en posiciones de baja probabilidad de heladas, invertir en la medida de lo posible en sistemas de calefacción, movimiento de aire, cobertores, entre otros. Como también en sistemas de control de heladas basados en la aplicación de agua de riego, usar invernaderos y/o túneles y mantos térmicos, para controlar la pérdida de energía.