Si bien la seremi Mónica Toro afirma que no se rechazó el proyecto, explica que debe ser actualizado por el organismo formulador, Obras Públicas, el cual debe responder las observaciones que les hicieron llegar. Éstas se refieren a justificar la utilidad que se dará al salón multiuso contemplado por la propuesta, además de complementar su plan de gestión a largo plazo.
Marcela Catalán
Luego de que no se adjudicara la construcción de la Capilla de Gaudí a ninguna de las tres empresas que postularon a su más reciente llamado a licitación, el Ministerio de Desarrollo Social planteó observaciones al proyecto y pidió a la Seremi de Obras Públicas que lo actualice, con tal de acreditar su Rentabilidad Social. Lo anterior, para que así finalmente se puedan retomar los trabajos del templo, que fueron abandonados en abril de 2017 por la primera empresa que se hizo de las faenas.
A fines de abril de 2018 se realizó la apertura de ofertas económicas del tercer y último llamado a concurso para levantar el oratorio. Todos los interesados en llevarlo a cabo rebasaron con creces el financiamiento oficial. Éste era de $5.921 millones, pero el privado que menos lo sobrepasó solicitó $8.946 millones.
“Conversaremos con las autoridades correspondientes para ver si es posible aproximarnos a lo que requieren (los particulares) (…) Hay un presupuesto disponible de cerca de $6 mil millones y las ofertas superan los $8 mil 900 millones, entonces un cálculo rápido señala que lo rebasan en alrededor de un 48 por ciento”, afirmó en la ocasión Moisés Saravia, seremi de Obras Públicas.
Tal concurso se efectuó luego de que la empresa que ganó el segundo proceso, superara en $1000 millones el monto destinado a los quehaceres (era la que menos dinero demandaba para concretar el plano). El ramo tramitaba la obtención del dinero, vía sectorial y mediante Gobierno Regional. En eso estaban, cuando el privado se retractó de su propuesta económica y afirmó que se requerían además otros $400 millones.
En vista de las circunstancias, el MOP resolvió realizar otro llamado a licitación. No obstante, el primer gran traspié del proyecto ocurrió en abril de 2017. Aquello ocurrió con posterioridad a que la constructora que se impuso tras una primera convocatoria, abandonara los terrenos y se declarara en quiebra. En esa oportunidad, las faenas tuvieron un progreso físico de poco más de un uno por ciento.
Respecto al estado actual de la iniciativa, ésta fue presentada al Ministerio de Desarrollo Social para que dictaminara su Rentabilidad Social. Sin embargo, la cartera no le dio la RS. Mónica Toro, seremi del ramo, subraya que no significa que el proyecto haya sido rechazado. “Se le solicitó más información, como también actualizar la existente. Para rechazarlo, debería estar todo malo, y eso no es así”, argumenta.
“Tiene un RS que data del año 2015. Pero como han pasado 4 años, es necesario revisar algunos aspectos”, esgrime.
La autoridad añade que se hicieron observaciones a la propuesta. “Hay que incorporar algunos cambios en cuanto a la normativa, temas de inclusión universal y norma sísmica, ya que es un proyecto que fue formulado hace bastante tiempo. Se hizo una mesa de trabajo, donde están todos los involucrados, y se están acogiendo estas recomendaciones que hicimos. El organismo técnico correspondiente, que es la División de Arquitectura del MOP junto con la Corporación Gaudí, estaría acogiendo estas solicitudes técnicas para tener un proyecto actualizado, porque queremos ser muy responsables y rigurosos con la inversión pública”, recalca.
Respecto a los puntos que deben ser más abordados, Toro explica que se deben entregar más antecedentes sobre la relevancia y el fin que se dará al salón multiuso contemplado por el diseño. “Se debe justificar que es importante hacer un espacio de esas dimensiones. Yo creo que sí se justifica, pero eso debe estar reflejado en su plan de gestión”. Éste igualmente debe ser profundizado, para que quede claro su manejo a futuro. Además deben ahondar en la población beneficiaria. “Los montos, en este minuto, también están en etapa de evaluación”, agrega.
En relación a cuándo esta etapa podría arrojar un resultado, la autoridad sostiene que “todo dependerá de los tiempos que demore el formulador (MOP) en contestar a los aspectos técnicos planteados. Eso puede ocurrir en el corto plazo, o pueden demorar dos meses”.