– Hace algunos días, un vecino de Rancagua fue desalojado tras recibir una orden judicial desde su hogar en el cual vivió toda su vida. Hoy son sus vecinos quienes le ayudan a sobrellevar el día a día otorgándole alojamiento y viendo en su problema una lección.
Gina Pérez Orellana
Fotos: Marco Lara
Queremos partir esta historia diciendo que todo es legal. Que no existe lo que se llama “injusticia legal”. Y que de seguro será una historia más de las muchas que deben suceder a diario en los tribunales de justicia del país y del mundo. Es por eso, que luego de darle vueltas a este caso de desalojo judicial, resumimos que el fin sería entregar una enseñanza y que todos aprendamos de esta historia.
Patricio Ramírez Valladares, desde el viernes 23 de noviembre no tiene hogar. Su casa en la cual creció en calle Los Boldos en la Población 25 de Febrero, fue vendida por decisión de sus seis hermanos de diez- otros dos fallecieron y uno vive en el extranjero.
El afectado explica que era deseo de sus padres en vida que él viviera allí y que estaba seguro que era un compromiso que nunca dudo que cambiaría más cuando sus hermanos están en conocimiento de que él posee un carnet que acredita tener un 42,90 % de discapacidad moderada (desde 2011) y que los hermanos no presentarían hasta la fecha problemas financieros. Sin embargo, y pese a todo lo que podríamos discutir en lo que se refiere a lo que es ético y no ético. Al llegar a la dirección nos encontramos con don Patricio, apoyado en lo que es parte de lo que fue su hogar un apilado de muebles, un colchón, sillones, tablas, mesas y otras cosas en la que aún flamea una bandera chilena. En sus manos papeles que acreditan el hecho donde en uno de ellos dice que con fecha Rancagua, 9 de Octubre del 2018, comparecen ante un juez arbitro y se resuelve: “La entrega material de la propiedad, toda vez que ella aún permanece habitada por el comunero, don Patricio Ramírez, quien se ha negado entregarla”. En ella se señala que el juez árbitro, resuelve dar lugar a la solicitud y ordena a don Patricio proceder a entregar materialmente la propiedad, bajo apercibimiento de requerir al juez civil otorgar el auxilio de la fuerza pública en caso de oposición.
Y es aquí donde se inicia la discusión que tuvimos en nuestra sala de prensa. Es en ese segundo donde las interrogantes afloran cómo esto sucede de esta forma, como no hubo diálogo o mejor dicho preocupación por parte de los hermanos a no dejar a uno de ellos sin hogar, más aún cuando estamos ad portas de las fiestas de fin de año. Claro está que tenemos una sola versión de la historia y no somos nosotros juez de decir la última palabra. Pero tampoco podemos quedar fuera del dolor y preocupación de parte de los mismos vecinos que nos contactaron y quisieron hacer pública la historia.
Y fue justamente un vecino que nos contactó para dar a conocer la historia. Don Lorenzo Guerrero nos relata acongojado que el afectado es un vecino de toda la vida, hijo de los que hace 57 años se tomaron el sector. “Todos éramos y somos aún una familia esto era toda una zarzamora, tomamos agua de una acequia, los hermanos fueron yéndose hicieron una vida y el vecino Patricio quedó aquí, nos conocemos desde los 6 años”. El vecino junto con mirar la situación soslaya que esta situación los tiene muy tristes como sector ya que ven la parte humana, “y eso es lamentable”, dice.
En tanto don Patricio entrecortado señala que desde hace un tiempo los hermanos venían diciendo que venderían pero que nos les creyó más aun sabiendo del compromiso realizado con los padres en vida y su situación de discapacidad. “Estoy muy triste ya que ningún de mis hermanos ha venido a saber cómo estoy, éramos una familia, veraneamos juntos y de hecho cuando fallecieron mis padres todos estaban de acuerdo de que yo me quedará viviendo aquí y era el deseo de los papás en vida y quizás por eso no se hizo ningún papel y fue lo que dijeron que me quedaría yo viviendo aquí (…) pero de repente cambiaron y ocurrió esto (…) la verdad que no sufro tanto por lo material, yo no soy una persona mala”, concluyó.